La nueva Temporada Chica del teatro de Lavapiés (Madrid) ofrecerá numerosas obras de denuncia y humor
El próximo 20N conmemoraremos «cómo un dictador murió en la cama. Y será un momento como cualquier otro para pensar en lo alargada que es su sombra: a finales de los 70, la transacción del régimen autoritario al democrático, en España, no afectó a las estructuras económicas ni a sus centros de poder, tampoco se atendió la estructura territorial del país, se mantuvo la impunidad con los asesinos del régimen, grandes empresas del Ibex 35 vienen del franquismo y de los tiempos de Primo de Rivera, los sistemas de partidos y judicial se organizaron de manera excluyente en términos de clase, género, raza, y la Corona y la Iglesia mantuvieron unos privilegios y un poder totalmente anacrónicos», afirman desde Teatro del Barrio.
Por ello, se dicen «obsesionados por las mismas mierdas«, como se calificó en la Asamblea de la Comunidad de Madrid la petición de una rendición de cuentas por la gestión en la pandemia de la COVID y las 7.291 víctimas mortales en las residencias madrileñas. Obsesionados «con la denuncia de la violencia que ejercen unos seres sobre otros», algo troncal a muchos títulos de la programación de Teatro del Barrio en su nueva Temporada Chica, la que va de septiembre de 2025 a enero de 2026 y lleva por lema «Francamente».
Empezando por una de las más recientes producciones propias de este teatro, La Gran Cacería de Juan Mayorga, que volverá a la cartelera en septiembre y, evocando un viaje por el Mediterráneo, habla del insomnio de Europa. O Ben Gurión, que va a estrenar Leo Bassi en este escenario, en torno al líder que menciona el título de la obra y que proclamó la existencia del Estado de Israel en 1948, para gobernarlo durante más de trece años. En Sáhara, la barca en el desierto, de Mario Vega (Premio Max de las Artes Escénicas en 2022 por la obra Moria) y Ruth Sánchez, se recoge el testimonio de uno de los conflictos más lacerantes del tablero internacional: el del Sáhara Occidental y su pueblo, abandonado en el desierto cuando en 1975 el gobierno español selló su retirada dejándolo en manos de Marruecos.
Regresa Ay, Carmela, de José Sanchis Sinisterra y en la exitosísima versión de Caramba Teatro (con Guillermo Serrano y Paula Iwasaki), que lleva más de una década velando por la memoria de los vencidos en la guerra del 36, buena parte de ese tiempo en Teatro del Barrio. Se estrena en este escenario Cantando bajo las balas, de Antonio Álamo y que protagoniza Ane Gabarain, y narra en primera persona el primer acto oficial franquista de la historia, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, aquel en el que Unamuno espetó a los falangistas «venceréis pero no convenceréis», y cuyo gran ausente fue el mismísimo Franco, que envió a su mujer, Carmen Polo. También se estrena Federico. No hay olvido ni sueño. Carne viva, de María San Miguel y su compañía Proyecto 43-2, una propuesta documental nacida de la figura de Federico García Lorca que atraviesa la memoria, el relato oral, el pasado y el presente del mundo rural y la violencia; la obra se ha representado en lugares significativos de la represión franquista. Por último, el día 20 de cada mes hasta el 20N (cuando celebremos el aniversario de los 50 años del fallecimiento del dictador) seguirá escenificándose Chistes contra Franco, de Darío Adanti, Ana Alonso y Eugenio Merino, para rendir homenaje a quienes se atrevían a hacer humor, de manera pública o privada, durante la dictadura.
