El Inter de Milán vive un final de temporada cargado de tensión. A las puertas de la final de la Liga de Campeones contra el Paris Saint-Germain, que se celebrará el 31 de mayo, el equipo lombardo se encuentra inmerso en una feroz batalla por el título de la Serie A frente al Nápoles. Este domingo, el Inter, que estaba a solo un punto del equipo de Antonio Conte, se enfrentó a la Lazio en un partido que terminó en empate (2-2). A pesar de adelantarse en dos ocasiones, los ‘nerazzurri’ vieron cómo Pedro igualaba el marcador en el minuto 90, frustrando sus opciones de superar al Nápoles, que también había empatado (0-0) contra el Parma. Este resultado mantiene el statu quo en la cima de la clasificación, dejando todo por decidir en la última jornada.
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Sin embargo, más allá del empate, el encuentro estuvo marcado por un polémico arbitraje que ha desatado la indignación en el Inter. Decisiones controvertidas, como la no señalización de un posible penalti por una acción de Nicolo Rovella sobre Yann Bisseck en el minuto 23, o la validación mediante el VAR de un penalti por mano de Bisseck que permitió a Pedro empatar en el último suspiro, han generado una fuerte controversia. Estas resoluciones arbitrales, unidas a la frustración acumulada por fallos similares en partidos anteriores contra Bolonia y la AS Roma, han hecho que el Inter alce la voz contra lo que considera un trato injusto en esta recta final de la temporada.
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El foco de la polémica se ha centrado en la designación de Marco Guida como árbitro del VAR. Originario de Pompeya, en la región de Nápoles, Guida había rechazado recientemente dirigir un partido del Nápoles para evitar conflictos de interés, argumentando que quería “mantener la paz” en una ciudad donde el fútbol se vive con gran pasión. Su presencia en un encuentro clave para el Inter, y su intervención en una decisión que favoreció indirectamente al Nápoles, ha levantado sospechas y críticas entre los aficionados y el entorno del club lombardo. La sensación de agravio se ha intensificado por la percepción de que estas decisiones podrían estar influyendo en la carrera por el título.
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El Inter explota contra el arbitraje
La reacción del Inter no se hizo esperar. Simone Inzaghi, entrenador del equipo, fue expulsado al final del encuentro y, según informa La ‘Gazzetta dello Sport’, permaneció más de una hora reunido con jugadores y directivos en el vestuario, en una clara muestra de malestar. Como señal de protesta, ni el técnico, ni los futbolistas, ni los dirigentes ofrecieron declaraciones a la prensa tras el partido. Esta postura refleja el grado de frustración en un equipo que siente que los errores arbitrales están minando sus opciones de éxito en una temporada crucial.
A pesar de este traspié, el Inter aún tiene opciones de conquistar la Serie A. Este viernes, los ‘nerazzurri’ visitarán al Como, mientras que el Nápoles recibirá al Cagliari, en partidos contra rivales sin objetivos en juego. Sin embargo, el empate contra la Lazio no solo ha complicado sus aspiraciones al título, sino que también ha consumido una gran cantidad de energía emocional en el equipo. Con la final de la Champions en el horizonte, el Inter debe reponerse rápidamente para evitar que este escándalo arbitral marque el desenlace de una temporada en la que aún puede ganarlo todo, pero también arriesga quedarse sin nada.
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El desenlace de esta controversia y su impacto en el rendimiento del Inter serán determinantes. El equipo de Inzaghi necesita recuperar la concentración y la confianza para cerrar la liga italiana con fuerza y llegar en las mejores condiciones al duelo contra el PSG. Este episodio, que el club habría preferido evitar, pone a prueba la resiliencia de un Inter que, a pesar de los obstáculos, sigue en la pelea por hacer historia en una campaña que podría ser memorable o terminar en decepción.