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En medio de la compleja realidad económica que enfrentan muchas familias chilenas, la educación financiera emerge como una herramienta vital para sortear dificultades y planificar el futuro. Expertos señalan la importancia de identificar y controlar los gastos que pueden afectar negativamente nuestras finanzas, ofreciendo consejos prácticos para mejorar la salud económica personal.
Según la encuesta «Sueños y temores de los chilenos», el 73% de los encuestados no ahorra debido a la falta de recursos, una situación agravada por la creciente inflación en el país.
Ante este escenario desafiante, Jennifer González Carvacho, Gerente de Operaciones de Regalariza y experta en educación financiera, señala la importancia de identificar y controlar los gastos que pueden impactar negativamente en nuestras finanzas.
«Ahorra nos brinda seguridad financiera en momentos de crisis y nos otorga libertad económica para alcanzar nuestras metas a largo plazo. Sin embargo, para muchos chilenos, esta realidad parece estar fuera de su alcance», comenta González Carvacho.
La encuesta mencionada revela que solo el 21% de las personas ahorran de forma voluntaria, mientras que la mayoría argumenta que no lo hace debido a limitaciones económicas.
Ante esto, González Carvacho enfatiza la importancia de la educación financiera, especialmente en momentos de dificultades económicas.
«La educación financiera capacita a las personas para tomar decisiones informadas y responsables sobre sus finanzas personales. Esto les permite administrar sus ingresos, gastos, ahorros e inversiones de manera más eficiente, reduciendo así el riesgo de endeudamiento excesivo o malas decisiones financieras», explica la experta de Regalariza.
En este contexto, González Carvacho destaca la necesidad de identificar y controlar los «gastos hormiga«, «gastos fantasma» y «gastos vampiro«, que pueden erosionar silenciosamente el presupuesto personal.
Los gastos hormiga son pequeños gastos diarios no planificados que, con el tiempo, pueden sumar una cantidad considerable. Esto incluye compras de café, comida rápida, salidas a restaurantes y compras impulsivas.
Los gastos fantasma son pagos automáticos incluidos en los gastos mensuales pero que pasan desapercibidos, como suscripciones a aplicaciones de streaming, gimnasios o servicios que se renuevan automáticamente.
Finalmente, los gastos vampiro son más notorios pero igualmente perjudiciales, como el mal uso de electrodomésticos, fugas de agua o compras de conveniencia costosas.
«Es importante identificar estos gastos para poder reducirlos y mantener un presupuesto equilibrado, evitando que afecten nuestra situación financiera a largo plazo», concluye González Carvacho.
