En la División del FBI en San Francisco hay menos de 10 agentes hispanohablantes y Kathia Colon es uno de ellos.
“Yo soy nacida y criada en San Juan, Puerto Rico”, dijo Kathia.
La boricua jamás imaginó que algún día formaría parte de una de las agencias más reconocidas a nivel mundial, y que su cultura le brindaría muchas ventajas.
A sus 20 años emigró a Washington D.C en busca de mejores oportunidades, pasó de ser una instructora de pilates a una analista de inteligencia con el buró.
“Inicialmente me contrataron para el tema de Latinoamérica y los países hispanoparlantes”, explicó Kathia
La agente compartió que era una posición clerica, pero todo cambio después del 911.
“Me pusieron a trabajar el lado de Al Qaeda, de Osama Bin Laden, tuve que aprender un poco islam para aprender sobre la cultura y la religión. Tuve que aprender un poquito de árabe también”, relató Kathia.
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Ella aseguró que se dedicó a eso por varios años, trabajando mano a mano con muchas agentes mujeres.
“Una inspiración muy grande trabajar con agentes mujeres y me dije a mi misma, ¿sabes qué? yo creo que yo puedo hacer eso también”, dijo Kathia.
Fue entonces cuando se postuló al cargo de agente especial, un proceso que confiesa fue largo y arduo, y en el 2006, empezó su labor en la Bahía trabajando con la comunidad latina en casos como crímenes financieros.
“En donde mayormente reclutaban inmigrantes que no hablaban inglés para bajos historias y pretextos, convencerlos que le pagaran dinero para supuestamente eliminar su deuda”, aseguró Kathia.
La agente sostuvo que el ser latina y bilingüe ha sido pieza clave al reclutar informantes que les han ayudado a resolver múltiples casos en el Área de la Bahía.
“Basado a esa empatía cultural, y el uso de la misma lengua, puedes llegar a ganarte la confianza de las personas”, aseveró Kathia.
Kathia indicó que gracias al poder fomentar esas relaciones con informantes en inglés o en español, han tenido una ventaja investigando uno de los delitos más comunes que ha azotado a San Francisco.
“Casos donde están robando electrónicos de los carros, de las personas, de las tiendas”, expresó Kathia.
Ahora tras 20 años de carrera con el FBI, a Kathia Colon le queda algo muy claro:
“No subestimen sus habilidades, no subestimen de dónde vienen, porque no se sabe cómo te va a servir en el futuro”, puntualizó Kathia.
Y aseguró que todos los riesgos que ha atravesado en sus años investigando pandillas y otros crímenes violentos han valido la pena.
“El saber de que estás haciendo algo bueno, que estás mejorando al mundo, que estás poniendo a personas violentas bajo rejas, a veces eso ayuda a olvidarte del riesgo”, finalizó Kathia.
