En Estados Unidos viven 40 millones de mexicanos de distintas generaciones. La gran mayoría de ellos son ciudadanos ya de tercera o cuarta generación. Se reconocen como mexicanos, tienen la nacionalidad mexicana, pero nacieron en Estados Unidos, son estadounidenses.
De ese total, detalló la presidenta Claudia Sheinbaum durante su encuentro matutino con la prensa en Palacio Nacional, “se calcula que el 10% son personas que no tienen documentos migratorios, pero de esos casi cuatro millones, 80% tiene más de cinco años, mínimo, viviendo en Estados Unidos. Es decir, están integrados ya a la vida estadounidense. Pero lo primero que tenemos que hacer es defenderlos en un sentido integral, no sólo por ser mexicanos, sino porque aportan mucho a la economía de México vía remesas y a la economía de Estados Unidos. Se estima que el 80% del ingreso de un mexicano se queda en Estados Unidos y el resto se envía a sus familias en México. Ese 80% está relacionado con sus ahorros, con su consumo, con el pago de impuestos, porque pagan impuestos (en consumo y en cada empleo) a pesar de que no tengan documentos migratorios”.
Cuando van a Estados Unidos son requeridos, afirmó, “porque ese país los necesita; no desplazan a los trabajadores estadounidenses, sino que esa economía boyante requiere de mano de obra, por eso los mexicanos se desempeñan en fábricas, en el campo, en los servicios, son cuidadores, pero también son científicos reconocidos”.
Es decir, sostuvo la mandataria, los mexicanos están en todos los ámbitos económicos y sociales de EU: “Por eso México siempre ha planteado que, en todo caso, se requiere una reforma migratoria integral que reconozca plenamente a esos mexicanos. Y desde el gobierno de la Cuarta Transformación también planteamos que la mejor manera de disminuir la migración de México a Estados Unidos es invirtiendo en México, porque la gente no migra por gusto. Esencialmente migra por necesidad. Y lo cierto es que, en los últimos siete años, ha disminuido enormemente esa migración; lo que aumentó fue la migración, a través de México, de personas de otras nacionalidades”.
Por ello, la posición de México, dijo, “es, primero, garantizar el respeto a los derechos humanos, pues no estamos de acuerdo con estas acciones que criminalizan a los migrantes, pues son trabajadores honestos, que ayudan a la economía de EU. Por ello, las redadas no son la mejor solución para atender el fenómeno migratorio. No podemos intervenir en la política de Estados Unidos, no está en nuestra Constitución y no lo vamos a hacer, y entendemos cuando hay manifestaciones pacíficas. En lo que no estamos de acuerdo es en las manifestaciones violentas, en ningún lado del mundo. Por eso llamamos a que no haya protestas violentas y sí acercarse a los consulados mexicanos”.