Migrantes cubanos y venezolanos, que huyen de los regímenes de sus países de nacimiento, encuentran en el mercado Central de Abasto (CEDA), de la Ciudad de México, oportunidades para un futuro mejor.
“Nos vimos obligados a abandonar nuestro país porque mi esposo era funcionario público, era policía del estado, y yo trabajaba en la administración de la alcaldía, como no quisimos seguir ciertas órdenes nos vimos obligados a abandonar el país”, dijo María Teresa García, emigrante venezolana, a la televisora Azteca Noticias.
En la misma situación está la joven Alexandra Duarte, quien afirma que “ya son 25 años de dictadura (en Venezuela) y es una situación muy fuerte en la que tú no consigues trabajo. En mi país soy contadora, de hecho, soy licenciada y estaba a la mitad de mi maestría”.
Las dos trabajan en el que es considerado el mercado más grande de América Latina, localizado en la Ciudad de México.
Como ellas, otros migrantes, profesionales en muchos casos, prefieren ser ayudantes generales en la nación azteca, y no ejercer sus licenciaturas o ingenierías en sus países de origen, por huir de los regímenes poco democráticos.
El emigrante cubano Andrés Sánchez Hurtado es graduado de Licenciatura de Turismo y ahora trabaja como checador y vendedor: “Era jefe de recepción en un hotel. El cambio se siente pero bueno cuando uno emigra tiene que estar preparado para todo”.
Mientras muchos esperan definir sus situaciones migratorias, seguir camino a Estados Unidos o establecerse en México, aprovechan las manos tendidas que le ofrecen algunos negocios y empresas en el país azteca.
Claudia Gascón, gerente de la taquería San Judas Tadeo, en la CEDA, dijo que la primera emigrante contratada fue María, hace más de seis meses: “Dijimos por qué no tenderles la mano. Ahorita llevamos más de 10 personas contratadas”.
Los migrantes radicados en México, que muchas veces ni valoran la posibilidad de regresar a sus países con gobiernos no democráticos, aprovechan las oportunidades labores que vienen desde diferentes fuentes.
En febrero último, un grupo de 50 grandes empresas se unieron para dar trabajo a cubanos, venezolanos y haitianos.
En el grupo figuran grandes empleadores como Amazon, Walmart, HSBC y la cadena hotelera Marriot International, entre otros.
Aunque los emigrantes que llegan a México sueñan con entrar a Estados Unidos tras lograr una cita de CBP One, la realidad es que algunos optan por radicarse en la nación azteca y naturalizarse.
Ese es el caso de dos migrantes cubanos que se reinventaron como guardias de seguridad en la Ciudad de México.
“Ellos son mis amigos se llamas Elvis y Dani. De hecho sus nombres son más largos pero se me olvidan. Ellos como muchos de los cubanitos que he conocido, han pasado por situaciones intensas”, contó en el grupo cubanos en Tapachula Hanel Gamboa, quien difundió esta historia de superación.
Luego del primer trabajo, en una central de abastos en la Ciudad de México, comenzaron como guardias de seguridad y valoran en nacionalizarse mexicano.
