BUENOS AIRES.- La Fórmula 1 es para muchos el sueño máximo dentro del automovilismo. Para Argentina, es un sueño casi utópico por la necesidad económica para llegar a competir en esa categoría. Sin embargo, Juan Cruz Álvarez fue una de las grandes promesas que finalmente se quedaron en el camino por muy poco.
Oriundo de Arrecife, de donde también es Agustín Canapino, empezó sus primeros días sobre cuatro ruedas en el karting. Se convirtió en campeón nacional y ya a los 14 años comenzó su carrera en el exterior. Logró el Campeonato Norteamericano y posteriormente regresó a Argentina, donde brilló en la Fórmula Renault. Eso le dio chance nuevamente de ir a Europa.
La misma escudería francesa le permitió correr en una competencia en la que Fernando Alonso, histórico competidor de la Fórmula 1, supo dar pasos firmes. Llegó a la World Series Light, que competía en los mismos escenarios que la F1. Sin embargo, al poco tiempo decidieron descartarlo y comenzó su camino por otras competencias.
Sin muhco lugar, en plena pandemia le tocó su lucha más difícil: pelear contra el cáncer de colon. Fue en medio de la pandemia de Covid-19, lo que lo llevó a sobreponerse. Tras meditarlo con su familia y sus hijos, tomó la decisión incipiente de dejar el automovilismo de lado a los 32 años. Finalmente, encontró su otro cable a tierra.
Alejado del F1 y enfocado como DJ
Luego de sus últimos cartuchos en el Top Race y el TC 2000, inició su recorrido en los festivales de música. Su amistad con Boris Brejcha lo llevó a incursionar en este nuevo mundo, donde Mariano Mellino tuvo mucho que ver. Eso lo ayudó a abrirse camine con Esteban Bilbao, otra persona que incursiona en la movida de las fiestas en diversos puntos del país.