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¿Qué panorama le espera a la economía de EEUU en 2024? ¿Se podrá evitar otra vez una recesión?

Autor: Univision

En un momento en el que las previsiones económicas para 2024 se replantean tras las recientes medidas de la Reserva Federal, The Conversation recurrió a dos economistas financieros para que compartieran sus opiniones sobre el próximo año.

Brian Blank y Brandy Hadley son profesores que estudian las decisiones financieras de las empresas y la economía. Ellos explican qué se puede esperar en 2024.

1. El año pasado por estas fechas, muchos expertos veían una recesión en el horizonte, ¿se producirá finalmente esa recesión tan largamente pronosticada en 2024?

La buena noticia es que probablemente no.

La economía estadounidense no está en recesión y probablemente seguirá creciendo. En el último año, el producto interno bruto ha superado las expectativas, la inflación tiende a la baja y el empleo sigue siendo sólido.

Aunque nadie debería afirmar que no se acerca otra recesión, 2024 parece ser un año poco probable para que se produzca una, a menos que haya algo inesperado como, por ejemplo, una nueva pandemia mundial. Para ser justos, el optimismo lleva a asumir riesgos, lo que siempre puede contribuir a que se desencadene la próxima recesión.

La economía estadounidense se enfrenta a numerosos retos, como los ya elevados costes de la deuda, un posible cierre del gobierno, el aumento de la deuda de los consumidores y la persistente crisis del sector inmobiliario comercial, que podría provocar una desaceleración continua del sector.

Otros vientos en contra son la deuda nacional, la debilidad de las economías de otros países y los continuos conflictos y tensiones comerciales a escala mundial.

Aunque a muchos 2023 les ha parecido un “aterrizaje suave” -ese logro difícil de alcanzar en el que los responsables políticos reducen la inflación sin desencadenar una recesión-, las anteriores recesiones han surgido luego de que la gente pensaba que se habían evitado. Quizá por ello, banqueros, responsables de finanzas y economistas siguen advirtiendo los riesgos de que las tasas de interés se mantengan altas.

Además, a pesar de la disfunción en Washington, leyes y políticas recientes como la Ley CHIPS y de Ciencia, el acuerdo bipartidista sobre infraestructuras, la Declaración de Derechos de la inteligencia artificial y uso seguro podrían impulsar aún más el crecimiento económico estimulando la creación de empleo y mejorando la competitividad.

En particular, la inversión pública y privada en manufactura y el sector industrial se encuentra en niveles sin precedentes, y la tecnología avanza rápidamente, lo que contribuye aún más a las positivas perspectivas económicas, por no mencionar la solidez de los balances de los consumidores.

2. ¿Y qué hay de la “vibecession“? ¿Estamos en una ahora, y por qué es importante esto en 2024?

Cuando se observa el pesimismo económico que revelan las encuestas y las redes sociales, surge una paradoja fascinante: a pesar de las malas percepciones colectivas, la mayoría de los estadounidenses afirman que su situación económica personal es básicamente buena.

La escritora Kyla Scanlon ha bautizado este estado como “vibecession”, la suma de las palabras vibes (vibras, en español) y recession (recesión, en español), o sea, cuando la economía sigue creciendo, pero las percepciones o vibras no son positivas. Es el ” pesimismo generalizado sobre la economía, independientemente de la economía en sí”.

El hecho de que el gasto de los consumidores siga experimentando un crecimiento sostenido, a pesar de las sombrías perspectivas económicas, subraya una curiosa división entre el sentimiento y la actividad económica.

3. Y si los ingresos y el gasto de los estadounidenses siguen aumentando, ¿no sería suficiente para poner fin a la “vibecession”?

En resumen: no necesariamente.
Aunque la inflación ha sido alta en los últimos dos años -alcanzando un máximo del 9.1% en junio de 2022 antes de caer al 3.1% recientemente-, la mayoría de los estadounidenses no han visto aumentar sus ingresos tan rápido como la inflación desde 2021.

