Existen tantos tipos de dietas como formas de hacerlas. Hay mucha gente que busca bajar de peso y ganar músculo con una dieta equilibrada y una buena rutina de gimnasio, pero también hay muchos que tienen concepciones erradas sobre cómo ganar masa muscular y piensan que no comer es la respuesta.
Aunque la evolución humana ha pasado grandes períodos de su historia sin comer, y en las sociedades antiguas y modernas, miles de millones de personas en todo el mundo han practicado o practican el ayuno prolongado con fines religiosos y culturales, esa no es una buena manera de aumentar el músculo.
De hecho, es todo lo contrario: un estudio publicado en Nature Metabolism reveló que el cuerpo experimenta cambios significativos y sistemáticos en múltiples órganos durante periodos prolongados de ayuno. Además, demostró la existencia de beneficios para la salud que van más allá de la pérdida de peso, pero también puso de manifiesto que los cambios que podrían alterar la salud solo se producen a partir de los tres días de ayuno.
Los efectos de no comer en el cuerpo
En el estudio, 12 voluntarios sanos participaron en un ayuno de siete días durante el cual solo ingirieron agua. Los investigadores encontraron que tan solo después de tres días los voluntarios perdieron una media de 5,7 kg tanto de masa grasa como de masa magra. Aunque no comieron, el peso se mantuvo, porque la pérdida de masa magra se invirtió casi por completo, pero la masa grasa se mantuvo.
“Por primera vez podemos ver lo que ocurre a nivel molecular en todo el organismo cuando ayunamos. El ayuno, cuando se realiza de forma segura, es una intervención eficaz para perder peso. Las dietas populares que incorporan el ayuno -como el ayuno intermitente- afirman tener beneficios para la salud que van más allá de la pérdida de peso”, explicó Claudia Langenberg, una de las principales investigadoras.
Otro cambio importante se dio en las proteínas. Tras tres días de ayuno, el cuerpo sufrió cambios en los niveles de proteínas, lo que indicaba una respuesta de todo el cuerpo a la restricción calórica total.
Una de cada tres proteínas medidas cambió significativamente durante el ayuno en todos los órganos principales. Estos cambios eran constantes en todos los voluntarios, pero había rasgos distintivos del ayuno que iban más allá de la pérdida de peso, como los cambios en las proteínas que forman la estructura de soporte de las neuronas del cerebro.