Segundos en la Bundesliga, y con la ilusión todavía latente de conseguir el pasaje a la final de la Uefa Champions League, el Bayern Múnich busca salvar una temporada sin ningún título. La ambición es la competencia internacional, y, además, la única carta que le queda al club bávaro.
Por los altibajos en la temporada, Thomas Tuchel, actual entrenador del Bayern Múnich decidió ponerle fin a su experiencia en el banquillo del cuadro alemán. Los directivos respetaron su decisión, pero todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, como lo sucedido con el futuro de Xavi Hernández en el Barcelona.
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De decisiones que parecían irreversibles, el Barcelona blindó a su estratega y el Bayern podría hacer lo mismo después de tantas negativas de directores técnicos. Jürgen Klopp, Julian Nagelsmann y Ralf Rangnick rechazaron tomar las riendas en la institución. Justamente, Rangnick, quien supuestamente ya tenía acuerdos para sentarse en el banquillo, decidió continuar con el proyecto de la selección de Austria.
Con tantas negativas, Thomas Tuchel no cerró la posibilidad de echar atrás su plan de irse. Bayern enfrenta al Stuttgart en la Bundesliga, antes de viajar a España para la vuelta de la Champions League. Por esta razón, en medio de una compleja semana, Tuchel sorprendió a propios y a extraños con sus últimos testimonios para su futuro y del club.
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En rueda de prensa, afirmó que, “se ha acordado la rescisión del contrato. Eso es un hecho. Pero cualquier pacto puede ser anulado de manera conjunta, como pueden ver. Porque teníamos contrato en vigor y acordamos rescindirlo. Pero todo es posible”. De la noche a la mañana, el discurso del teutón cambió, pues, tuvo rifirrafes con su plantel a lo largo de la temporada.
Sin duda alguna, en un año en el que se puede ir sin títulos, mucho de su continuidad dependerá de lo que pase en la semifinal de la Liga de Campeones ante el Real Madrid. Pero, ante los rechazos de estrategas, continuar con Tuchel sería una solución.