Como resultado, muchos se sienten frustrados por no poder permitirse lo que podrían en 2020. Rememorar cómo la Coca-Cola solía costar cinco centavos está afectando el optimismo o la percepción de la economía. Si la inflación sube más rápido que los salarios en 2024, la percepción puede verse afectada.

Además, parece que otros acontecimientos económicos positivos apenas han afectado a la percepción de la gente. Casi todo el mundo que quiere un empleo lo tiene, lo que es un factor crucial para mantener la confianza de los consumidores y sus hábitos de gasto.

Sin duda, los precios de la gasolina también desempeñan un papel destacado en la percepción de las personas, y al bajar inesperadamente en diciembre, el sentimiento de optimismo mejoró.

Esto pone de relieve el impacto de los costes energéticos en el estado de ánimo del público y sugiere que las fluctuaciones de los precios del gas pueden influir rápidamente en el sentimiento económico general.

Sin embargo, sospechamos que los consumidores seguirán haciendo lo que están haciendo – gastar dinero y sentirse mal con respecto a la economía – hasta que algún shock les obligue a dejar de hacerlo.

Esta extraña contradicción entre el pesimismo percibido y el bienestar financiero personal pone de relieve la compleja interacción de factores psicológicos y realidades materiales que configura la narrativa económica general.

4. ¿Podría convertirse la “vibecession” en una profecía cumplida?

Los consumidores dicen sentirse mal, pero siguen gastando más de lo previsto, como viene ocurriendo desde hace más de un año. Estos hechos parecen contradictorios y a algunos expertos les preocupa que el propio pesimismo pueda perjudicar a la economía. Esto se debe a que la gente gasta menos cuando está preocupada por el futuro.

Sin embargo, esto ha sido así durante meses, por lo que no está claro por qué debería cambiar ahora.

Aunque entendemos que el sentimiento de los consumidores es complejo, creemos que tiene más sentido centrarse en lo que la gente hace, no en lo que dice. Y la gente se está comportando de una forma que es coherente con una economía fuerte debido al aumento de los ingresos reales, por no hablar de un mercado laboral robusto.

Y, en general, si durante la mayor parte de dos años le dices a la gente que una recesión es inminente, no debería sorprenderte que se muestren pesimistas. Si el consenso es erróneo, no debería sorprender a nadie que el sentimiento diverja de los datos económicos, especialmente cuando los políticos se culpan unos a otros del debilitamiento de la economía.

5. ¿Qué más se puede esperar para este 2024?

Tras la reunión en diciembre de la Reserva Federal, muchos analistas reescribieron sus previsiones para 2024 con la expectativa de que la Fed bajará las tasas más de lo previsto.

Aunque muchos esperaban que Jerome Powell, presidente de la Fed, minimizara las discusiones sobre la baja de tasas, las respuestas de la reunión fueron contundentes, dando por derrotada la inflación y pronosticando una tasa referencial de los fondos federales por debajo del 4% a finales de año para relajar las condiciones financieras.

Aunque los inversores parecen haber reaccionado de forma exagerada -una vez más-, es probable que se produzca una desaceleración adicional de la inflación y del crecimiento económico a medida que la economía siga normalizándose tras la pandemia.

Sin embargo, la Fed no está esperando a que la inflación alcance su objetivo del 2% para bajar las tasas, lo que significa que una rápida caída de la inflación podría hacer posibles más recortes de la tasa.

Es probable que el crecimiento económico siga siendo fuerte en 2024 y que la inflación se ralentice, aunque a un ritmo más moderado. Ahora bien, la asequibilidad de la vivienda podría mejorar el año que viene, aunque partiendo del peor nivel en décadas.

Aunque es probable que en 2024 se produzcan debates en otros ámbitos, es de esperar que se produzcan menos de estas conversaciones económicas en 2024 que en 2023. Y si tenemos suerte, los mercados subirán al menos con la misma rapidez, aunque debemos recordar que casi todo el mundo se equivocó el año pasado – y si hay una predicción que podemos hacer con confianza, es que al menos algunas de las previsiones actuales parecerán bastante tontas en retrospectiva.

¿El 2023 fue un año bueno o malo económicamente para EEUU? El debate en Línea de Fuego

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