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Por qué hay personas que no engordan, aunque coman mucho

Autor: CuidatePlus

Nutrición

Las personas con delgadez constitucional son aquellas que no cogen peso, a pesar de que incluso realicen dietas hipocalóricas para tratar de conseguirlo. La frustración que muchas veces esto conlleva supone en un impacto emocional importante. 

Actualizado a: Martes, 9 Abril, 2024 13:27:04 CEST

Una mujer delgada come pizza en el sofá de su casa La delgadez constitucional no debe asociarse con ningún tipo de problema de salud. (Foto: Shutterstock)

La delgadez constitucional es un estado bajo de peso, inferior a un IMC de 18/18,5”, afirma Rubén Bravo, nutricionista, experto en psicología positiva y miembro del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). El IMC (Índice de Masa Corporal) es un método utilizado para estimar la cantidad de grasa corporal que tiene una persona y determinar, por tanto, si el peso está dentro del rango normal o no. Así, la OMS cataloga sobrepeso en un IMC superior o igual a 25, cifra que se eleva hasta 30 en el caso de la obesidad. 

Eso sí, siendo una medida ampliamente utilizada, “no es perfecta porque no refleja la composición corporal. Podemos encontrarnos con personas aparentemente delgadas o con un peso normal, pero con una proporción de tejido adiposo elevado que no es favorable”, recuerda Juan Manuel Guardia Baena, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

En el caso de las personas con delgadez constitucional, Bravo explica que aunque estas consumen un número normal de calorías, no engordan: “Incluso habiéndose sometido a dietas altas en calorías con el objetivo de engordar un poco, no consiguen apenas aumentar ese peso. Por ello, en cuanto salen de dietas hipocalóricas (con un nivel de calorías superior al gasto calórico), vuelven a él rápidamente”. 

La delgadez constitucional no debe asociarse con ningún tipo de problema de salud ni enfermedades sistémicas, así como tampoco con trastornos de conducta alimentaria (TCA), como la anorexia. Según el nutricionista, “la anorexia nerviosa está relacionada directamente con la búsqueda de ese tipo de delgadez. En cambio, muchas personas con delgadez constitucional no tratan de estar delgadas. De hecho, comen bastante sin lograr ese aumento de peso”. 

Por su parte, Guardia agrega que también existen otros perfiles de bajo peso que no son de TCA, como el trastorno de evitación o restricción de la ingesta de alimentos (TERIA), que consiste en ingerir muy poca cantidad de alimento, pero no porque se esté preocupado por la imagen corporal. “Hay una alteración de la alimentación por una falta de interés en comer o una evitación por características sensoriales de los alimentos, con fracaso persistente en satisfacer las necesidades nutricionales apropiadas”, detalla. Para su diagnóstico, tiene que haberse descartado anorexia, bulimia nerviosa y que no haya evidencia de un problema de autoimagen o percepción corporal. 

¿Qué factores influyen en la delgadez constitucional?

De acuerdo con Guardia, es una pregunta difícil de contestar a día de hoy por falta de evidencia científica. Eso sí, reconoce que el metabolismo y la genética “seguro que son determinantes y explicarían el por qué unas personas tienen más o menos facilidad para cambiar su composición corporal con las modificaciones de hábitos, alimentación y ejercicio”. 

Al respecto, Bravo subraya que es común ver a madres e hijas (la delgadez constitucional es más frecuente en mujeres) con un metabolismo de igual funcionamiento, “muy eficiente y que prioriza el uso de grasa como principal fuente de energía y que procesa los carbohidratos, los azúcares y las salinas de una forma eficaz”. Así, el hecho de que estas personas ingieran una cantidad alta de carbohidratos no les engorda y, en cambio, necesitan tener un consumo alto de grasas saludables y de proteínas para intentar aumentar la masa muscular. 

Más allá del metabolismo y la genética, el nutricionista resalta que es habitual que este tipo de pacientes tengan un perfil emocional muy específico: “Suelen ser personas nerviosas, muy inquietas, que no duermen bien y que a veces dicen que comen mucho, pero no comen tanto”. En este sentido, cuentan con un sistema digestivo en el que no entra demasiado alimento, por lo que les cuesta mucho aumentar las cantidades, lo que implica una lucha por tratar de comer bastante más. 

“A veces lo conseguimos con dietas líquidas o con alimentos muy calóricos, saludables, como por ejemplo con los frutos secos”, afirma el especialista, quien añade que es importante recalcar que, aparte del perfil emocional, a nivel digestivo hay un rechazo a tener ingestas demasiado abundantes. Por ello, “a veces el enfoque es el de hacer una dieta blanda o al menos una comida de dieta blanda”. Además, otra idea es tomar batidos que aporten una cantidad de nutrientes importante. 

En muchos casos, funciona aumentar el número de veces que se come al día. “En vez de tres o cuatro ingestas, hacer seis, siete u ocho pequeñas ingestas para que poco a poco el sistema digestivo vaya metabolizando todos esos nutrientes”, comenta el nutricionista. 

Implicaciones psicológicas 

Los expertos consultados por CuídatePlus lamentan que la delgadez constitucional puede repercutir a nivel emocional, con “un impacto importante en la autoestima y en la frustración, de forma parecida a la obesidad. En el caso de las personas que la sufren, son muchas las que se esfuerzan por perder kilos y no lo consiguen a largo plazo”, declara Bravo. En esta situación ocurre lo mismo: hay un trabajo por coger peso que frecuentemente no da resultado porque la eficacia metabólica de estos pacientes les lleva a que rápidamente vuelvan al bajo peso. 

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