Los “dreamers”, beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), se enfrentan a un escenario de marcada incertidumbre de cara a la asunción del presidente electo Donald Trump el 20 de enero de 2025. En una reciente entrevista, el republicano mostró interés en abordar su situación, aunque con enfoques contradictorios respecto a sus posturas pasadas.
En diálogo con el programa Meet the Press de la cadena NBC, Trump señaló que muchos de los “dreamers” ya no son jóvenes y han logrado establecerse exitosamente en el país. Según el exmandatario, “en muchos casos, han tenido éxito; tienen buenos trabajos; en algunos casos tienen pequeñas empresas; en otros casos, pueden tener grandes empresas”.
“Y vamos a tener que hacer algo con ellos”, adelantó el presidente electo. Sin embargo, aunque esta declaración ilusiona a los beneficiarios, contrasta con el historial de políticas restrictivas hacia la inmigración del exjefe de Estado, y de sus propuestas para su segundo mandato en la Casa Blanca.
DACA fue creado en 2012 bajo la administración de Barack Obama para proteger de la deportación a menores que llegaron al país sin autorización legal. Desde sus inicios, alrededor de 800 mil personas se beneficiaron de este programa, que les otorga permisos temporales de trabajo y estudio, aunque sin proporcionarles un estatus legal permanente.
Durante su primer mandato, Trump intentó desmantelar el programa al considerar que Obama excedió sus facultades al implementarlo.
“Vamos a terminar inmediatamente con las dos amnistías ejecutivas ilegales del presidente, en las cuales él desafió la ley federal y la Constitución para otorgar el perdón a aproximadamente cinco millones de inmigrantes ilegales”, había prometido el magnate durante la campaña presidencial de 2016, según recopiló Político.
En 2020, la Corte Suprema bloqueó su intento de eliminarlo, y dictaminó que el proceso seguido por la administración de Trump no cumplió con las normas legales. A pesar de este revés, Trump reiteró en otras oportunidades su intención de acabar con el DACA, al considerar que es una medida “ilegal”.
Aunque Trump mostró un tono más conciliador hacia los dreamers en algunas declaraciones de su campaña, en general aún mantiene un discurso de línea dura respecto a la inmigración.
En los últimos meses, prometió llevar a cabo el “programa de deportación más grande de la historia”, lo que genera preocupación entre los beneficiarios del DACA. Según un análisis de Andrés Echevarría, experto en derecho migratorio, es probable que Trump intente nuevamente eliminar el programa si el Congreso no toma medidas para aprobar una legislación que lo respalde.
Esta postura también coincide con la intención de Trump de modificar la 14ª Enmienda de la Constitución, que otorga la ciudadanía por derecho de nacimiento. Sobre este tema, afirmó: “La vamos a tener que cambiar. Vamos a tener que volver al pueblo y la tenemos que terminar. Somos el único país que la tiene”.
En estados como California, los beneficiarios del DACA ya están preparándose para escenarios adversos. Ante la posibilidad de perder su protección, algunos consideran alternativas legales de inmigración o incluso la opción de autodeportarse, como señaló a San Francisco Chronicle Reyna Maldonado, una empresaria beneficiaria del programa.
Por otro lado, líderes comunitarios y legales comenzaron a organizar estrategias para proteger a los dreamers y exploran alternativas como visas de trabajo, residencia por matrimonio o asilo.