Volodímir Zelenski vive días difíciles. Por si la guerra con Rusia no fuera suficiente problema, el presidente ucraniano tiene que lidiar ahora con un escándalo de corrupción que afecta a personas de su entorno más cercano, incluidos miembros del Gobierno.
En el ojo del huracán se encuentra la agencia estatal de energía nuclear, Energoatom. Según una investigación de la Oficina Nacional Anticorrupción (Nabu) y la Fiscalía Anticorrupción (Sapo), en torno a esta compañía se tejió una trama delictiva “de alto nivel” que se lucró con sobornos millonarios.
El esquema de esta red era el de la clásica mordida: el grupo cobraba comisiones de entre el 10 y el 15% a las empresas que querían trabajar con Energoatom. Ese dinero se blanqueaba luego a través de una oficina secreta en Kyiv, por la que se cree que pasaron hasta 100 millones de dólares.
Conexión con el poder
El cabecilla de la trama es Timur Mindich, que trabajó con Zelenski en la productora que lanzó al estrellato al presidente
En la cúspide de la trama –revelada el pasado lunes–, los investigadores sitúan a Timur Mindich, quien fue socio de Zelenski en Kvartal 95, la productora audiovisual con la que el presidente ucraniano triunfó como actor antes de lanzarse a la política. Para la Sapo, no hay duda de que este empresario –que huyó del país pocas horas antes de que las autoridades registraran su casa– aprovechó “sus relaciones amistosas” con el mandatario para llevar a cabo sus actividades delictivas.
Estas acusaciones contra Mindich podrían explicar el intento de hace unos meses de Zelenski de poner bajo el control del Gobierno a la Sapo y la Nabu mediante un controvertido proyecto de ley que, finalmente, no salió adelante debido a la oposición frontal de gran parte de la ciudadanía y de la Unión Europea.
Asimismo, entre los señalados por los investigadores también figura el exministro de Energía German Galuschenko, que supuestamente recibió “beneficios personales” a cambio de ceder a Mindich el control de los flujos financieros del sector energético. Galuschenko estaba al cargo desde el pasado julio del Ministerio de Justicia, pero este miércoles el Gobierno anunció su cese tras una reunión extraordinaria. Sus funciones serán asumidas de momento por su viceministra, Liudmila Sugak.
German Galushchenko, el pasado abril en Londres
Justin Tallis / Reuters
Otros implicados en la supuesta trama corrupta son Ihor Myroniuk, exasesor de Galuschenko, y Dmytro Basov, exjefe del departamento de seguridad de Energoatom, según las cerca de 1.000 horas de grabaciones telefónicas que la Nabu y la Sapo han acumulado en los quince meses que ha durado su investigación.
El lunes, en su tradicional mensaje vespertino al país, Zelenski alabó la labor de los funcionarios anticorrupción y señaló que la integridad de Energoatom –que actualmente es la principal fuente de generación de energía en Ucrania– “es una prioridad”.
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Zelenski tiene motivos para mostrarse inflexible con los que infringen la ley. El escándalo ha tocado una fibra muy sensible en un país que, por un lado, sabe que tiene que tomar medidas contundentes contra la corrupción si quiere tener opciones para ingresar en la Unión Europea; y que, por otro, se enfrenta a cortes de energía diarios a las puertas del invierno, fruto de los continuos ataques de Rusia contra las infraestructuras ucranianas.
Además, llueve sobre mojado: hace tan solo unos días, las autoridades detuvieron a Volodímir Kudritski, exdirector de la empresa estatal de electricidad, Ukrenergo, por su implicación en un supuesto amaño de contratos públicos licitados en el 2018.
Como era de esperar, Rusia ya está intentando sacar partido de toda esta situación. Hoy el Kremlin ha instado a los aliados de Ucrania a mover ficha ante el escándalo en torno a Energoatom. “Suponemos que las capitales europeas y también Estados Unidos han prestado atención a esto”, ha dicho Dmitri Peskov, portavoz presidencial, quien ha agregado que estos países “comienzan a asumir cada vez más que una gran parte del dinero que recaban entre sus contribuyentes es robado por el régimen de Kyiv”.



