Por Peter Nicholas – NBC News
El presidente electo, Donald Trump, prometió hacer cambios inmediatos y radicales después de asumir el cargo el 20 de enero, como indultos para los condenados por el ataque al Capitolio de Estados Unidos, y dijo que quiere encontrar una solución legislativa para mantener a los dreamers en el país legalmente.
En una entrevista con Kristen Welker, moderadora de Meet the Press de NBC News, Trump también dijo que trabajará para extender los recortes de impuestos aprobados en su primer mandato.
Además dijo que no tratará de imponer restricciones a las píldoras abortivas. Planea deportar a millones de inmigrantes indocumentados e intentar acabar con la ciudadanía por derecho de nacimiento. Y dijo que los indultos para los alborotadores del 6 de enero se producirán el primer día, argumentando que muchos han soportado un trato excesivamente duro en prisión.
“Estas personas viven en el infierno”, dijo.
La primera entrevista televisiva de Trump tras las elecciones sucedió el viernes en la Torre Trump de Manhattan, donde habló durante más de una hora sobre los planes políticos que los estadounidenses pueden esperar de su próximo mandato.
Trump dijo que cumpliría su promesa electoral de imponer aranceles a las importaciones de los principales socios comerciales de Estados Unidos. En un momento digno de mención, admitió incertidumbre cuando Welker le preguntó si podía “garantizar que las familias estadounidenses no pagarán más” como resultado de su plan.
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“No puedo garantizar nada”, dijo Trump. “No puedo garantizar el mañana”.
Trump también dijo que no aumentará la edad de programas gubernamentales como la Seguridad Social y Medicare y que no hará recortes en ellos como parte de los esfuerzos de reducción del gasto liderados por Elon Musk y Vivek Ramaswamy. Al preguntarle si “subir la edad o cualquiera de esas cosas” estaba “fuera de la mesa”, Trump estuvo de acuerdo, diciendo: “No lo haré”.
El presidente electo habló en un tono tranquilo y comedido, y a veces discutió con Welker cuando ésta le hizo una comprobación de los hechos. Parecía animado por el alcance de su victoria el 5 de noviembre. Tras ganar el voto popular y conquistar los siete estados clave, dijo con orgullo: “Todo el mundo me llama”.
Lo ha llamado Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario de The Washington Post. “Vamos a cenar”, dijo.
“Ahora le gusto a la gente, ¿sabes?”, dijo. Y añadió: “Es diferente a la primera… ya sabes, cuando gané la primera vez, no era ni de lejos tan popular como ahora. Y una cosa que es muy importante, en términos electorales, me encanta haber ganado el voto popular, y por mucho”.
No va a investigar a Biden
Trump pasó a las quejas familiares. No quiso reconocer que había perdido las elecciones de 2020. Cuando se le preguntó cómo, en su opinión, los demócratas robaron esa elección pero no esta a pesar de que controlan la Casa Blanca, Trump dijo: “Porque creo que era demasiado grande para amañarla”.
Culpó al presidente Joe Biden de la división política de la nación e insultó a quienes percibe como sus enemigos. Adam Schiff, el nuevo senador demócrata por California, es “un auténtico delincuente”, dijo.
Pero lanzó un mensaje contradictorio en lo que respecta a la retribución política. Trump dejó claro que cree que ha sido agraviado, pero también lanzó una nota conciliadora, diciendo que no nombrará a un fiscal especial para investigar a Biden. “No busco volver al pasado”, dijo. “La retribución será a través del éxito”.
Un temor entre los adversarios políticos de Trump es que utilice la temible maquinaria de investigación del Gobierno para vengarse. Ha elegido a dos aliados para los principales puestos de las fuerzas del orden: Pam Bondi para fiscal general y Kash Patel para director del FBI. Trump sugirió que, de ser confirmados, tendrían autonomía para hacer cumplir la ley.
Sin embargo, también señaló a las personas que cree que cruzaron la línea en la investigación de sus acciones, calificando al abogado especial Jack Smith como “muy corrupto”.
Afirmó que los miembros de la comisión de la Cámara de Representantes que investigaron el atentado del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos eran “matones políticos y, ya sabe, asquerosos” y, en su opinión, cometieron delitos al realizar su trabajo.
“Por lo que hicieron, sinceramente, deberían ir a la cárcel”, dijo Trump.
Cuando se le preguntó si ordenaría al Departamento de Justicia y al FBI que los castigaran, Trump respondió: “No, en absoluto. Creo que tendrán que estudiarlo, pero no voy a… voy a centrarme en perforar, nene, perforar”, en referencia a explotar más reservas de petróleo.
Si Biden quiere hacerlo, podría indultar a los miembros del comité, dijo Trump, “y quizá debería”.
Salario mínimo, inmigración y Obamacare
La entrevista abarcó una amplia gama de temas, durante los cuales siguió manteniendo cierta distancia con el conservador Proyecto 2025, que pretendía ser un plan para que su Administración aplicara nuevas políticas. Aunque en su día renegó de ese plan, ahora lo ha adoptado más estrechamente y está de acuerdo en que algunos de sus redactores forman parte de su próximo Gobierno.
“Estoy de acuerdo con muchas de esas cosas”, dijo Trump.
Dijo que consideraría aumentar el salario mínimo federal, que es de 7.25 dólares la hora desde 2009, pero que le gustaría consultarlo con los gobernadores del país. “Estoy de acuerdo en que es una cifra muy baja”, dijo.
