Valerio Cappelli (Corriere della Sera)
Actualizado
La visita de dos das de Robert De Niro a la capital italiana es un recorrido con varias paradas. Este viernes ha sido recibido en el Vaticano por el Papa Len XIV, quien le ha regalado un rosario, y la tarde est dedicada a hablar en el cine Moderno sobre rase una vez en Amrica de Sergio Leone en un encuentro moderado por Walter Veltroni, dentro del ciclo Fuori sala ideado por el festival cinematogrfico Alice nella citt.
Pero el verdadero motivo de su visita es el negocio. En Roma, el gran actor ha inaugurado en la Via Veneto la ltima joya de Nobu, la cadena de lujo de restaurantes y hoteles de la que es copropietario junto con el chef japons Nobu Matsuhisa, quien se present con su chaqueta blanca de chef, y el productor cinematogrfico Meir Teper.
Una inversin que supera los 135 millones de euros, otro hotel de lujo que est rediseando el centro histrico. En el mundo poseen 46 hoteles y 57 restaurantes, con un total de “ocho millones de clientes al ao”.
El jueves por la noche hubo un momento extico y divertido: la inauguracin se transform en un rito de buena suerte, para el cual se cerr un tramo de la calle alrededor del hotel, el primero de la cadena en Italia, con la tradicional ceremonia llamada Kagami Biraki, en la que se rompe un viejo barril de sake para el brindis, como si fuera la botadura de un barco. Es un ritual que De Niro realiza en cada apertura de un establecimiento Nobu.
El plato estrella del men fusin (una mezcla de Japn y Sudamrica) parece ser el Black Cod Miso. El chef coment que tambin usar productos italianos: “S que estn locos por el risotto con trufa”.
En la maana del jueves dej a un lado los fogones y subi al Campidoglio para recibir el mximo honor de Roma, la Loba Capitolina, de manos del alcalde Gualtieri, quien dijo: “Es un protagonista absoluto que ha encantado al pblico con interpretaciones inolvidables”. Una distincin que refuerza sus races italianas.
De Niro, como se sabe, no es un gran orador. Tanto es as que, en un encuentro posterior dentro de su gira gastro-honorfica, respecto a la posible revitalizacin de la calle de la Dolce Vita donde se encuentra el Nobu, exclam dos veces, algo impotente: “Qu puedo decir? Ojal”.
S, vale, pero cuando acta, es un monumento.
En el Campidoglio sac una hoja de papel del bolsillo y dijo: “Roma es ms que una ciudad, es una obra de arte viva. Cada calle, cada piedra, cada plato cuenta una historia. Es un lugar que ha dado tanto al mundo: a la cultura, al cine, a la belleza”.
Pensando en su bisabuelo, de origen molisano, en Italia, aadi: “Este reconocimiento tiene un significado personal para m. Lo acepto con inmensa gratitud.”
El alcalde lo acompa al balcn con vista a los Foros, le habl de Historia, y De Niro habl de Cinecitt —”cuando era el Hollywood sobre el Tber”—, de Sergio Leone y Ennio Morricone, y de cuando rod rase una vez en Amrica.
“A Leone lo haba conocido tiempo atrs junto a Grard Depardieu; llevaba aos trabajando en esa pelcula. Quise leer el libro de Harry Grey en el que se basa: haba un conocimiento directo de la comunidad juda y de los gnsteres de la poca; Sergio lo transform y lo hizo suyo.”
En los pocos minutos en que fue posible apartarlo de las formalidades y los negocios, apunt a su blanco favorito: el presidente Trump. En Nueva York ha sido elegido el demcrata Zoran Mamdani, y los progresistas lo ven como una oportunidad de renacimiento, aunque por la Constitucin no podr ser presidente de Estados Unidos al haber nacido fuera del pas, en Uganda.
Qu representa esta eleccin? “Es hora de recuperar el pas. La gente finalmente ha empezado a entender. Yo siempre digo: ojal, ojal que algo cambie, que lo atrapen, que lo detengan, a ese hombre que siempre ha eludido las condenas. Ha creado un caos en nuestro pas. Mamdani, con su energa, ha desafiado a Trump, y la gente empieza a estar harta. Tenemos que liberarnos de este presente horrible y monstruoso. Me da vergenza estar representado por una figura as.”
Hace ms de 40 aos, De Niro pas una noche histrica en Trastevere con Leone, Gianni Min, Muhammad Ali y Gabriel Garca Mrquez, en el restaurante Checco er Carrettiere, cuyo dueo fue compaero de primaria de Leone y Morricone. La clsica trattoria romana. Ahora, sushi delicado y tempura crujiente… y preprense para abrir la cartera. Para el gran actor, de 82 aos, business is business.
El negocio de los restaurantes es una actividad que tambin comparten italianos como Diego Abatantuono y Claudio Amendola, y que durante un tiempo lo fue incluso para Gigi Proietti.
