El día 15 de mayo es el día de San Isidro y la ciudad de Madrid celebra sus fiestas, al igual que otras tantas localidades y municipios en nuestro país. Pero lo que pocos conocen es el verdadero motivo por el que San Isidro Labrador llegó a convertirse en el patrón de la capital de España.
Para conocer la historia de este Santo, debemos viajar a finales del siglo XI, concretamente en el año 1082, cuando Isidro de Merlo y Quintana nació, y lo hizo en el seno de una familia humilde. Por aquel entonces, Madrid era una ciudad que destacaba por su agricultura.
El paso del tiempo hizo que Isidro tomase la decisión de mudarse a Torrelaguna, donde se casó con María Toribia (quien posteriormente pasaría a ser conocida como Santa María de la Cabeza). Los dos tuvieron un hijo llamado Illán. La historia asegura que éste cayó a un pozo y, gracias a las oraciones de Isidro, el nivel del agua subió y consiguieron salvar al pequeño. El matrimonio, a modo de agradecimiento, decidió hacer un voto de castidad y vivir en casas separadas.
La Fiesta de San Isidro de Madrid, a través de sus curiosidades
Como suele ser habitual en estos casos, hay numerosos datos curiosos que destacar. Para comenzar, debemos tener en cuenta que al Santo se le atribuyen numerosos milagros. En Madrid, empezó a venerarse a esta figura en el siglo XII pero no fue hasta el siglo XVII cuando el Papa Paulo V dio el paso de beatificarle.
Lejos de que todo quede ahí, cabe destacar que el Papa Juan XXIII declaró a San Isidro Labrador patrono de los agricultores en España. Entre las curiosidades sobre esta Fiesta en Madrid, debemos tener en cuenta que, junto a la pradera donde tradicionalmente se celebra, está ubicado un manantial de agua y dicen que es milagrosa.
Por ese mismo motivo, cada vez son más las personas que cada 15 de mayo se acercan hasta ese lugar. Y todo con el objetivo de llenar botellas y beber de esa agua tan milagrosa. La leyenda asegura que llegó a curar a Felipe II de una enfermedad antes de que llegase al trono.
Hay una tradición en este día tan señalado por los madrileños: comprar rosquillas. ¡Es algo que se ha mantenido a lo largo de los siglos! Las hay cuatro tipos: las listas, las tontas, las francesas y las de Santa Clara. Cada año, en la Pradera de San Isidro, se venden docenas de rosquillas. Eso sí, también las podrás encontrar en numerosas pastelerías de Madrid por estas fechas.
No podemos dejar de destacar que los madrileños empezaron a venerar a San Isidro pocos años después de su muerte, precisamente por esa cantidad de milagros que se le atribuyen. A pesar de todo, la primera fiesta oficial que se organizó en su honor fue en el año 1620, y todo para celebrar su beatificación. Es por eso que se dio el paso de sacar el cuerpo del Santo en procesión en una urna realmente espectacular, perfectamente elaborada por un gran número de plateros madrileños. ¡Una fiesta de lo más sorprendente, qué duda cabe!
