En el cristianismo, la tumba vacía es el lugar donde Jesucristo fue sepultado y que posteriormente fue encontrada vacía. Según los evangelios canónicos, fueron las mujeres miróforas quienes descubrieron la tumba vacía.
¿Quiénes fueron las miróforas?
Se llama “miróforas” a las mujeres mencionadas en el Nuevo Testamento que estuvieron directamente implicadas en el entierro o que descubrieron la tumba vacía que siguió a la Resurrección de Jesús.
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Jesucristo
El término tradicionalmente se refiere a las mujeres que llevaban mirra a la tumba de Cristo por la mañana temprano y lo encontraron vacío. En el cristianismo Occidental, se emplean normalmente los términos las dos mujeres en la tumba, las Tres Marías e incluso otras variantes (Mateo 27:55-56,27:60-61,28:1-10, Marcos 15:40-16:11, Lucas 23:50–24:10, Juan 20:1-18).
A veces también se incluyen a José de Arimatea (Juan 19:38) y Nicodemo, quién bajó el cuerpo de Jesús de la cruz, lo embalsamó con mirra y aloe, lo envolvió en lino limpio, y lo colocó en una tumba nueva (Mateo 27:57-60, Juan 19:39–42). Si se incluyen a estas personas el término empleado en español debe ser, por concordancia gramatical, el de miróforos.
Las mujeres siguieron a Jesús durante su ministerio en Galilea y alrededores, y proveyeron con sus propios medios tanto a Él como a sus seguidores (Marcos 15:41).
Mujeres incondicionales de Jesús
Ellas permanecieron fieles a Jesús incluso durante los momentos más peligrosos de su arresto y ejecución, y no sólo estuvieron de pie a su lado junto a la cruz, sino que le acompañaron en su entierro, observando el sitio donde estaba la tumba.
Debido a que era inminente el comienzo del sábado, fue necesario que los preparativos del entierro fueran breves. La costumbre judía de aquel tiempo dictaba que los deudos regresaran a la tumba cada día durante los tres días siguientes. Una vez que el sábado hubo pasado, las mujeres regresaron lo más pronto posible, llevando mirra para amortajar el cuerpo.
Fue al llegar este momento que la Resurrección les fue revelada, y fueron encargadas de decírselo a los Apóstoles. Fueron, en efecto, los apóstoles de los Apóstoles. Por esta razón, las mujeres miróforas, especialmente María Magdalena son, a veces, llamadas con el título “Igual a los Apóstoles.” Recordamos en este punto que “apostol” significa “el que permanece al lado de”.
Las cronistas de la vida, muerte y resurrección del Cristo
María Magdalena: En el Evangelio de Juan, Jesús se apareció primero a María Magdalena después de la resurrección. Ella fue la primera en llevar la noticia a los demás discípulos.
María, madre de Jacobo, y Salomé: Según Marcos, estas mujeres también descubrieron que la tumba estaba abierta.
Otras mujeres: Los cuatro evangelios coinciden en que las mujeres fueron las primeras en descubrir el sepulcro vacío. Lucas registra que las mujeres contaron todo esto a los apóstoles y a otros discípulos .
Algunos autores, incluyen entre ellas a María de Betania, a Marta, de Betania y a Susana (su nombre podría implicar su gentilicio)
Estas mujeres fueron las primeras testigos de la tumba vacía y su testimonio fue y es pilar fundamental del cristianismo, que postula que que Jesucristo es Dios hecho carne (Emanuel), entendiendo que sólo Dios puede crear vida, quitar el aliento vital y volver a tomarlo.
Así dijo Jesús: “a mí nadie me quita la vida, sino que yo la pongo en favor de muchos”.
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