Tras cuatro años de ausencia, el FC Barcelona regresaba con ganas y mucha ilusión a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Una eliminatoria que, además, llegaba en el mejor momento de la temporada para un combinado catalán que va recuperando poco a poco su fortaleza defensiva. Aun así, era consciente de la magnitud de la prueba que tendría por delante en el feudo del Paris Saint-Germain. Sin duda, un club que tiene cuentas pendientes con este entorchado.
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Luis Enrique, técnico que está dotando de identidad propia a su equipo con la fortaleza del colectivo, optaría de inicio por Gianluigi Donnarumma. Internacional con Italia, el arquero estaría resguardado en el entramado defensivo por Lucas Beraldo, Marquinhos, Lucas Hernández y Nuno Mendes. Por delante, la calidad de futbolistas como Vitinha, Fabián Ruiz y Kang-In Lee, dejando la búsqueda del gol al trío de ases de Ousmane Dembélé, Kylian Mbappé y Marco Asensio.
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Por lo que respecta a la estrategia de un Xavi Hernández que vivía una cita de enjundia, la aportación de Marc-André ter Stegen se antojaba decisiva por el poderío ofensivo de su rival. Un sensacional guardameta que, además, tendría el apoyo constante de Jules Koundé, Ronald Araujo, Pau Cubarsí y Joao Cancelo. Frenkie de Jong retomaba la titularidad, quedando flanqueado por Sergi Roberto e Ilkay Gündogan. En ataque, Lamine Yamal, Robert Lewandowski y Raphinha.
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Gran primera mitad del FC Barcelona
Los culés sufrirían en los primeros compases del choque. Es verdad que las coberturas en labores de repliegue estaban siendo magníficas, pero eran incapaces de disfrutar de la posesión del cuero. Como era previsible, el conjunto francés buscaba hacer daño a partir de transiciones rápidas comandadas sobre todo por Mbappé y Dembélé. Mientras tanto, el Barça se sacudía la presión de encima con algún desplazamiento en largo que generaba intranquilidad en la zaga rival.
Ter Stegen intervendría para atrapar el chut de Asensio, al tiempo que Koundé y Araujo achicaban aguas. Con el transcurso de los minutos, el conjunto de la Ciudad Condal iría llevando el partido a su terreno en un verdadero ejercicio de personalidad. Es más, Nuno Mendes estaría providencial para salvar bajo palos el gol de Lewy. Todo ello tras la primera salida en falso de un Donnarumma que comenzaba a ser consciente de la amenaza blaugrana en el Parque de los Príncipes.
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Cancelo derribaría a Kylian en el interior del área, pero no sería penalti por fuera de juego previo. De hecho, rebasada la media hora de partido, Raphinha culminaría una buena triangulación colectiva de los catalanes (0 – 1). En una acción iniciada por Cubarsí, Lewandowski la prolongaría con mucha calidad, agilizada posteriormente por Lamine para el gol de un brasileño que se beneficiaría del error de Donnarumma. Sin embargo, Lucho iba a mover ficha en el entreacto al decantarse por Bradley Barcola en detrimento de Asensio de cara a la segunda mitad.
El FC Barcelona frena la reacción del PSG
No obstante, lo que iba a cumplirse era la famosa ley del ex. A saber, Dembélé conectaría un buen zapatazo para devolver la paridad al luminoso (1 – 1). Dos minutos después, sería Vitinha el que culminaría la remontada local ante la pasividad total de los de Xavi (2 – 1). Un míster egarense que respiraría acto seguido porque el golpeo de Barcola se estrellaría en el travesaño. Eso sí, cuando peor lo estaba pasando, el Barça encontraría una vida extra con una asistencia de mago del recién salido Pedri que supondría el doblete de Raphinha (2 – 2).
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La intercepción defensiva de Araujo sería extraordinaria, mientras que El Mosquito se toparía con la madera. Pasando a los pupilos de Xavi, dos relevos como Joao Félix y Ferran Torres estarían cerca de combinar en una zona privilegiada. Y el que no perdonaría sería Andreas Christensen, anotando el 2 – 3 con su testarazo a la salida de un córner que dejaría en evidencia de nuevo a Donnarumma. Los parisinos buscarían el empate hasta el último instante, pero el FC Barcelona se lleva la victoria y un resultado magnífico para la vuelta.
