Washington.- Ron DeSantis se está preparando para la batalla con Donald J. Trump donde cree que el expresidente puede ser más vulnerable ante la embestida de otro republicano: en la sustancia.
Se espera que DeSantis, el gobernador de Florida, presente una serie de argumentos basados en políticas, según sus declaraciones públicas y entrevistas con personas que se han reunido con él en privado y describieron sus conversaciones bajo condición de anonimato.
Les está diciendo a los republicanos que, a diferencia del voluble Trump, se puede confiar en que se adherirá a los principios conservadores; que Trump es demasiado distraído e indisciplinado para lograr victorias políticas conservadoras, como completar su tan publicitado muro fronterizo; y que cualquier promesa política que haga Trump a los conservadores no vale nada porque es incapaz de derrotar al presidente Biden.
El desafío de DeSantis es obvio para cualquiera que haya visto una encuesta reciente: Trump mantiene un profundo control psicológico sobre muchos votantes republicanos que parecen inmunes a los argumentos razonados en su contra.
Trump, que se casó tres veces y está acusado de pagos de dinero secreto a mujeres, incluida una estrella porno, nunca ha sido la imagen de un conservador social. Pero en gran medida gobernó como uno solo. Que lo motivara más la transacción que la convicción era irrelevante para millones de evangélicos que vitorearon cuando logró que la Corte Suprema anulara la Roe v. Wade.
Pero se espera que DeSantis argumente que la razón por la que Trump tomó tantas decisiones ideológicamente inexplicables, como elevar al doctor Anthony S. Fauci al comienzo de la crisis de Covid, fue porque no tiene principios fijos a los que recurrir cuando enfrentó decisiones difíciles.
Por el contrario, los aliados dicen que DeSantis tratará de convencer a los votantes republicanos de que pueden confiar en que se mantendrá firme en temas difíciles como el aborto.
Las personas que han pasado tiempo en privado con DeSantis lo describen como un ideólogo cuyo lugar feliz es una habitación tranquila donde puede leer una revista académica o un documento de política. Algo socialmente incómodo, salpica sus conversaciones con referencias a la Constitución, los Documentos Federalistas y la jurisprudencia de la Corte Suprema.
Trump nunca ha sido acusado de citar los Federalist Papers en una conversación informal. Su capacidad de atención para la política es limitada en el mejor de los casos. Tiene un poderoso instinto sobre el comercio, la inmigración y algunos aspectos de la política exterior, pero en la mayoría de las áreas políticas está abierto a hacer tratos o a recibir sugerencias de quien habló con él por última vez.
