El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó durante una reciente conferencia de prensa que el exsecretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, debería ser arrestado por su papel en la implementación de las políticas migratorias de la administración Biden, calificando sus acciones como “más allá de la incompetencia”.
“Si no le dieron un perdón, yo lo miraría”, dijo Trump tras ser cuestionado por un periodista sobre la falta de rendición de cuentas por lo ocurrido en la frontera. “Lo que hizo va más allá de la incompetencia… alguien le dio órdenes, y él las siguió. Pero eso no necesariamente lo exime de culpa”, remató.
Aunque el comentario surgió en respuesta a una pregunta sobre la falta de consecuencias para altos funcionarios involucrados en decisiones migratorias, Trump fue más allá y planteó la posibilidad de revisar la situación legal de Mayorkas. “Fue muy leal, debió ser difícil para él pararse y hablar en serio sobre lo que permitió que le pasara a este país”, comentó el mandatario.
Trump también tildó de “falsa” la moción de juicio político contra el funcionario cubanoamericano que impulsaron los republicanos, pero que no prosperó en el Senado. Mayorkas, quien estuvo al frente de la cartera de Seguridad Nacional desde 2021 hasta el 20 de enero de este año, ha sido blanco frecuente de críticas por parte de sectores conservadores debido al manejo de la frontera sur y al aumento en el flujo migratorio.
La gestión de Mayorkas estuvo marcada por la tensión en la frontera con México, los récords de entradas irregulares y los intentos por implementar una política migratoria más humanitaria tras la era de “tolerancia cero” bajo la primera presidencia de Trump.
Desde el inicio de su mandato, Mayorkas pidió a los migrantes que no intentaran cruzar ilegalmente la frontera. “Dénnos tiempo para construir un sistema ordenado”, dijo en marzo de 2021, al advertir que las fronteras estaban cerradas y que el nuevo sistema tardaría en establecerse.
También fue claro al denunciar que la primera administración Trump había “destrozado el sistema migratorio” y que el actual colapso era consecuencia directa de políticas como la eliminación del Programa de Menores Centroamericanos y el desmantelamiento de mecanismos de asilo.
Sin embargo, en enero de 2023, el gobierno de Biden, bajo coordinación del DHS, lanzó un programa de visas humanitarias (parole) para hasta 30,000 migrantes mensuales de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua. Esta política buscó frenar el éxodo descontrolado por rutas terrestres y marítimas, y canalizar los flujos migratorios a través de vías legales, siempre que los solicitantes contaran con patrocinadores y superaran controles de seguridad.
La medida, no obstante, vino acompañada de un endurecimiento: todo aquel que ingresara de forma ilegal quedaría automáticamente excluido del programa y sería expulsado.
Este contexto puso a Mayorkas en el centro de la tormenta política, acusado de facilitar la “invasión” por parte de voces conservadoras, mientras sectores migrantes lo criticaron por mantener expulsiones y no desmantelar completamente las políticas restrictivas del pasado.
El exsecretario fue objeto de un intento de juicio político por parte de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, que lo acusó de “abandono del deber” por su manejo de la frontera sur, aunque el proceso no prosperó en el Senado.
De acuerdo con las declaraciones del mandatario, desde el punto de vista legal, arrestar a un exfuncionario de alto rango como el secretario de Seguridad Nacional no es una decisión política, sino judicial, que requiere evidencia concreta de la comisión de un delito. En Estados Unidos, incluso los altos cargos del gobierno pueden ser procesados si se demuestra responsabilidad penal, pero deben respetarse las garantías del debido proceso. En el caso de Alejandro Mayorkas, no existe —hasta el momento— ninguna acusación formal ni investigación criminal en su contra.