La Hiruela, en plena Sierra del Rincón, aparece en la lista de GuruWalk como uno de los mejores destinos del país para observar las Perseidas. Y lo tiene todo: cielos limpios, casas rurales con encanto y ni rastro de contaminación lumínica.

Cuando llega el verano a Madrid, desaparece la población en una larga peregrinación a segundas residencias… y desaparece también el cielo. Entre los 38 grados y la luz artificial que no descansa ni de madrugada, ver una estrella (fugaz o no) se vuelve algo improbable. Por eso, cada vez más gente busca una escapatoria: un poco de verde, algo de silencio y, sobre todo, oscuridad. Y en ese plan entran pueblos como La Hiruela.
Este pequeño municipio, situado en la Sierra Norte madrileña y dentro de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, ha sido elegido por la plataforma GuruWalk como uno de los diez mejores lugares de España para observar la lluvia de meteoros más conocida del calendario astronómico: las Perseidas, también llamadas lágrimas de San Lorenzo.
Este 2025, el fenómeno será visible desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, aunque el pico de actividad llegará entre el 11 y el 13 de agosto, con una intensidad máxima el día 12 a las 22:00, según el Instituto Geográfico Nacional.
Qué se puede hacer en La Hiruela

Pero no todo es mirar al cielo. La Hiruela tiene también silencio, altura y cielos sin contaminación lumínica. Todo eso la convierte en un destino natural privilegiado, a solo una hora en coche desde el centro de Madrid. La escapada perfecta para quienes no tienen tiempo (ni ganas) de irse muy lejos.
Además del espectáculo celeste, La Hiruela ofrece casas rurales con encanto, zona de barbacoas, y varias rutas naturales para amortizar el día hasta que caiga la noche. El coche se aparca fuera del casco urbano, que los fines de semana está cerrado al tráfico, y desde ahí todo queda cerca: senderos entre frutales, cocina tradicional, pueblos detenidos en el tiempo.
Muy cerca (a apenas 10 kilómetros), Montejo de la Sierra comparte encanto rural y reputación estelar. Juntos forman un tándem perfecto para quienes no se conforman con ver cuatro estrellas desde un rooftop en Gran Vía y buscan un lugar donde la experiencia sea más particular, sin farolas que arruinen el espectáculo.