Actualizado
La ciudad colombiana de Santa Marta, en la que muri el libertador Simn Bolvar, albergar desde el domingo la cuarta cumbre entre europeos, latinoamericanos y caribeos. Un cnclave que nace deslucido por sus ausencias notables pese a celebrarse en la costa caribea, muy cerca del imponente despliegue naval estadounidense, que sigue a la espera de la incorporacin del portaaviones Gerald Ford, la joya de la Armada estadounidense, en su lento navegar por el Atlntico.
La recuperada cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos y la Unin Europea (CELAC-UE) regresa a territorio americano en medio de la incertidumbre y de la asfixiante presin de Washington contra Nicols Maduro, presidente de facto de la vecina Venezuela, a quien considera el principal capo del Crtel de los Soles. Pese a los intentos de unos y de otros, los grandes protagonistas de la Cumbre sern los dos que no van a asistir: Maduro (si no da la sorpresa del ao y cruza la frontera) y Donald Trump, que, por supuesto, no est invitado pero cuya sombra marca todo lo que sucede al sur de Ro Grande con la versin actualizada de la Doctrina Monroe.
El parteaguas chavista y la omnipresencia de Trump han provocado la marcha atrs de buena parte de los invitados, que no acudirn a Santa Marta precisamente cuando se acaba de conocer la suspensin por motivos parecidos de la Cumbre de las Amricas, prevista para diciembre.
El entusiasmo del anfitrin, Gustavo Petro, tampoco ha sido de gran ayuda: pesan ms las sanciones impuestas por Washington al presidente pro tempore de la CELAC. “Fuerzas ajenas a la paz han querido que la cumbre fracase”, se quej Petro en sus redes sociales.
El tablero geopoltico actual es tan resbaladizo que algunos prefieren quedarse entre bambalinas, pese a la apuesta de ltima hora del brasileo Lula da Silva, decidido a mostrar “la solidaridad regional con Venezuela”. Junto a los dos izquierdistas y populistas latinoamericanos s estar Pedro Snchez, al considerar el Gobierno espaol casi como una obligacin su asistencia a la cumbre porque, explican, la recuperacin de las cumbres CELAC-UE fue uno de los objetivos de la Presidencia de turno espaola del Consejo Europeo.
Y en trminos polticos, una reedicin de la fotografa de la llamada cumbre progresista de julio en Santiago de Chile, pero sin el chileno Gabriel Boric, una de las grandes ausencias de la regin junto a la mexicana Claudia Sheinbaum, pese a pertenecer ambos a la segunda marea rosa de los gobiernos izquierdistas de la regin.
Las ausencias son de peso. Por Europa, para empezar, ni siquiera Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisin, estar presente. Tampoco lo harn el francs Emmanuel Macron o el alemn Friedrich Merz. Por Amrica tampoco comparecern el argentino Milei, el ecuatoriano Noboa o el peruano Jos Jer, enfrentado a Mxico por el asilo a la primera ministra del golpista Pedro Castillo.
Fuentes presidenciales espaolas exponen que el logro fue retomar estos encuentros y que lo que se pretende es afianzar y “cristalizar” dos aos de trabajos a distintos niveles entre los pases, con temas como la ciberseguridad o la igualdad de gnero. En La Moncloa admiten que si bien la cumbre se rige por unos asuntos acordados y trabajados que deben debatir los lderes, la celebracin de la misma no es ajena al contexto geopoltico internacional, donde algunos presidentes de Amrica Latina, con Lula da Silva a la cabeza, han advertido de que la cumbre no tendra sentido sino se aborda la presencia militar de Estados Unidos en las costas de Venezuela. Admiten que es un asunto que puede sobrevolar el encuentro y que aunque no est en la agenda puede aparecer en las conversaciones entre los lderes, sobre todo en los mrgenes.
El ao pasado, por el contrario, Snchez no dud en dejar en soledad al Rey Felipe IV durante la Cumbre Iberoamericana de Cuenca, que se convirti finalmente en una especie de cara a cara entre el monarca y el anfitrin Noboa. Estas cumbres estn auspiciadas por Espaa.
En todo caso, uno de los asuntos a tratar en Santa Marta es la seguridad, y en el Gobierno de Espaa defienden que la lucha contra las mafias del narcotrfico y contra la trata de mujeres es una de las grandes preocupaciones de los pases latinoamericanos. La posicin expresada por fuentes del Gobierno es que cualquier accin que se emprenda para tratar de solucionarlo tiene que estar basada en el cumplimiento del derecho internacional, y que es imprescindible el respeto del derecho internacional, y tener bases jurdicas claras sobre las que anclar cualquier tipo de actuacin.
“Tanto en Europa como en Latinoamrica, la mayora de los gobiernos han asumido una estrategia de no tratar de captar la atencin de Washington dada la potencial retribucin o venganza del presidente Trump y su Gobierno. Dicho eso, hoy por hoy lo ms interesante pudiese ser la presencia confirmada a ltima hora del presidente Lula y ver si puede salir un posicionamiento comn en contra de la desproporcionalidad de los movimientos, pero sin que haya expectativa real de que eso cambie los clculos y la ponderacin que sigue prevaleciendo en Washington”, explica a EL MUNDO el internacionalista Mariano de Alba.
