La pequeña ciudad de Butler se convirtió este sábado en un nuevo escenario de la violencia política en Estados Unidos. Durante un mitin del expresidente Donald Trump, un hombre, identificado como Thomas Matthew Crooks abrió fuego desde la azotea de un edificio cercano, hiriendo levemente a Trump y dejando un saldo de dos muertos, incluido el atacante, y varios heridos graves. Este incidente resucitó los peores fantasmas de un país que ha visto a cuatro de sus presidentes asesinados mientras estaban en el cargo.
Desde el asesinato de Abraham Lincoln en 1865 por el confederado John Wilkes Booth, hasta el magnicidio de John F. Kennedy en 1963 en Dallas, la democracia estadounidense ha sido sacudida por atentados que han dejado una huella imborrable. A Lincoln y Kennedy se suman los asesinatos de James A. Garfield en 1881 y William McKinley en 1901, ambos también muertos por tiroteos.
La lista de mandatarios que sobrevivieron a intentos de asesinato incluye a figuras como Theodore Roosevelt y Ronald Reagan. En 1912, Roosevelt fue atacado por John Scrank en Milwaukee, mientras que en 1981, Reagan fue herido por John Hinckley Jr. en Washington, D.C. La rápida respuesta del Servicio Secreto salvó a Reagan, quien sólo llevaba unos meses en el cargo.
El intento de asesinato de Reagan marcó el final de una era de convulsión política, que incluyó los asesinatos de Robert Kennedy, el exfiscal general de EE UU y hermano del expresidente Jonh, además del asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968, y el ataque contra el candidato George Wallace en 1972. En 1980, John Lennon fue asesinado en Nueva York, y dos meses después, un intento de asesinato casi se lleva la vida del Papa Juan Pablo II.
![Imagen optimizada de instantes antes del asesinato de John F. Kennedy. / RR.SS.](http://www.mundiario.com/media/mundiario/images/2024/07/14/2024071421155744260.jpg)
Tras el atentado contra Trump, líderes demócratas como el senador Chuck Schumer y el congresista Hakeem Jeffreys condenaron la violencia política, un concepto que ha resurgido en la política estadounidense. La polarización creciente ha alimentado un clima de crispación que ha llevado a incidentes como el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y el aumento de milicias ultras.
Terrorismo doméstico en aumento
En 2017, un empresario de Illinois obsesionado con Trump disparó contra congresistas republicanos, hiriendo a cinco personas. En 2022, un hombre fue arrestado cerca de la casa del juez Brett Kavanaugh con planes de matarlo. El mismo año, otro hombre asesinó a un magistrado en Wisconsin y tenía una lista de futuras víctimas que incluía a gobernadores y líderes políticos.
La gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, fue objetivo de una milicia extremista en 2020, que planeaba secuestrarla debido a sus medidas durante la pandemia. Tras el atentado contra Trump, Whitmer tuiteó: “No hay lugar para la violencia política en este país, y punto. No es así como solucionamos nuestras diferencias”.
El incidente más grave reciente ocurrió antes de las elecciones de medio término de 2022, cuando Paul Pelosi, esposo de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, fue atacado en su casa. El agresor, que buscaba a Nancy Pelosi, fue sentenciado a treinta años de prisión.
El intento de asesinato de Donald Trump en Butler es el último recordatorio de la persistente violencia política en Estados Unidos. Este evento subraya la evidente polarización en el país que se ve alimentado por el odio y el rencor presentes en esta carrera electoral. @mundiario