Categoria:

“Hacer una distinción entre medicina pública y privada es un error terrible”

Autor: Jose Antonio Lopez

El cirujano Carlos Pera Madrazo (Sevilla, 1935) quería ser arquitecto, pero el uso del bisturí le debió fascinar cuando en 1952 acompañó a su padre, también cirujano, a dar unas conferencias en Santander y un colega de su progenitor le invitó a entrar en un quirófano del Hospital Marqués de Valdecilla: “Era la primera vez que vi operar y yo, que quería ser arquitecto, cuando vi operar, dije: ‘Esto es lo mío’”. Aquella vocación quirúrgica surgida en tierras cántabras lo convirtió con el tiempo en un eminente cirujano, especialista en trasplantes, que junto a destacados médicos como el doctor Concha alumbraron el prestigio y buen hacer del hospital Reina Sofía de Córdoba. Carlos Pera estará mañana en Cádiz para convertirse en académico correspondiente de mérito en la Academia de Medicina de Cádiz, donde ingresará con un discurso sobre su padre, el olvereño Cristóbal Pera Jiménez, uno de los médicos que desde Sevilla viajó a Cádiz en 1947 para ayudar tras la histórica y trágica explosión.

–¿Qué significa para usted su ingreso en la Academia de Medicina de Cádiz?

–El ingreso en la Academia de Cádiz para mí tiene un motivo sentimental, y es que el discurso se lo dedico a mi padre. Estudió en Cádiz y nació en Olvera, pero porque las madres en aquella época, 1897, se iban a parir al pueblo de sus madres. Cuando el niño tenía unos tres meses, regresaron a Cádiz.

–El título de su discurso es ‘Cristóbal Pera Jiménez (1897-1980). Un cirujano gaditano ilustre, en el recuerdo’.

–Sí. Él estudia en Cádiz y tiene tal expediente que le dan la Cruz de Alfonso XIII, que después se refundió por una orden ministerial y fue la Orden de Alfonso X El Sabio, que se daba a docentes, a científicos, a los grandes expedientes… Todo el Bachillerato y la carrera de Medicina lo tenía con matrícula de honor. Cuando vino a Sevilla fue en virtud de unas oposiciones que ganó. Él firma dos oposiciones: la de Sevilla del Ayuntamiento, para médico de la Beneficencia, y la de Cádiz de la Armada. Se celebran antes las de la Sevilla, que las gana con el número 1 y se queda en Sevilla.

Fue cirujano. Él era un gran anatómico. Y llamó la atención en el ejercicio de disección anatómica que tenían que hacer en esas oposiciones , y eso es lo que hace que se lo presenten al profesor Cortés, quien lo contrata como profesor ayudante en la Cátedra para la enseñanza de una asignatura que ya no existe y que se llamaba Anatomía Topográfica y Operaciones. Después, la Beneficencia municipal construye el equipo quirúrgico y él es uno de los jefes de equipo hasta que queda, finalmente, de director del equipo quirúrgico.

–¿Tuvo su padre más relación con Cádiz?

–Contaré en el discurso que en esa época, como jefe del equipo quirúrgico, cuando la Explosión de Cádiz pues fue al frente del equipo que movilizó el Ayuntamiento de Sevilla junto al de bomberos para ir a Cádiz tras la explosión. Y estuvieron en el Hospital de Mora con el profesor Díaz Rubio y con una serie de médicos que estaban trabajando, y que cuando ellos llegaron los sustituyeron porque los otros estaban fatigados. Montaron además un banco de sangre y estuvieron haciendo las pruebas de compatibilidad sanguínea. Él cuenta todo lo de la explosión de Cádiz, que es muy interesante, en un relato que escribió en primera persona. Le dieron la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Cádiz.

Su vida profesional está muy vinculada a Sevilla, aunque viaja mucho. Fue el primero que montó la colangiografía intraoperatoria, fue el primero que empezó a hacerlas de forma sistemática en la clínica donde trabajaba. Tenía cerca de 125 publicaciones, todas escritas en primera persona y sin colaboradores.

“Mi padre vino a Cádiz desde Sevilla cuando la explosión como parte del equipo médico quirúrgico”

Y después perteneció a muchas sociedades y fue fundador de la Sociedad Española de Cirujanos de Patología Digestiva, que se llamaba de Aparato Digestivo y de la Nutrición; fue Medalla de Oro de esa sociedad. Perteneció a la Sociedad Internacional de Cirugía de aquella época. Pero lo más curioso es que al final de su vida él funda la Sociedad Andaluza de Aparato Digestivo, que realiza su primer congreso en Córdoba y el segundo en Cádiz. Y por la labor que había hecho lo nombraron presidente de honor.

–¿Cuál fue para usted la verdadera relevancia de su padre como cirujano?

