Profesional sanitaria trabajando en un laboratorio.
La viruela del mono es un virus que registró un incremento de casos en 2022, momento en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró emergencia sanitaria internacional. Sin embargo, a diferencia de otros brotes como el de coronavirus, el número de casos registraba un descenso “dramático” incluso antes de empezar la campaña de vacunación y sin que se vislumbrara un aumento de las medidas de protección, tal y como demuestra el número de ETS registrado en ese periodo.
Jose Luis Blanco, consultor del Servicio de Infecciones del Hospital Clínic de Barcelona, ha explicado, en la jornada ‘Impacto epidemiológico, clínico y microbiológico del brote de MPOX en España’, que no han visto “una reducción de las enfermedades de transmisión sexual” cuando se redujeron los contagios de viruela del mono, que es lo que “se espera si la gente se ha cuidado más”.
Blanco está convencido que esto “no es heterogéneo” ya que hubo gente que sí que se cuido más tras la alerta sanitaria del 2022 pero la impresión que se le quedó al sanitario del Clínic es que siguen teniendo “el mismo número de ETS”.
Una caída “dramática” de casos de MPOX
En esta línea, durante el acto organizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del ISCIII, Blando ha detallado el motivo por el que hubo un descenso de casos, que “nada tiene que ver con las vacunas” dado que en ese momento no había comenzado a inocularse ningún tipo de fármaco.
“De repente cayeron de una forma dramática los positivos por MPOX. Estábamos absolutamente saturados y, en un momento, dejamos de ver casos, afortunadamente, y así hemos continuado“, ha añadido el especialista en infecciones.
A raíz de esto, Blanco ha indicado que “los grupos de alto riesgo generaron una inmunidad de rebaño y muchas infecciones han sido asintomáticas o con pocos síntomas”.
El covid, aliado contra el MPOX
Pese a no vislumbrar una mayor protección en las relaciones íntimas, el covid sí habría jugado un papel fundamental en las medidas para reducir la transmisión de MPOX ya que la experiencia durante la pandemia ha hecho que sea más sencillo “explicar a un paciente que tiene que ponerse una mascarilla, tener cuidado con sus convivientes, no acercarse a personas que puedan ser vulnerables y minimizar las interacciones”, ha señalado Eva Ruiz, adjunta del Servicio de Infecciones del Hospital Clínico San Carlos.
“Las personas sabían de lo que les hablábamos y, realmente, creo que también han sido claves en conseguir que no hubiera más transmisiones”, ha añadido Ruiz sobre las medidas para reducir los contagios.
Otro aspecto que ayudaría a los sanitarios es “poder hacer una serología a los pacientes y decir no te voy a vacunar porque aunque verdaderamente cumples todos los criterios parece tu has tenido la infección aunque hayas sido asintomático” pero es algo inviable, ha indicado Ruiz.
A mayor rapidez de respuesta, menor gravedad
Por su parte, Beatriz Mothe, médica del Servicio de Infecciosas en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, ha relacionado la manifestación de los síntomas con la gravedad del MPOX en los pacientes, basándose en el estudio realizado entre 33 personas pertenecientes a la zona de Barcelona. Se dividieron en pacientes con y sin VIH y se les tomaron muestras al mes, a los tres meses y a los seis meses.
Según ha indicado Mothe, “la amplitud de la respuesta se relacionaba con una menor severidad”. “A mayor y más rápida respuesta en las primeras fases desde la adquisición del MPOX, es decir, durante los primeros 5 días, menor era la gravedad a los 30 días“.
En el citado estudio, se recurrió a personas a las que les diagnosticaban el MPOX en consultas para realizar un seguimiento sobre las lesiones que iban apareciendo y analizar la cantidad de virus que había en las diferentes localizaciones para estimar el tiempo que tardaba en aclararse el virus en esas zonas.
La transmisión oral del MPOX
Blanco también ha querido destacar la importancia de la vía oral en relación a la transmisibilidad de la viruela del mono. “Recuerdo el caso de una chica de 25 años, heterosexual, que vino con una afectación en pleno brote a nivel orolabial, que era algo espectacular. Una mujer que no había tenido relaciones sexuales desde hacía mucho tiempo y que no estaba o aparentemente no había estado en contacto con ninguna persona de riesgo”, ha comentado el consultor del Servicio de Infecciones del Clínic.
“Esta chica no había tenido más contacto que el de hablar” y todo apunta a que el bar de copas, “con mucho ruido”, hablaban a un distancia muy corta y “tenía una afectación brutal a nivel de la boca”, ha indicado Blanco.
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