No hay que moverle al INE.
El título de este artículo es producto del consejo de un maestro que me decía: si la medicina le está haciendo bien al paciente, aunque no le entiendas, no le cambies la medicina. Y eso se puede traspasar al proceso electoral, pues para mí fue un gran avance la creación del Instituto Federal Electoral, porque nos aseguró que el proceso de democratización del país iba a ir por buen camino.
Y así sucedió, porque hubo una transición de mando y de partido cuando ganó Fox las elecciones y lo mismo sucedió con el actual presidente López Obrador, que logró tener la mayoría y gracias al Instituto Electoral evitar los problemas de la intervención ilegal e incorrecta de partidos políticos que no permitían la alternancia en el poder. Además, eso se traspasó a los estados y se logró una seguridad mucho mayor, si no perfecta, de la que existía previamente en los procesos electorales.
La propuesta de cambiar el Instituto Nacional Electoral es muy peligrosa, porque altera el ritmo progresivo de nuestra democratización, que había estado dominada por un partido único que utilizaba el poder presidencial para intervenir en las elecciones, lo que evitaba oír la voz de los ciudadanos y gobernar por el pueblo y para el pueblo.
La actual propuesta del Presidente tiene algunos puntos buenos, porque ninguna institución debe estar sujeta a la inmovilidad, como revisar el financiamiento de los partidos y el análisis de los candidatos plurinominales, que diseñó Reyes Heroles para lograr que las minorías también tuvieran voz en el Congreso. Y lo consiguió, pues gradualmente algunos partidos de oposición lograron el poder, tanto a nivel federal, como estatal. Es decir, hemos tenido un avance democrático y no conviene arriesgarlo por un interés que se presume de buena intención, pero que se sospecha que representa un regreso al partido único y a las dictaduras perfectas, como señalaba el escritor Mario Vargas Llosa.
Todo cambio debe venir del convencimiento y no de intereses que pueden lesionar lo que ha representado, repito, un gran avance en nuestro país y no podemos, igual que con la Comisión de Transparencia, regresar a la predominancia de grupos políticos en el poder que no escuchan ni comparten, con la oposición, decisiones que alteran la vida nacional.
Por eso debemos asegurarle al pueblo elecciones limpias, transparentes y un sistema que permita ejercer la democracia, como ha venido funcionando, escuchando los principios fundamentales de personajes de la era de la Ilustración, como Voltaire, Rousseau o de filósofos sociales que aplicaban la enseñanza fundamental que proviene desde los griegos, donde el pueblo mayoritario es el responsable de elegir a aquellos que van a gobernar la nación o el estado.
Yo espero que todo esto no sea más que una idea que puede ser corregida, escuchando a todas las partes involucradas en los procesos políticos y no dependiendo de una opinión única que por más bien intencionada que sea, puede no convencer y sufrir el repudio popular.
Descartes: Pienso, luego existo… Yo pienso que es importante revisar y agregar cosas positivas a la idea original. Pero de ninguna manera nos podemos permitir regresar al pasado, cuando estamos gozando, con múltiples ejemplos, el despertar popular y así exista cada vez más participación ciudadana y el gobierno tenga el apoyo de aquellos que mayoritariamente votaron por él.
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