–Pues daré también tres o cuatro pinceladas de lo que fue su pensamiento quirúrgico. En sus escritos intuye muchas cosas de los trasplantes, en su visión de lo que pueda ser la cirugía del futuro; lo que él llamó la cirugía funcional sustitutiva. Y ahí intuye los trasplantes de órganos, la muerte cerebral e intuye hasta una cosa muy moderna que es la obtención de órganos en asistolia: enfermos que están a punto de morir, estás pendiente de ellos y cuando fallecen les meten las cánulas, los perfunden para que dé tiempo a sacar los órganos sin que se deterioren. Eso lo intuyó, cosa curiosa. Y lo que tiene gracia es que después yo, con el tiempo, fui el primer cirujano que hizo trasplantes de hígado en Andalucía y trasplantes de páncreas, que he sido uno de los pioneros en España, y he tenido una trayectoria muy ligada al mundo de los trasplantes de órganos.

–Pues entra una duda hablando con usted: ¿Carlos Pera aprendió Medicina en la facultad o con su padre?

–La medicina se aprende con el enfermo (ríe). Yo aprendí medicina en la facultad y fui ayudante de mi padre, pero digamos que en mi época, cuando terminé la carrera en 1959, no había lo que hay ahora del MIR, sino que cada uno se formaba como podía. Y yo me formé en una serie de viajes, fui interno de los hospitales de Lyon. El internado en Francia tenía como mucha categoría, era como una residencia. Después volví aquí, oposité y el acceso fue a la cátedra de Córdoba. Y ahí es donde yo monté, con el tiempo, los trasplantes y muchos aspectos de la cirugía que eran muy innovadores como la laparoscopia. Y ahora mis discípulos están trabajando en la robótica y cirugía digital.

–Debió ser una época apasionante aunque con pocos medios.

–Sí, pero si peleabas bien conseguías los medios. Por ejemplo, yo tuve el aparato de laparoscopia, antes que en la facultad, en la medicina privada, con lo cual el hospital se vio forzado a comprar el aparataje para hacer laparoscopias. Era una vergüenza que yo lo estuviera haciendo en la medicina privada y no lo pudiera hacer en la pública. Y lo comprendieron.

–Junto a otros médicos, como el doctor Concha, usted fue uno de los artífices del prestigio alcanzado por el Hospital Reina Sofía de Córdoba.

–Con Manolo Concha, sí. La cardiología y la hepatología, todas las enfermedades hepáticas y biliares, era lo que más se hacía. Y después yo le di mucha importancia al laboratorio de cirugía experimental e hice una gran labor formando a los médicos en la investigación. Eso fue interesante; teníamos hasta un modelo experimental de trasplante hepático en ratas, no sólo en perros… Al principio, cuando no tenía laboratorio, trabajaba en los quirófanos de la veterinaria gracias a Curro Santiesteban, catedrático de Cirugía Veterinaria, que me facilitó sus quirófanos. Y ahí puse un poco a punto la técnica del trasplante de páncreas en perros. Con un instrumental que yo tenía de cuando se vendió la clínica de mi padre, y que fue con el que yo trabajé en ese quirófano de cirugía experimental.

–¿Y todos esos ensayos sirvieron después?

–Todo eso después se tradujo en la aplicación al ser humano. Después tuve mucha relación con los hombres que habían hecho la inmunosupresión moderna, y estaba muy en primera línea de los inmunosupresores nuevos que salían…

–¿Eso está relacionado con el posible rechazo del trasplante?

–Exacto. Son las drogas que se ponen para que no haya rechazo agudo ni crónico. El Hospital Reina Sofía llegaron a hacer todos los trasplantes. Primero se hizo el de riñón, después se hizo el de corazón, después el de páncreas…, porque el de hígado lo tenía que autorizar la Junta, y no me lo autorizaba, quería que fuera en Sevilla, pero como no arrancaba pues al año siguiente me autorizaron ya el de hígado. Hemos sido los primeros en Andalucía en hacer estos tipos de trasplantes, y esta fue una de las razones por las que yo no volví a Sevilla, porque no podía tener mi programa de trasplantes. También me ofrecieron la Cátedra de Valencia, tuve posibilidad de ir, pero no me presenté ni hice nada porque ya habían empezado los trasplantes en La Fe.

–¿Qué supone personal y profesionalmente haber sido uno de los pioneros en una técnica que es motivo de esperanza para tantas personas y que salva tantas vidas?

–Yo qué sé… En el fondo, uno tiene ideas que quiere llevar a la práctica y cuando las consigue, es una gozada. Un cirujano tiene que tener un servicio y transmitir las ideas a un grupo, y trabajar en esas ideas. Cuando llegamos a plasmar que podíamos hacer los trasplantes, no sólo en el laboratorio de cirugía experimental sino en la clínica humana, eso fue un gran triunfo. Fue el XX un siglo muy fructífero para la cirugía: apareció la cirugía mínimamente invasiva, lo que se conoce como laparoscopia y todo eso. Recuerdo que al principio, cuando llegué a Córdoba, tenía que hacer hasta la cirugía pulmonar, entre Manolo Concha y yo, porque no existía el cirujano pulmonar; al poco lo trajeron porque Manolo Concha quería dedicarse al corazón y yo al hígado y demás.

–¿La especialización es uno de los grandes logros de la medicina?

