Tiempo de Noticias – Todos sabemos que la alimentación es muy importante para mantenernos sanos. Una dieta equilibrada que incluya fruta, verdura, proteínas y carbohidratos es fundamental para disfrutar de buena salud. También sabemos que el consumo de azúcar en grandes cantidades es perjudicial. Sin embargo, hay quienes afirman que una dieta estrictamente alcalina no solo previene, sino que también cura el cáncer. La doctrina central de esta teoría se basa en el control del equilibrio ácido-básico del cuerpo y de la sangre, es decir, en la medición de la acidez o alcalinidad. Para ello, toman como referencia, el pH de la orina. Una teoría sobre la que no se ha publicado ningún estudio científico verídico acerca de sus supuestos poderes curativos, pero que promete índices de curación extremos.
La regulación de la acidez de la dieta alcalina parece poder eludir las funciones biológicas del cuerpo humano, ya que está comprobado que el pH de la sangre no se regula a través de la alimentación, sino que es un mecanismo de regulación llevado a cabo mediante sustancias tampón en la sangre en conjunto con las funciones de los pulmones, los riñones y el hígado. El exceso de ácido, por ejemplo, se excreta en forma de dióxido de carbono a través del sistema respiratorio o en la orina a través de los riñones. Estos procesos modifican el valor del pH de la orina. Se vuelve “ácida”. Sin embargo, esto no significa que el propio cuerpo o la sangre estén “sobre acidificados”, sino que es simplemente una expresión del funcionamiento de la excreción de ácidos y absolutamente normal. Mediante este mecanismo, se mantiene el pH de la sangre constante con un valor de 7,4 ± 0,5. Valores de pH sanguíneo que varían de manera extremadamente alta o baja con respecto a ese rango causan la muerte. Algunas enfermedades como la diabetes tipo I, enfermedades renales y/o respiratorias graves, pueden causar un desequilibrio en la regulación del pH del cuerpo y la sangre, las cuales deben de ser tratadas con atención médica. Y a lo que el equilibrio ácido-básico no se regula a través de la digestión, no se puede afirmar que la dieta alcalina es capaz de estabilizar el equilibrio.
La creencia de que una dieta alcalina puede combatir los tumores malignos se basa en la errónea asociación entre la acidez propia de un tumor (característica de los tumores malignos) y el equilibrio ácido-base del cuerpo humano mencionado previamente. Debido a que las células cancerígenas tienen un pH más ácido que las células sanas, se ha derivado la falsa teoría de que una dieta alcalina puede combatir el cáncer. Es importante entender que el metabolismo de las células cancerígenas está regulado por mutaciones a nivel intracelular, que no se pueden corregir de manera tan simple consumiendo alimentos alcalinos.
Otra teoría muy alejada de la realidad es la que incita a creer que la abstinencia de azúcar “mata” al cáncer. Suena bien, pero carece de base científica y no corresponde con lo que sabemos hoy sobre el metabolismo humano y la progresión de enfermedades como el cáncer. Esta descabellada y peligrosa teoría se basa en la falsa comprensión del proceso intracelular de la glicólisis, proceso mediante el cual las células obtienen energía descomponiendo moléculas de glucosa. Según esta teoría, un tumor maligno simplemente puede “matarse de hambre” eliminando el azúcar de la dieta. Esta teoría ignora por completo el resto de los procesos metabólicos celulares, ya que la glucosa es solo una de las moléculas proveedoras de energía. Si la glucosa disponible es escasa, las células obtienen la energía que necesitan de otros carbohidratos. Sin embargo, eso no disuade a algunos de vender terapias y dietas milagrosas contra el cáncer, arriesgando vidas.
En resumen, una dieta sana y equilibrada es esencial para un estilo de vida saludable y para la prevención de enfermedades. El cáncer, sin embargo, no es una enfermedad que sólo pueda curarse con un cambio en la dieta. Los enfermos de cáncer pueden incluso debilitarse con dietas radicales. Privarse de atención médica con la esperanza de vencer al cáncer mediante una dieta no sólo es peligroso para la vida, sino también completamente irracional e ingenuo.
Lic. María Inés Landache – Salud y Ciencia – Tiempo de Noticias
