WASHINGTON (AP) — Las evaluaciones climáticas nacionales de Estados Unidos, que son una obligación legal, han desaparecido de los portales web federales, lo cual complica que los gobiernos estatales y locales y el público en general comprendan el impacto del calentamiento global en sus áreas.
Científicos han indicado que los informes, avalados y revisados por pares, permiten ahorrar tanto recursos económicos como vidas. Durante el lunes y martes, los portales de las evaluaciones nacionales y el Programa de Investigación del Cambio Global de Estados Unidos no estaban accesibles y carecían de enlaces o información redirigida a otros sitios. Desde la Casa Blanca, responsable de estas evaluaciones, se mencionó que la información sería transferida a la NASA para cumplir con las regulaciones, pero no se proporcionaron detalles adicionales.
Las búsquedas de estas evaluaciones en la página de la NASA no mostraron resultados. En varias ocasiones, la NASA no respondió a las peticiones de información. Por su parte, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, encargada de coordinar dicha información en las evaluaciones, tampoco dio respuesta a las consultas realizadas por los medios.
“Es vital que los responsables de la toma de decisiones en el país accedan a la ciencia contenida en la Evaluación Nacional del Clima, que representa la fuente más fiable sobre el estado del clima en Estados Unidos”, declaró Kathy Jacobs, científica climática de la Universidad de Arizona, quien coordinó el informe de 2014.
“Si es verdad que la Evaluación Nacional del Clima ya no está disponible, es un día triste para Estados Unidos”, agregó Jacobs. “Esto evidenciaría una manipulación grave de la verdad y la limitación del acceso a la información, poniendo en mayor riesgo a la población frente a los efectos del clima”.
Por su parte, John Holdren, ex asesor científico del presidente Obama y experto en clima, comentó que tras la edición de 2014 visitó a diversos gobernadores y alcaldes que resaltaron la utilidad del informe de 841 páginas, que les ayudó a definir estrategias como elevar carreteras o mover equipos esenciales de hospitales.
Este material representa un recurso financiado por los contribuyentes que debería proporcionar información crítica para cualquier entidad que busque prepararse para las consecuencias del cambio climático, según expresó Katharine Hayhoe, científica climática de Texas Tech y colaboradora en múltiples ediciones del informe.
A pesar de ello, versiones anteriores de los informes aún pueden hallarse en la biblioteca de la NOAA, aunque el repositorio de datos de la NASA incluye enlaces inactivos al sitio de evaluación. El último informe, lanzado en 2023, ofreció un atlas interactivo detallando el impacto del cambio climático en cada condado, señalando que sus efectos están afectando la seguridad, salud y medios de vida de diversas comunidades, con un riesgo más elevado en poblaciones minoritarias y nativas.
La Ley de Investigación de Cambio Global de 1990 exige una evaluación climática nacional cada cuatro años y demanda al presidente establecer un programa interinstitucional para tal propósito. No obstante, la administración Trump notificó a los autores voluntarios de la próxima evaluación climática que no requerirían sus servicios y finalizó el contrato con la empresa que asistía en la coordinación del sitio web y del informe.
Adicionalmente, el portal principal climate.gov de la NOAA fue recientemente reorientado a otro sitio. Además, las redes sociales y espacios informativos de la NOAA y la NASA relacionados con impactos climáticos han sufrido recortes significativos. “Esto es un panorama alarmante”, enfatizó Holdren. “Representa una destrucción total de la infraestructura de la ciencia climática en el país”.
Las evaluaciones nacionales son consideradas más útiles que los informes globales de las Naciones Unidas por su enfoque local y detallado, sostuvieron las expertas Hayhoe y Jacobs. Estos informes no sólo son revisados por otros científicos, sino que también son examinados por la Academia Nacional de Ciencias y agencias federales. Ocultar estos informes equivale a censurar la ciencia, según advirtió Jacobs.
“Es fundamental mirar hacia el futuro para tomar decisiones informadas sobre el cambio y, en este sentido, limitar el acceso a la información es extremadamente peligroso”, añadió Hayhoe, al comparar la situación con conducir un vehículo en una carretera sinuosa, enfocándose únicamente en el retrovisor: “Necesitamos mantener nuestra atención en el camino y no dejar que nos tapen la vista”.