Ha dicho que hará público su historial médico completo. Trump tendrá 82 años cuando termine su mandato en 2029, la misma edad que tiene ahora Biden. Dijo que no tiene previsto desinvertir en Truth Social, la plataforma multimillonaria que puso en marcha tras dejar el cargo. “No sé de qué voy a desprenderme”, dijo. “Lo único que hago es lanzar mensajes”. Y dijo que no intentará reemplazar al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, a quien ha criticado en el pasado.
Dijo que sus hijos no se unirán a él como asesores de la Casa Blanca, un alejamiento de su último mandato, cuando su hija Ivanka Trump y su yerno Jared Kushner se desempeñaron como asesores principales con oficinas en el Ala Oeste. “Los echaré de menos”, dijo. No respondió a una pregunta sobre qué papel jugará su esposa, Melania Trump, en el nuevo mandato, aunque describió a la futura primera dama como “muy elegante” y “muy popular”.
La inmigración fue el eje de la campaña de Trump, y no se inmutó al decir que llevará a cabo deportaciones masivas de quienes viven ilegalmente en el país.
Primero serán los criminales convictos, dijo. Presionado sobre si los objetivos irían más allá de ese grupo, Trump añadió: “Bueno, creo que hay que hacerlo, y es difícil… es algo muy difícil de hacer. Pero hay que tener normas, reglamentos y leyes. Entraron ilegalmente”.
También es posible que ciudadanos estadounidenses queden atrapados en la redada y sean deportados con familiares que están aquí ilegalmente, o podrían optar por irse.
Cuando le preguntaron sobre las familias con estatus migratorio mixto, donde algunos están en el país legalmente y otros ilegalmente, Trump dijo: “No quiero estar rompiendo familias, así que la única manera de no romper la familia es mantenerlos juntos y tener que enviarlos a todos de vuelta”.
El gasto y las complejidades logísticas de deportar a millones de personas no le han disuadido, dijo.
“No tienes elección”, dijo. “En primer lugar, nos están costando una fortuna. Pero estamos empezando con los delincuentes, y tenemos que hacerlo. Y luego empezaremos con los demás, y vamos a ver cómo va”.
Una excepción podrían ser los dreamers, personas que fueron traídas a Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños y que han vivido aquí durante años. Se mostró abierto a una solución legislativa que les permita permanecer en el país.
“Trabajaré con los demócratas en un plan”, dijo, elogiando a los dreamers que han conseguido buenos empleos, han abierto negocios y se han convertido en residentes exitosos. “Vamos a tener que hacer algo con ellos”, dijo.
También dijo que tiene la intención de eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento, la protección consagrada en la Enmienda 14 que garantiza la ciudadanía a cualquier persona nacida en suelo estadounidense, independientemente de sus padres. Cuando se le preguntó sobre la probabilidad de que hacerlo unilateralmente se enfrente a oposición legal, Trump dijo que consideraría enmendar la Constitución.
“Quizá tengamos que volver al pueblo”, dijo Trump. “Pero tenemos que acabar con eso”.
Durante el único debate de Trump con la vicepresidenta Kamala Harris, fue criticado por decir que tenía “conceptos de un plan” para sustituir la Ley de Asistencia Asequible, la ley sanitaria firmada por el presidente Barack Obama.
No está claro que las ideas de Trump hayan evolucionado más.
“Obamacare apesta”, dijo. “Si se nos ocurre una respuesta mejor, presentaría esa respuesta a los demócratas y a todos los demás y haría algo al respecto”.
¿Cuándo tendrá un plan desarrollado? “Bueno, no sé si lo verán”, dijo Trump, añadiendo que los expertos en sanidad están estudiando posibles alternativas.
Política exterior
El viernes después de la entrevista, Trump voló a París para asistir a una ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame, devastada por un incendio.
Tras llegar, se reunió en privado con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien publicó en las redes sociales que el trío habló de alcanzar “una paz justa” en la guerra de su país con Rusia. Zelenskyy se unió aproximadamente durante los últimos 10 minutos de la reunión, dijo un funcionario de transición de Trump.
En la entrevista con Meet the Press, Trump dijo que está tratando activamente de poner fin a la guerra, “si puedo”, y agregó que Ucrania podría esperar no recibir tanta ayuda militar de Estados Unidos cuando regrese al cargo.
No se comprometió a mantener a Estados Unidos en la OTAN, la alianza militar europea que ha sido un baluarte contra Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. “Si pagan sus facturas, absolutamente”, preservaría el papel de Estados Unidos en la alianza, dijo.
En otro frente de la política exterior, Trump expresó sus dudas de que el presidente sirio, Bachar al Assad, pueda permanecer en el poder.
“Es sorprendente, porque se mantuvo durante años en condiciones que uno pensaría mucho más adversas, y de repente, los rebeldes van y se apoderan de grandes porciones de territorio”, dijo Trump. “La gente ha apostado contra él durante mucho tiempo, y hasta ahora no ha funcionado. Pero esto parece ser diferente”.
“Un mensaje de unidad”
Una frase resaltó en el primer discurso de investidura de Trump en 2017: “Carnicería estadounidense”. Evocaba una nación asolada por la delincuencia y las fábricas oxidadas.
Esta vez, Trump dijo que lo que dirá en su discurso inaugural será diferente.
“Vamos a tener un mensaje”, dijo. “Los hará felices: unidad. Va a ser un mensaje de unidad”.
“¿Y ninguna carnicería estadounidense?”, preguntó Welker.
“Ninguna carnicería estadounidense, no”, dijo el presidente electo.
Cuando le preguntaron por su mensaje para los estadounidenses que no votaron por él, Trump los comparó con sus partidarios más estridentes, un cambio respecto a su retórica de campaña.
“Los voy a tratar”, dijo, “tan bien como he tratado a los mejores partidarios de MAGA”.