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La comedia italiana ahora es también cosa de mujeres

Autor: Parana Sendros

Signo de los tiempos, ahora la comedia a la italiana tiene nombre de mujer: Paola Cortellesi, one woman show, actriz de variado registro, libretista, directora, y autora del mayor éxito del cine italiano de los últimos años, “Siempre habrá un mañana”, que en su país les ganó en taquilla a “Barbie” y “Oppenheimer” juntos. Por si esto fuera poco, también canta y hace voces de films de animación. Su película inauguró el jueves la 10ª. Semana de Cine Italiano en Cinepolis Recoleta, se repite hoy y se estrena comercialmente el próximo jueves. Cortellesi misma vino a presentarla. Dialogamos con ella:

Paola Cortellesi: ¡“María Montesori, una vida por los niños!”, ¡qué ejemplo de mujer! Me encantó hacer ese trabajo. Además, es de los pocos papeles dramáticos que he hecho, como “La física del agua” o “Piano, solo”, sobre el jazzman Luca Flores. Pero la mayor parte de lo que hago son comedias. Atención, no soy cómica, soy comediante.

P.C.: Un honor. Fue un honor haber participado en el “Maravilloso Bocaccio”. Y muy poco después, Vittorio, que era el mayor, se murió. Una pena.

P.: Pocos dramas, pocas obras dirigidas por mujeres.

P.C.: Pero qué mujeres, Cristina Comencini y María Sole Tognazzi, la hija del gran Ugo Tognazzi.

P.: Y varias películas dirigidas por varones pero con guiones suyos, siempre con el mismo tema.

P.C.: ¿Usted dice la relación hombre-mujer? Hice como nueve guiones. El primero, “Disculpen si existo”, sobre una arquitecta de provincia que le fue bien en el exterior, la típica fuga de cerebros, pero en Italia no reconocen su trabajo, debe usar un subterfugio para lograr sus proyectos. Otro, “Los últimos serán los últimos”, a una profesional embarazada no le viene renovado el contrato. Y “¿Mamá o papá?”, en la separación nadie quiere quedarse con los chicos, “Come un gatto in tangenziale”, que es como decir “Como pez fuera del agua”, y así. Esos temas femeninos me surgen naturalmente, y gozan del gusto del público porque se exponen a través del humor. Así funciona. Aclaro que no los escribo yo sola, siempre los hago con Giulia Calenda, a veces también con Furio Andreotti.

P.: Y muchos los dirigió Riccardo Milani, su marido, si no me equivoco. ¿Cómo pasó usted a directora?

P.C.: Fue un paso natural. Quería que mis historias se vieran en pantalla tal como yo las había escrito. Y los productores me alentaban, “¿cuándo vas a decidirte?” Ellos son Lorenzo Gangarosa y Mario Gianani, que produjo el “Vincere” de Marco Bellocchio, nada menos. Así que di el paso de modo natural.

P.: Pero “Siempre habrá un mañana” tiene más despliegue que las otras, mayores desafíos, más riesgo artístico, y un trasfondo histórico ambientado en 1946 que obliga a mayores exigencias.

P.C.: A esa altura ya tenía años de experiencia en el cine. Y el equipo era muy bueno (fotografía Davide Leone, escenografía Paula Comencini). Lo ambienté en 1946 porque entonces, cuando era más marcada la posición de la mujer siempre en segundo plano, justo ese año se hizo el referéndum nacional para que el pueblo decidiera si quería seguir con la monarquía o volcarse a la república. Y ahí, por primera vez, la mujer pudo usar el derecho al voto. Por primera vez, su opinión fue tenida en cuenta. Y muchos esperaban que la mujer seguiría la opinión del marido, pero no fue tan así.

P.: ¿Quiénes propusieron el voto femenino?

P.C.: Eso lo llevaron adelante las mujeres que hacían política, que había luchado contra el fascismo, y otros grupos. También los curas, a través de un partido nuevo, Democracia Cristiana, que impulsó el voto femenino.

P.: Y eso lo envuelve usted con canciones extemporáneas, escenas oníricas, románticas, momentos humorísticos y personajes de estereotipos, como el marido y el suegro que maltratan a la mujer.

P.C.: Esos dos idiotas pueden dar miedo pero cuando ves que son unos estúpidos, que usan la violencia también con la palabra pero son solo unos cretinos, ya no les tenés miedo. En eso empleo con cuidado el humor, porque el humor no es ridiculizar una cosa seria. Así lo enseña la comedia a la italiana.

P.: A propósito, ¿cómo define usted la comedia a la italiana?

P.C.: Es la comedia que ha contado, y que cuenta, las miserias del italiano, también sus aspectos peores, pero usando el humorismo, porque el humor permite escuchar las cosas más graves. Por ejemplo, Mario Monicelli con “Los compañeros”, Ettore Scola con “Feos, sucios y malos” y tantas otras comedias, han sabido contar cosas terribles, porque el humor permite soportarlas y prestarles atención. Además, lo hicieron con ingenio, con belleza, de modo entretenido. Hicieron un cine popular y al mismo tiempo nuevo, de estilo personal y con algo que decir.

P.: Es lo que también hace usted. ¿Usted fue amiga de Monica Vitti? Le pregunto porque aparece en un documental sobre ella.

P.C.: ¡Ojala hubiera podido ser su amiga! Soy una gran admiradora. Ella pasaba del drama a la comicidad, llegaba también al intimismo, se movía por todos los géneros y encima era hermosa.

P.: ¿Y Anna Magnani y Sophia Loren?

P.C.: ¡La Magnani es una institución, es intocable! ¡Y la Loren es nuestra gran actriz, ha llevado a Italia por el mundo, todos los italianos la amamos! No creo que pueda llegar a ser como ellas, aunque algunos me lo dicen, pero estoy contenta con mis resultados. Con esta película mia recibí el amor de muchos italianos, que la han amado porque cuenta la historia de sus abuelas, de sus madres, esto lo he sentido en el alma.

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