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¿Cuáles fueron las principales aportaciones de los médicos de al-Ándalus?

Autor: Muy Interesante

En el islam la enfermedad se concibe como una realidad natural de la vida, un estado transitorio que puede conducir a la curación o a la muerte. Los tratados médicos islámicos se ocupan de la enfermedad, sus características y diversos tratamientos, tanto curativos como paliativos.

En cuanto a las causas de la enfermedad, predominan los conceptos heredados de la medicina galénica, que interpreta la salud humana como un equilibrio frágil de los cuatro humores del cuerpo.

Recreación de la vida en al-Ándalus. Dionisio Baixeras / Wikimedia

Más allá de la mera influencia, el Corán establece, además, normas y directrices específicas en temas relacionados con la salud y la higiene. Estas reglas tienen un peso significativo en la vida de la comunidad musulmana y abarcan aspectos tan diversos como:

  • Aborto e infanticidio: prohibidos por el Corán, se consideran actos que atentan contra la vida humana
  • Circuncisión: practicada como un rito religioso y cultural, también tiene beneficios higiénicos
  • Lactancia: el Corán recomienda la lactancia materna durante dos años como la mejor forma de alimentar al bebé
  • Alimentación: se establecen pautas sobre alimentos permitidos y prohibidos, con un énfasis especial en una dieta sana y equilibrada
  • Ayuno: durante el mes de Ramadán tiene beneficios tanto espirituales como físicos.

Un crisol de conocimientos

La medicina andalusí alanzó un alto grado de desarrollo debido a varios factores, entre ellos a la expansión del dominio islámico, lo cual facilitó el contacto con los saberes médicos de otras culturas, como la griega, la persa y la hindú. Además, se tradujeron al árabe importantes obras médicas de la Antigüedad, lo que permitió su estudio y difusión.

Corán en una mezquita. kursadgenc / iStockkursadgenc / iStock

También jugó un papel fundamental la creación de centros de enseñanza, de esta forma surgieron importantes escuelas de medicina (madrasas) en ciudades como Córdoba y Granada, donde se formaron médicos de gran prestigio.

En al-Ándalus esta evolución se observa ya en el siglo IX cuando Ibn Habib escribe el primer compendio de medicina en tierras hispanas, una obra que sintetiza los conceptos de la medicina greco-helenística e incluye algunos ingredientes de la medicina popular o “medicina del Profeta”.

La Madraza de Granada (en la imagen, detalle de su fachada barroca) fue la primera universidad pública de al-Ándalus. Foto: Shutterstock

Viajes de estudios para completar la formación

La formación de los médicos certifica la excelencia que tuvo la medicina en la civilización hispanoárabe ya que antes de dominar su ciencia debían desarrollar otros conocimientos tan importantes como aquél.

Además, debían recurrir a cuantos medios estuviesen a su alcance para completar sus estudios, de forma que los que podían permitírselo viajaban a Oriente. Por otra parte, a partir del siglo X eran varios los pasos que debían sortear los aspirantes a médicos para lograr su título (ichaza): prácticas hospitalarias, ronda de preguntas y respuestas sobre las enfermedades, un examen general y otros sobre ciertas especialidades.

De esta forma se daba la autorización legal a la práctica médica después de realizar el juramento hipocrático. Todo ello se debía realizar ante una comisión de Muhtasib, un tipo de funcionarios que regulaban el comercio.

Un modelo hospitalario moderno

El primer hospital de la España musulmana se fundó en el siglo XIV en el reino de Granada, un hito que marcó un antes y un después en la atención médica en la región. La inscripción fundacional del hospital, datada entre 1365 y 1367, proclama con orgullo que no había existido una institución similar en al-Ándalus hasta ese momento.

La introducción del modelo de hospital en la España musulmana se atribuye a los almohades, quienes lo trajeron del occidente musulmán. El sultán nazarí Muhammad V, en un viaje a Fez, conoció esta innovadora institución y decidió implementarla en su reino.

El hospital de Granada fue concebido originalmente como una institución benéfica para atender a los más desfavorecidos. Su estructura arquitectónica se inspiraba en los maristanes magrebíes, con salas divididas por sexos, un amplio patio, agua corriente, almacenes, consultorios y espacios para el estudio de médicos y aprendices.

A lo largo del siglo XV amplió su alcance para incluir la atención a enfermos mentales. Esta evolución refleja la preocupación por el bienestar integral de la población, no solo su salud física. No solo brindó atención médica a miles de personas durante siglos, sino que también sirvió como modelo para la creación de otros hospitales en la región.

Cirugía y medicina se integran

Si bien la medicina y la cirugía comparten un origen antiguo, la segunda nació con una desventaja significativa. La naturaleza mágica y sacra atribuida a la medicina en sus inicios, al vincular la enfermedad a causas sobrenaturales, confería un estatus social superior a sus practicantes en comparación con los cirujanos, cuyo trabajo manual se asociaba con lo terrenal. Los rituales para invocar el favor divino en la curación de enfermedades tenían un aura de dignidad que contrastaba con la práctica más prosaica y directa de la cirugía.

Una lucha por el poder se desató entre musulmanes, mientras los reinos cristianos empujaban desde el norte. Foto: Wikipedia

En la sociedad romana se consolidó la división entre dos tipos de profesionales médicos: los “medici clinici”, dedicados al diagnóstico y tratamiento médico, y los “medici chirurgici”, especializados en la intervención quirúrgica.

El médico cordobés Abulcasis (siglo X), consciente del poder curativo de la cirugía, abogó por su completa integración en la medicina en su obra “Tasrif”. Consideraba a la cirugía como una parte integral de la misma que debía aprenderse y practicarse con el mismo rigor que el resto de la medicina.

Pero Abulcasis no solo defendió la integración de la cirugía, sino que también contribuyó de forma notable a su desarrollo: introdujo nuevas técnicas quirúrgicas y creó nuevos instrumentos quirúrgicos.

Referencias:

  • AGUIRRE DE CÁRCER, Luisa F.: “Sobre el ejercicio de la medicina en al-Andalus: una fetua de Ibn Sahl”, en Anaquel de estudios árabes 2 (1991), Madrid, Universidad Complutense, pp. 147-162
  • ÁLVAREZ DE MORALES, Camilo y GIRÓN IRUESTE, Fernando: “Maristanes y hospitales”, en Catálogo de la Exposición Ibn Jaldún. El Mediterráneo en el siglo XIV: Auge y declive de los Imperios, pp. 276-285.
  • CHALMETA, Pedro: El señor del zoco en España. Madrid, Instituto Hispano-árabe de Cultura, 1973
  • DÍAZ GARCÍA, Amador: “Un tratado nazarí sobre alimentos”, en Cuadernos de estudios medievales VI-VII (1978-79), Granada, Universidad, 1981, pp. 5-37

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