INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR >   NÚMERO 1365

El coste de financiación de España en los mercados es una cuarta parte que el de Estados Unidos. Y el de Alemania es la mitad. Aparentemente puede sorprender que la rentabilidad exigida por los inversores a los países sea muy inferior en Europa que en EEUU dados los diferenciales de dinamismo de las dos regiones.

A este lado del Atlántico la economía vive apática y sin grandes ambiciones, mientras que EEUU muestra un dinamismo que no deja de sorprender a los economistas. Aunque Estados Unidos está manteniendo una política fiscal más expansiva (y acumulando desequilibrios fiscales) este diferencial de tipos de interés no se debe a una supuesta “prima de riesgo” americana frente a Europa.

Al contrario, es consecuencia de una economía más dinámica que, también, genera presiones inflacionistas derivadas de la elevada demanda. Es una economía más caliente (¿tal vez algo recalentada?) pero que muestra mucho más vigor que la europea, que está aletargada y en una aparente fase de japonización.

El movimiento más reciente de ampliación del diferencial responde a la previsión de una inminente bajada de los tipos de interés en Europa que no está tan clara en Estados Unidos. En Europa, la inflación mantiene una clara tendencia desinflacionista. En marzo los precios subieron un 2,4%, ya en línea con el objetivo de corto plazo del Banco Central Europeo. En Estados Unidos, por el contrario, la inflación se mantiene persistentemente por encima del 3% (en el 3,5% en marzo).

Esta brecha de precios evidencia las diferencias de dinamismo económico en los dos territorios. En Europa las previsiones de crecimiento apuntan a un avance del PIB inferior al 1% este año después de crecer un pírrico 0,5% en 2023. Por el contrario, EEUU registró un avance del 2,5% el año pasado (cinco veces más que la eurozona) y para este año se espera un crecimiento del 2,1%, según el FMI.

La brecha de crecimiento entre las dos regiones explica que las tensiones inflacionistas sean muy diferentes. En Europa apenas existen presiones salariales y, mucho menos, de demanda. Por el contrario, en Estados Unidos sí ha surgido una inflación de demanda por la escasez…

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