Por Jeff Mason
WASHINGTON, 4 abr (Reuters) –
Estados Unidos lanzó el jueves su más enérgica reprimenda pública a Israel desde el inicio de su guerra con Hamás, advirtiendo de que la política estadounidense para Gaza vendrá determinada por si Israel toma medidas para abordar la seguridad de los civiles palestinos y los trabajadores humanitarios.
El presidente Joe Biden dijo al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu que Israel debe tomar medidas inmediatas para reducir los daños y el sufrimiento de los civiles, informó la Casa Blanca después de que ambos líderes hablaran por teléfono.
Biden también dijo a Netanyahu, en una llamada que duró menos de 30 minutos, que era esencial un alto el fuego inmediato en la región y pidió a Israel “que concluya sin demora un acuerdo” con Hamás para traer a casa a los rehenes israelíes, casi seis meses después del ataque del grupo militante palestino del 7 de octubre.
La declaración de la Casa Blanca reflejaba un brusco cambio en el tono de Biden y, lo que parece ser por primera vez, una serie de condiciones para mantener el apoyo estadounidense.
Al sugerir que era posible un cambio en la política estadounidense hacia Gaza si Israel no abordaba la situación humanitaria en el enclave palestino, Biden canalizó su propia frustración junto con la creciente presión de su base política de izquierdas para detener las matanzas y aliviar el hambre entre civiles inocentes.
Biden “dejó clara la necesidad de que Israel anuncie y aplique una serie de medidas específicas, concretas y cuantificables para abordar los daños a civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios”, señaló la Casa Blanca en un comunicado.
El presidente también “dejó claro que la política de Estados Unidos con respecto de Gaza estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata de Israel sobre estas medidas”.
El lunes, Israel lanzó un ataque en el que murieron siete trabajadores humanitarios de la Cocina Central Mundial en Gaza.
La Casa Blanca ha descrito a Biden como indignado y desconsolado por el ataque, pero, antes de la llamada del jueves, el presidente no había hecho ningún cambio fundamental en el firme apoyo de Washington a Israel en su conflicto contra los militantes palestinos de Hamás. (Reporte de Jeff Mason y Steve Holland; edición en español de Javier López de Lérida)