Sátiras y humor
Otros títulos que se representarán en Teatro del Barrio expresan desde el humor «nuestra estupefacción por lo que vemos en la esfera institucional». A la cabeza de este grupete está Isa&Javi, producción de Teatro del Barrio que interpretan Valeria Alonso y Vito Sanz, y esta pareja ha creado junto con Carolina Román y Óscar Martínez, aquí directora y adjunto a la dirección respectivamente. Es la recreación de una ceremonia institucional donde surge el amor entre la presidenta de una Comunidad Autónoma y el Presidente de un país latino, unidos por la atracción mutua y al neoliberalismo. En la línea satírica vuelve Mongolia Show, un espectáculo de variedades de Revista Mongolia, la revista aquí hecha carne y hueso en escena con monólogos y entrevistas.
Estrenarán también Feishow, del cómico gallego Denis L. Horro, un recorrido por la vida de Alberto Núñez Feijóo pero también la historia de la obsesión que tiene un cómico retirado del stand-up con la figura del ex presidente gallego. También Xavi Castillo vuelve a Teatro del Barrio con su humor habitual, que se pregunta, en Veriueu-ho Especial El Ventorro, qué pasó durante las cinco horas que Mazón estuvo comiendo en el Ventorro, mientras se sufría una de las mayores catástrofes del País Valenciano. Volverá Ignatius Farray con su show inclasificable y brillante. De la mano de Rubén Lobato llegarán Cómicas de Barrio, stand up del y para el barrio, monólogos con conciencia, con clase y con conciencia de clase.
Feminismo
Y entre los títulos feministas, Teatro del Barrio propone Gordas, lisiadas y mamarrachas, la producción más reciente de Teatro del Barrio que han escrito e interpretan Anna Marchessi y Coria Castillo, dos mujeres que han sufrido el látigo social de la discriminación en una comedia ácida que tiene mucho de ajuste de cuentas y carga contra la condescendencia y clasismo con los que se suele tratar a mujeres que escapan a los estrechos cánones sociales.
Volverá Pamela Palenciano con Arrancamiento y No solo duelen los golpes, dos denuncias contra la violencia machista, en el ámbito público e institucional y en la esfera privada. También regresa Malas, del colectivo Cómo me pone la lavadora, un proyecto con actrices profesionales y no profesionales que parte de experiencias reales para denunciar cómo a las mujeres se las llama malas cuando intentan ser libres. Además vuelve La muda, donde la actriz e ilustradora Marina Guiu Almenara interpreta y dirige, conjuntamente con Raquel Arnaiz Diego, un monólogo que aborda las agresiones sexuales en la infancia. También se podrá ver de nuevo Sobria y serena, de Teresa Alonso: un espectáculo con sátira, canciones, versos y tres señoras reaccionarias sentadas en una mesa a tomar té de endrina (en realidad es pacharán), que articularán un discurso que pone sobre la mesa los privilegios, y frente a ellos, reclaman los cuidados, la unión y el reconocimiento mutuo.
Vuelve Muy Innuendo, encuentro de prácticas artísticas queer, y también el hit EmpodeRaras, de Ángela Conde y Paloma Jiménez, con las desternillantes Remedios y Angustias en un viaje de cambio hacia el amor propio, abandonando la culpa, el miedo a la soledad y la dependencia emocional. Clara Ingold regresa al teatro de Lavapiés con su espectáculo Paloma de parque, donde canta, baila y se ríe de las presiones intergeneracionales que se intentan imponer a las mujeres de su quinta. Se espera también Arte Compacto, el muy poco ortodoxo podcast escénico sobre arte de Juanra Sanz y Bernardo Pajares. Y Sino, de Compañía Sino, una obra sobre la libertad de ser madre sea cual sea nuestra realidad y contexto.
Otras obras anunciadas son: No soy tu gitana, de Silvia Agüero y Nüll García, que recuerda que lo que nos han contado de las mujeres gitanas es mentira y racista. E Infiltrado en VOX, de Moha Gerehou, Anahi Beholi y Claudia Coelho, que se pregunta si dejaremos de hablar de racismo si desaparece VOX. También se estrena en ese escenario Esas latinas, cocreación de mujeres migrantes de Teatro Sin Papeles. Y Miñán (Hermanito), de Ibrahima Balde – Amets Arzallus, que adapta al teatro el libro Hermanito, donde Ibrahima Balde, nacido en Guinea, cuenta cómo se vio forzado a abandonar su casa para ir a buscar a su hermano pequeño.
