Los colombianos Santiago Rojas y Carolina Ocampo, frente a su pequeña tienda en una zona comercial del centro de Bogotá.

Fuente de la imagen, José Carlos Cueto / BBC Mundo

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Los colombianos Santiago Rojas y Carolina Ocampo usan el ‘qué pena con usted’ a diario y “sin ser conscientes” en su negocio en el centro histórico de Bogotá.

Tres semanas como nuevo corresponsal de BBC Mundo en Colombia y ya aprendí que para los extranjeros hay un bautizo ineludible en este país: recibir el primero de muchos “qué pena con usted” de un colombiano.

“¿Cómo que qué pena? ¿En qué momento me volví causante de tal tristeza?”, pensé confundido unos segundos cuando me dieron esa respuesta al solicitar abrir una línea telefónica.

Entonces recordé que en Colombia y otros países de América Latina, pena significa vergüenza en vez que aflicción o dolor, como recoge la Real Academia Española y como se usa en España.

Al igual que yo, varios extranjeros que conozco se sintieron muy confundidos al escuchar la frase por primera vez.

Muchos de ellos aman la expresión. Les despierta ternura tanta cortesía.

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Otros la odian. Dicen que al colombiano le funciona como un comodín para pedir todo tipo de favores u ofrecer cualquier negativa.

Y es que el “qué pena con usted” no siempre viene sucedido de las mejores noticias, especialmente a nivel burocrático.

“Qué pena con usted, señor Cueto, pero sin una cédula de extranjería” -la dichosa cédula da para una nota aparte- “no podemos abrirle una cuenta de banco, instalarle internet en casa o crearle un plan de telefonía”.

Como cubano y español, acostumbrado a un lenguaje más directo y sin rodeos, la frase me despierta amabilidad e impaciencia según el contexto.

Como periodista, me genera curiosidad hasta qué punto refleja parte de la historia y la cultura de Colombia.

Esto me contaron varias lingüistas.

Una “estrategia pragmática” para comunicar

Gloria Viviana Nieto, del Instituto Caro y Cuervo, centro referente de la filología y lingüistica en Colombia, reitera que el significado de pena como vergüenza no es exclusivo y que también se da en otros países de América Latina.

La particularidad en Colombia es que el uso de ‘usted’ es mucho más marcado, aunque en la regiones donde tuteamos decimos ‘qué pena contigo’, donde voceamos decimos ‘qué pena con vos’ e incluso seguimos usando ‘qué pena con sumercé'”, le explica Nieto a BBC Mundo.

Una de las tantas notarías de Bogotá.

Fuente de la imagen, José Carlos Cueto / BBC Mundo

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La notaría. Un lugar frecuente donde escuchar un “qué pena con usted” al intentar resolver un trámite en el enrevesado sistema de leyes y burocracia colombiana.

Nieto y otras expertas coinciden en que se trata de una “estrategia pragmática” de comunicación que busca varias intenciones.

Por un lado, “acercarse, rebajar tensión o llamar la atención“, enumera para BBC Mundo la lingüista Adriana Ortiz de la Universidad de Antioquia.

Ortiz dice que es muy común al afrontar un trámite burocrático: “cuando uno llega a una oficina, habla con un funcionario y le dice ‘joven, qué pena con usted, ¿pero me explica dónde debo entregar estos documentos'”?

Lirian Astrid, de la Universidad del Valle en Cali, añade que también se usa como precedente a una noticia negativa, negar un favor, disculparse o manifestar timidez.

“En resumen, se usa en situaciones simples y complejas: ‘qué pena con usted, pero se me acabó el café’ o ‘qué pena con usted, pero esta vez no le pagamos el salario’. Es una fórmula que nos ayuda a ser condescendientes“, dice Nieto.

¿Qué dice de los colombianos?

En un país de 50 millones de habitantes distribuidos por cordilleras, costas, llanos, desiertos y selvas, es imposible sentar cátedra sobre cómo una simple frase puede reflejar la idiosincrasia colombiana.

Pero las lingüistas consultadas por BBC Mundo ven ciertos rasgos inequívocos.

“Los colombianos somos especialmente corteses. Si te fijas, muchas veces saludamos hasta con tres oraciones en la misma frase: ‘Hola. ¿Cómo estás? ¿Qué has hecho?’ Puede resultar muy extraño para un extranjero y éste puede dudar entre cuál de todas las preguntas responder”, comenta Ortiz.

La experta dice que esta cortesía verbal puede venir de la gran influencia de la Iglesia católica en Colombia.

Una mujer reza durante el Miércoles de Ceniza en Bogotá el 14 de febrero de 2024.

Fuente de la imagen, Getty Images

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Según varias estimaciones, Colombia es uno de los países con mayor número de católicos del mundo. El catolicismo permea gran parte de las tradiciones y costumbres del país.

“Producto de esta tradición, desde casa se nos insiste desde pequeños en los modales, respetar a la autoridad, dar las gracias, siempre saludar al entrar a un lugar. Los tiempos cambian, pero esa cultura cortés sigue latente”.

Otra explicación, dice Astrid, es una especie de servilismo en el habla que puede ser herencia de la etapa colonial, que se refleja en otras frases comunes como “quedo a sus órdenes para lo que necesite”.

La experta también comenta sobre la influencia indígena en varias de estas formas lingüísticas, que entran en la categoría de “expresiones atenuantes”.

“La influencia indígena en nuestro español se ha estudiado mucho, especialmente en el uso de diminutivos, atenuaciones y rodeos lingüisticos”, dice Astrid.

“Y esto se nota cuando realizamos una solicitud, pedimos un favor o disculpas”, agrega la experta.

“Una necesidad ante la hostilidad”

Al contrario del también emblemático ‘sumercé’, que continúa usándose en algunas partes de Colombia como otra muestra de servilisimo y respeto hacia la jerarquía desde tiempos coloniales, definir cuándo se empezó a usar el ‘qué pena con usted’ es más complicado.

Es una fórmula del lenguage oral que evolucionó con el tiempo y carece de referencias escritas.

En el libro de 1872 Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano de Rufino José Cuervo, uno de los más antiguos sobre lenguaje colombiano, no hay menciones al “qué pena con usted”.

Al extranjero puede sonarle como una frase casi anacrónica y sorprenderle que hasta hoy siga usándose con tanta frecuencia.

Ataúd simbólico de una víctima del conflicto en Colombia durante una manifestación reciente.

Fuente de la imagen, Getty Images

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Más de 400 firmantes del acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno colombiano y las FARC-EP fueron asesinados desde entonces.

Como hispanoamericano, me conmueve que en Colombia prevalezca este nivel tan alto de cortesía al hablar, tratándose de ‘usted ‘incluso entre allegados y familiares, mucho más marcado que en mi Cuba natal, donde el ‘usted’ solo se dirige al desconocido o al adulto mayor.

La lingüista Nieto se lanza con una teoría interesante.

“Me atrevo a afirmar que necesitamos ser corteses verbalmente por la realidad tan hostil que vivimos en Colombia”.

“También somos muy eufemísticos. Decimos que una persona perdió la vida o que se la arrebataron, en vez de decir que se suicidó o la mataron”, dice la experta.

Mientras que el actual gobierno de Gustavo Petro negocia con varios grupos armados para poner fin al conflicto que desangra a Colombia desde hace más de medio siglo, la organización Indepaz reportó 93 masacres con 300 víctimas en 2023.

Es una de las tantas contradicciones sobre Colombia que me advierten mis predecesores en esta corresponsalía.

Un país capaz de embelesarte con cortesía y estremecerte con violencia.

Línea gris.

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