O eres de quienes dicen que “es solo un teléfono”, o eres del equipo de los “compradores meticulosos”, aquellos que analizan hasta el último detalle de los smartphones, se mantienen al día sobre los mejores dispositivos de cada año y se sienten orgullosos de su brillante y costosa inversión.
Hace 10 años que me gano la vida analizando smartphones y todavía me emociono. Ahorré dinero trabajando en la biblioteca de mi universidad para comprarme mi primer teléfono, y sigo igual de encantado una década después cuando uno nuevo llega a mi puerta y me pongo a pensar en sus nuevas capacidades, aunque solo tenga pequeños cambios con respecto a su predecesor. Lastimosamente, no sentí ningún cosquilleo cuando llegó la serie Galaxy S25 (7/10, calificación de WIRED).
Samsung ha hecho uno de los lanzamientos de smartphones más mediocres que he visto últimamente, no porque sean malos teléfonos, sino porque no hay muchas novedades. El hardware es apenas diferente: todo es IA, IA, IA. Tan útil como inútil. También me cuesta encontrar carácter en el diseño; hasta los colores de lanzamiento son aburridos. El Galaxy S25, el Galaxy S25+ y el Galaxy S25 Ultra son excelentes actualizaciones si vienes de un dispositivo de hace tres o cuatro años. Por lo demás, no son interesantes ni emocionantes.
El Galaxy S25+ a la izquierda, el S25 Ultra en el centro y el S25 a la derecha.
Fotografía: Julian Chokkattu
Los nuevos smartphones de la compañía no tienen carga inalámbrica Qi2 integrada de forma nativa. Podría decirse que esta es la parte más decepcionante de la historia del hardware.
Choque estático
Antes de repasar los detalles y demás, quiero destacar que me gustan los cambios pequeños de hardware del Galaxy S25 Ultra. Ahora los laterales tienen bordes planos, las esquinas son redondeadas e incluso el lápiz óptico S Pen no sobresale tanto de la carcasa inferior. Los biseles son más delgados, lo que hace que el display se vea más grande con cambios muy mínimos en las dimensiones del teléfono. Los bordes planos hacen que el equipo sea más cómodo de usar con una mano, aunque nada supera el diseño del Galaxy S25 de 6.2 pulgadas.
El chipset Qualcomm Snapdragon 8 Elite ofrece un rendimiento fluido, aunque los gamers apreciarán más las mejoras térmicas de estos teléfonos. El año pasado, cuando jugué a Genshin Impact durante un tiempo prolongado en la serie S24, me encontré con pausas y el teléfono se calentaba en una zona concreta. No lo noté después de casi una hora de juego en la serie Galaxy S25, y eso con los gráficos al máximo a 60 Hz. Las soluciones de refrigeración mejoradas también parecen funcionar.
A menudo terminaba el día con entre un 30 y 40% de batería en los tres dispositivos y entre cinco y seis horas de pantalla. Estos resultados son bastante buenos, pero nada extraordinario para un teléfono de gama alta de hoy en día. Sin embargo, la carga inalámbrica es un detalle frustrante.
Con un diseño elegante, resistencia al agua y una aplicación intuitiva, el anillo inteligente Zen de STF se posiciona como una opción accesible y eficaz para quienes buscan mejorar su bienestar físico sin complicaciones.
El fantasma de la carga inalámbrica
Qi2 es una de las características más interesantes que llegarán a los teléfonos Android en 2025 porque permite adoptar un sistema de accesorios similar al MagSafe que los usuarios de iPhone han disfrutado durante los últimos cinco años. Desgraciadamente, la serie Galaxy S25 no está preparada para Qi2. En resumidas cuentas, no es un verdadero teléfono Qi2 porque no tiene imanes incorporados, debes emparejar tu dispositivo con una funda magnética para activar esta función.
Samsung no me envió ninguna funda magnética oficial para que la probara y solo vende una única funda magnética para el S25 Ultra y el S25+. Por suerte, los fabricantes de accesorios trataron de salvar el día, entregando numerosas opciones; aunque mi experiencia hasta ahora ha sido un éxito o un fracaso, sin un balance certero. Probé una funda con imanes débiles, y mi teléfono cayó del cargador del auto con demasiada facilidad cuando pasé por un bache. Otro se negó a funcionar con mi cargador Qi a pesar de la supuesta compatibilidad con versiones anteriores. Si Samsung hubiera integrado los imanes Qi2 en el teléfono, la experiencia podría haber sido mejor y, desde luego, no resultaría tan confusa para los consumidores.
Ok, hablemos de la cámara
Como fotógrafo aficionado, me gusta probar las cámaras de los smartphones, pero el Galaxy S25 apenas se diferencia de la serie S24. El sistema de triple cámara de los Galaxy S25 y S25+ permite hacer fotos magníficas, pero ¿por qué el S25+, de 1,000 dólares, sigue teniendo un teleobjetivo con zoom óptico de 3 aumentos cuando el iPhone 16 Pro, de 1,000 dólares, se ha actualizado con una cámara óptica de 5 aumentos?
El único cambio importante en la cámara es el sensor ultrawide de 50 megapíxeles, frente a los 12 MP, exclusivo del Galaxy S25 Ultra. No me malinterpretes, el ultrawide es sin duda una mejora: algunas de mis tomas con poca luz son más nítidas en comparación con el Google Pixel 9 Pro y el iPhone 16 Pro Max. Sin embargo, el ultrawide de 12 MP sin cambios en los teléfonos que no son Ultra es mediocre, y sus cámaras se sienten estáticas. Te mostraré algunos de mi intentos de fotografía:
No quiero entrar en una guerra de megapíxeles, porque más megapíxeles no significa una mejor cámara, pero cuando el Pixel 9 de 800 dólares y el iPhone 16 Pro de 1,000 dólares tienen una ultrawide de 48 MP, es un poco confuso cuando Samsung no le da a la línea completa la actualización. En general, preferí las fotos del Google Pixel 9 Pro a las de la serie Galaxy S25, aunque hay varios casos en los que los teléfonos Samsung sacan ventaja.
Un primer plano de las cuatro cámaras de la parte trasera del Galaxy S25 Ultra.
Fotografía: Julian Chokkattu