La programación aborda también las consecuencias del capitalismo, como en Hoy tengo algo que hacer, una producción de Teatro del Barrio con texto y dirección de Pablo Rosal para interpretación y disfrute de Luis Bermejo (obra que ha obtenido el Premio Godoff 2025), donde la estructura de la picaresca sirve para criticar la obsesión que tenemos por llenar cada uno de los minutos de nuestra vida de cosas que hacer. Animales de trabajo, del artista chileno Tomás Espinosa, es una sátira hilarante sobre la precariedad laboral en las artes, que parte de preguntarse qué pasaría si nos convertimos en animales del zoológico y dejamos de ser quienes observan la fauna salvaje. En Solo quería bailar, Sergio Martínez Vila adapta la novela homónima de Greta García en una versión que dirige Alberto Velasco, y cuenta cómo una bailarina acaba cumpliendo treinta años de cárcel por un acto terrorista, que comete harta de la precariedad.
Recuperaran a la compañía argentina Suttotos con su montaje más nuevo, Feliz día, una comedia sobre el imperativo de ser feliz. En Paramnesia, Antonio Zancada habla de la imposibilidad del duelo y la influencia de la figura materna. Vuelven Los Torreznos, el terror de los intelectuales, la pareja de artistas que mejor define la cultura a base de jugar con la palabra y la ironía. Alberto San Juan regresará con Autorretrato de un joven capitalista español y las contradicciones de querer, a la vez, vivir bien y hacer la revolución. En Zumo de remolacha, disfrutaremos de una producción escénica basada en el artículo que Fernando Valladares publicó en Eldiario.es la mañana en que se dirigía al Congreso de los Diputados a realizar una acción no violenta para visualizar la urgencia de actuar contra la crisis climática, y ahora reflexiona con el público sobre el papel del científico, analizando los motivos de aquella rebelión y la idoneidad de este tipo de acciones.
Regresa también Miércoles que parecen jueves, un texto de Juan José Millás con dirección de Mario Gas e interpretación de Clara Sanchis, un divertido thriller que nos hace darnos cuenta de que quien controla las personas, controla la realidad. Recuperan Los que hablan, con Malena Alterio y Luis Bermejo, también producción de Teatro del Barrio y también con texto y dirección de Pablo Rosal, para pensar en nuevas formas de comunicarnos y revalorizar la palabra, partir de la extrañeza y no dar las cosas -y menos la democracia- por hecho; un título que supone una manera de estar en el mundo y abre posibilidades políticas. Ñaque o de piojos o actores, de José Sanchis Sinisterra, es una historia sobre la amistad, el absurdo de la existencia y el teatro, aquí con interpretación de Javier Godino y Joan Martínez Vidal. En La rabia es nuestra, Oriol Erausquin nos anima a organizar nuestra rabia (como se decía en el 15M), y nos recuerda que todas las luchas, desde la liberación de Palestina a los recortes sociales, están conectadas.
Tras el respiro de agosto, la programación de Teatro del Barrio volverá con un concierto íntimo de Jero Romero, la música folk y filosófica de Sangre de muérdago, grupo gallego afincado en Alemania, y el Coro Malvaloca, mujeres cantando canciones con la esperanza de transformar el mundo, además de los conciertos de la Peña Flamenca de Lavapiés
Teatro del Barrio seguirá siendo casa de artistas acogiendo residencias artísticas de Laura Ortega, Noemi Rodríguez, Sato Díaz y Pablo Rosal. Seguiremos a pie de barrio colaborando con Museo Situado y con nuestras librerías y establecimientos más cercanos.
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