¿Qué pasa si… un cardenal está enfermo o requiere asistencia?
Dentro de la Capilla Sixtina no puede estar acompañado de ningún profesional sanitario. Ayudarle correrá a cargo de los demás cardenales. Si es necesario, puede permanecer en su habitación de la Casa Santa Marta.
Durante el precónclave, se planteó la posibilidad de que el cardenal Vinko Puljić pudiera votar de esta forma. Aunque al final afirmó que acudiría a la Capilla Sixtina, esta posibilidad está contemplada y regulada en la normativa del cónclave, Universi Dominici gregis. Para que estos electores voten al inicio de cada escrutinio se sortea el papel de tres enfermeros. Si sus servicios son necesarios, estos enfermeros votarán los primeros. Luego le llevan al elector enfermo una urna específica después de «una pequeña ceremonia demostrando que está vacía». De igual forma, al regresar «la enseñan para probar que solo tiene un voto», explica el corresponsal de Alfa y Omega y autor del libro Cónclave, Javier Martínez-Brocal.
¿Qué pasa si… en alguna votación hay más votos que electores?
«No se abren», aclara el corresponsal. Se queman directamente. El primer elector, en este caso el cardenal Pietro Parolin, exsecretario de Estado, consulta a los demás y toma una decisión, que puede ser repetir la votación o postergarla a la siguiente sesión. «Ocurrió en el cónclave que eligió a Francisco», apunta. «En el quinto escrutinio había un voto de más. Ahí se jugó el pontificado, porque si pasaba toda la noche quienes no lo apoyaban podían haber buscado un candidato alternativo».
¿Por qué se celebra el cónclave en la Capilla Sixtina?
«Los frescos de Miguel Ángel les recuerdan que Dios les va a pedir cuentas del nombre que pongan en la papeleta», explica Martínez-Brocal. Pero, además, «Juan Pablo II quería que fuera allí porque es un lugar que se puede aislar y donde puede haber celebraciones litúrgicas. Por ejemplo, para ordenar obispo» al candidato elegido, en el caso de que este no lo sea.
¿Qué pasa si… no se distingue claramente el color de la fumata?
El humo de la fumata se obtiene al quemar con paja los votos y todos los documentos relativos a los escrutinios que tengan los cardenales en la Capilla Sixtina. Se encargan de ello los escrutadores, ayudados por el secretario del colegio (Ravelli) y los ceremonieros.
En cónclaves como los de 1958 (Juan XXIII), agosto de 1978 (Juan Pablo I) y 2005 (Benedicto XVI) hubo incertidumbre sobre el color de la fumata. Por ello, ahora se usan dos estufas conectadas: en una arden los papeles y en la otra se queman productos químicos que producen claramente los colores. Aun así, en caso de duda, la elección del Santo Padre se confirma con el repique de las campanas de la basílica de San Pedro.
¿Qué pasa si… al final de una sesión de votaciones no hay fumata?
Martínez-Brocal explica que esto podría ocurrir si un candidato ha alcanzado la mayoría de votos necesaria pero aún no ha aceptado. Sería el caso —poco probable— de que hubiera sido elegido alguien que no forma parte de los electores. Entonces, el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra, que no participa en el cónclave pero está fuera de la Capilla Sixtina para asistir, le convocaría para hacerle saber que los electores quieren hablar con él y le llevaría a ellos.
Otra posibilidad remota, según el corresponsal, sería que el candidato elegido hubiera pedido excepcionalmente un tiempo extra para considerar si aceptar o no, por razones graves. Aunque lo normal, aclara, sería que «hubiera avisado de ello antes, al ver que va acumulando votos».
¿En qué momento entregan los cardenales sus móviles?
Los cardenales han depositado sus dispositivos en Casa Santa Marta al llegar —martes tarde o miércoles mañana—. Los recibirán de vuelta al concluir el cónclave. «Si uno quisiera hacer trampa puede. Pero son ellos los primeros que quieren protegerse», apunta Martínez-Brocal. De hecho, el corresponsal asegura que «el mecanismo está funcionando muy bien y no se ha filtrado nada relevante de las reuniones».
¿Qué pasa si… se suceden las votaciones sin que sea elegido un candidato?
Universi Dominici gregis establece que «después de tres días de escrutinios sin resultado positivo» las votaciones se suspenden «al máximo por un día». Martínez-Brocal explica que hay diversidad de opiniones sobre si esto implica 72 horas desde el inicio del cónclave, o doce votaciones contando con cuatro por día, o tres días contando miércoles, jueves y viernes. Sería Parolin quien decidiera la interpretación, escuchando al resto de electores, aunque el corresponsal apunta a que este día sería el domingo 11 de mayo.
Ese día estaría dedicado a la oración, el libre coloquio y una breve exhortación del primer cardenal del orden de los diáconos, Dominique Mamberti. Si sigue sin haber acuerdo, esta pausa se repetiría tras otras siete votaciones —martes 13— y el predicador sería el primer cardenal del orden de los presbíteros, Vinko Puljić, si su salud se lo permite.
Ocurriría lo mismo el viernes 16 de mayo. Ese día predicaría el cardenal Parolin, como primer cardenal del orden de los obispos. Si tras otras siete vocaciones aún no se ha alcanzado un acuerdo —domingo o lunes siguiente— se dedicará un día entero a la oración y el diálogo. A partir del martes 21 de mayo las votaciones serán solo entre los dos con más votos en las anteriores —ellos no votarían—.