–La especialización… Es muy curioso. Lo toco un poco en el discurso porque la especialización, que nace en América, es muy interesante porque al principio la cirugía torácica fue una especialidad, pero dentro de ella nacieron dos especialidades: la cirugía cardiaca y la pulmonar. Pero además los hospitales se especializaron. Los primeros en especializarse fueron la obstetricia y la pediatría, con hospitales específicos. En París, por ejemplo, yo he conocido un hospital de cirugía torácica donde no se hacía nada más que cirugía pulmonar y cirugía cardiaca. La especialización tiene algo más que la división del trabajo: el cirujano cuando se especializa, y el primero quizás fuera Cushing en neurocirugía, tiene que aprender la clínica, la exploración clínica, desarrollar su cirugía y sus exploraciones; se convierte al mismo tiempo en especialista médico quirúrgico.

–Desde su amplísima experiencia: ¿diagnóstico y tratamiento de la sanidad actual?

–Pues mire usted, yo creo que hacer una distinción y una dicotomía entre sanidad pública y sanidad privada es un error, pero un error terrible. Esa es la primera base. Segundo, los médicos están mal pagados en la sanidad pública, y entonces la mayoría de ellos se van a la sanidad privada; yo he trabajado en la pública y en la privada simultáneamente, cuando era compatible. Y ahora, todos los médicos mejores de la sanidad pública se han ido a la sanidad privada porque ganaban más dinero, se han ido, quedan muy pocos de los buenos allí, aunque los de la segunda fila también son buenos.

Y después, hay un problema en la sanidad pública, aparte de que se paga muy mal a los profesionales, y es que no ha sabido descargarse… Por ejemplo, los trasplantes es una medicina muy selecta y se hacen muy poco, como el cáncer de páncreas o el de esófago , que hay muy pocos, pero hay una medicina que podíamos llamar más corriente, como las colostomía, las apendicitis, las cataratas, que es una medicina muy prevalente. Se puede dejar un poco en el hospital público si es un hospital regional, pero si la medicina prevalente la descargaran con contratos en la medicina privada, aunque eso le horroriza a algunos partidos, esto tendría una ventaja: que descarga los hospitales y pueden hacer la labor donde están más preparados, que es en la medicina de élite; potenciarla.

“Habría que descargar a la sanidad pública de la medicina prevalente y potenciar la medicina de élite”

La medicina privada en España es buena, entre otras cosas porque la hacen los mismos que están en la medicina pública, y hay cadenas de hospitales como los Quirón que tienen una fortaleza enorme, con hospitales muy buenos: en el del Sagrado Corazón de Sevilla tienen hasta un robot Da Vinci y hacen cirugía digitalizada, cirugía muy avanzada.

Hay una cosa que tiene tendencia a desaparecer: por ejemplo, esos funcionarios que pueden tener la opción de elegir la seguridad social o una compañía privada, eso es una descarga muy grande que ahora la van a tener que absorber porque la quieren eliminar. O sea, que si tiene problemas la seguridad social para resolver la cantidad de enfermos que tienen, encima les van a meter eso.

Esa distinción entre medicina pública y privada… Medicina es medicina, y los enfermos son los enfermos, y los médicos son los mismos… Y nunca existirá una buena medicina privada si no existe una buena medicina pública. No se puede meter la ideología donde que hay que meter conceptos prácticos y soluciones prácticas. Dicen que es que le están dando dinero a las clínicas privadas, pero hasta donde yo sé allí hay gente trabajando: hay médicos, enfermeras, celadores, personal de mantenimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar también
la-revelacion-de-dios-|-estudios-biblicos-2023
Religión

La revelación de Dios | Estudios Bíblicos 2023

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: La revelación de Dios Introducción El único Dios, eterno, sabio y soberano; todopoderoso y creador de todas las cosas, cuyo trono está en los cielos, y los cielos de los cielos no le pueden contener, ha querido revelarse a los hombres, para darse a conocer. Esta revelación la encontramos en

Leer Más >>
el-camino-olimpico-de-argentina:-hitos-y-triunfos
Deportes

El camino olímpico de Argentina: hitos y triunfos

Argentina es un país con una rica cultura deportiva, que se hace evidente no sólo en deportes de equipo populares como el fútbol o el baloncesto, sino también en la participación de la selección nacional en los Juegos Olímpicos. A lo largo de su larga trayectoria de participación en estas competencias mundiales, Argentina ha logrado

Leer Más >>
intermediarios-que-si-le-gustan-a-la-ministra-|-difunden-los-convenios-con-iglesias-mientras-rechazan-a-los-movimientos-sociales
Religión

Intermediarios que sí le gustan a la ministra | Difunden los convenios con iglesias mientras rechazan a los movimientos sociales

Exactamente al mismo tiempo que la ministra Sandra Pettovello rechazaba recibir a las personas que se habían congregado en la fila del hambre, con su DNI -como ella misma había dicho-, su oficina de prensa difundía el comunicado sobre el convenio de asistencia alimentaria con la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (ACIERA)

Leer Más >>

¿Quieres hablar con nosotros en cabina?

Nuestros Horarios en el Estudio:

9am a 11am | 12m a 1pm | 4 a 5 pm | 5 a 6pm

horario del pacifico