Wall Street está a punto de protagonizar un hito histórico al superar por primera vez el billón de dólares en programas de recompra de acciones
Las empresas retribuyen al accionista e intentan estabilizar la cotización con títulos infravalorados y con amplio recorrido alcista en Bolsa.
Wall Street está a punto de protagonizar un hito histórico al superar por primera vez el billón de dólares en programas de recompra de acciones para este año.
La fortaleza del negocio en un contexto de máxima volatilidad en los mercados a consecuencia de la guerra comercial ha provocado que las grandes cotizadas de EEUU recurran a esta fórmula para optimizar sus políticas de retribución al accionista más allá del reparto de dividendos.
El año pasado, las firmas del S&P 500 se gastaron US$942.500 millones (820.540 millones de euros) en recompras de acciones, lo que supuso un incremento del 18,5% respecto al ejercicio anterior, según datos de S&P Dow Jones Indices. Y la tendencia no ha hecho más que acelerarse en 2025.
Solo en el mes de abril, coincidiendo con la temporada de presentación de resultados y la escalada de las tensiones arancelarias, se anunciaron programas por valor de US$234.000 millones. Y hace tan solo unos días, Apple desveló su plan para destinar US$100.000 millones a recompra de acciones este ejercicio.
En su caso, se trata de 10% menos respecto al récord de 2024 porque ha optado por ser prudente ante el posible impacto de la guerra arancelaria en su negocio. Y aun así, representa en solitario prácticamente una décima parte de lo que será un año récord, según las últimas proyecciones de Bloomberg, Goldman Sachs y S&P.
Los gigantes de Silicon Valley y los titanes financieros de Wall Street son los grandes protagonistas del año, aunque recurrir a la recompra de acciones se ha convertido en una tendencia generalizada entre las grandes cotizadas norteamericanas.
Alphabet anunció en abril un programa valorado en US$70.000 millones, hasta el momento el más caro del año, aunque luego fue superado por Apple.
Wells Fargo, Visa y Booking
Entre los que manejan cifras milmillonarias se encuentran también firmas como Wells Fargo y Visa, con planes valorados en US$40.000 millones y US$30.000 millones, respectivamente.
Más allá de la tecnología o las finanzas, compañías de otros mercados también han anunciado este año ambiciosos programas, como Booking, que ha reservado US$20.000 millones para este fin.
En el ámbito de las comunicaciones, destaca Broadcom, con US$10.000 millones. En la industria de los semiconductores, sobresale el nombre de AMD, que prevé destinar 6.000 millones a recomprar acciones, la misma cantidad que ha anunciado General Motors.
En las estadísticas de este año todavía faltan por contabilizar gigantes como Nvidia, que tienen un ejercicio fiscal diferente y todavía están ejecutando el programa del año pasado, que en total asciende a unos US$50.000 millones. Se espera que Microsoft también actualice su programa a finales de verano. El pasado ejercicio la cantidad ascendió a US$60.000 millones.
¿Por qué este interés de Wall Street por los planes de recompra de acciones?
En primer lugar, es un mensaje de confianza que las compañías lanzan al mercado. Consideran que sus títulos están infravalorados y que todavía tienen un amplio recorrido alcista en Bolsa, al mismo tiempo que aumentan el valor para los accionistas. También son mucho más eficientes desde un punto de vista fiscal que el reparto de dividendos.
Además, esta fórmula gana relevancia en momentos de alta volatilidad, como la actual a consecuencia de la incertidumbre generada por la ofensiva arancelaria de EEUU. Las recompras de títulos sirven para estabilizar el precio de las acciones, aunque solo en parte.
Otra de sus ventajas es que ayuda a las compañías a ajustar rápido su estructura de capital en función de cómo evolucionen los mercados.
Una crítica recurrente entre los detractores de este tipo de programas es que altera artificialmente algunos indicadores financieros que se usan para comparar el desempeño del negocio, como por es el beneficio por acción, que puede subir por el simple hecho de ver reducido el número de acciones en circulación, aunque el resultado neto del periodo no haya crecido o lo haya hecho en menor medida.