Recientemente publicado la investigación ha descubierto que adherirse estrechamente a La dieta mediterránea podría reducir significativamente las tasas de mortalidad cardiovascular y por todas las causas entre los sobrevivientes de cáncer.
El estudio encontró que una mayor adherencia a la dieta mediterránea se asoció con una reducción del 30 por ciento en el riesgo de muerte por cualquier causa y casi una reducción del 60 por ciento en la mortalidad cardiovascular entre los sobrevivientes de cáncer.
“El impacto de seguir la dieta mediterránea es sustancial. Esto se evaluó independientemente de las terapias que recibió cada paciente para su tumor”, dijo Marialaura Bonaccio, investigadora del Laboratorio de Epidemiología Molecular y Nutricional del Instituto Neurológico Mediterráneo Neuromed en Italia y coautora del estudio.
Cada vez vemos más personas diagnosticadas con cáncer. Esto podría provenir de mejores herramientas de diagnóstico, pero también nos dice que cada vez más personas necesitarán asociar una dieta saludable con sus tratamientos.– Marialaura Bonaccio, Instituto Neurológico Mediterráneo Neuromed
La carta de investigación, escrita por un grupo de científicos italianos y publicada en JACC CardiOncology, también exploró los factores de riesgo compartidos entre enfermedades cardiovasculares y cáncer.
“Muchas personas que desarrollan tumores también desarrollan enfermedades cardiovasculares”, dijo Bonaccio. Olive Oil Times. “Evidencia bien documentada sugiere factores de riesgo comunes para estas dos afecciones”.
Ambas condiciones comparten factores de riesgo metabólico como la inflamación y el estrés oxidativo. La dieta mediterránea, rica en alimentos antiinflamatorios y antioxidantes, aborda estas vías compartidas.
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La investigación utilizó datos de la amplia estudio moli-sani, que rastreó a aproximadamente 25,000 adultos del Región de Molise de Italia durante más de una década.
Esta nueva investigación se centró en 802 participantes, de alrededor de 60 años, que tenían antecedentes de cáncer al inicio del estudio. Sus hábitos dietéticos y resultados de salud fueron monitoreados durante 13 años.
“Todos los individuos que incluimos tenían un tumor en el momento en que se unieron al estudio Moli-sani, independientemente del tipo de tumor”, dijo Bonaccio. “Si bien estudios anteriores se centraron en los impactos de la dieta en tipos específicos de tumores, nuestro estudio tuvo la ventaja de ampliar los resultados a todos los supervivientes del cáncer”.
Los participantes fueron categorizados según su adherencia a la dieta mediterránea, medida mediante un cuestionario semicuantitativo de frecuencia alimentaria, y obtuvieron una puntuación de MedDiet.
“De acuerdo con la literatura anterior, encontramos que los beneficios más significativos se observaron en aquellos que seguían estrictamente la dieta mediterránea”, dijo Bonaccio. “La adherencia ocasional no produjo beneficios mensurables”.
Según la investigación, los pacientes con mayor adherencia a la dieta mediterránea tendían a tener un estatus socioeconómico más alto y eran más propensos a ser físicamente activos. Su tasa de mortalidad por todas las causas fue un 32 por ciento más baja que la de los otros pacientes examinados por los investigadores.
Durante los 12.7 años de seguimiento, se registraron un total de 248 muertes por todas las causas, incluidas 59 muertes cardiovasculares y 140 por cáncer.
Los investigadores reconocieron algunas limitaciones del estudio, ya que es un estudio observacional, lo que significa que no se puede inferir directamente la causalidad. También observaron cómo la ingesta dietética autoinformada podría estar sujeta a informes erróneos.
“Era un grupo pequeño de una edad determinada, y eso nos impidió obtener datos específicos sobre tipos de cáncer o diferentes impactos en diferentes edades”, dijo Bonaccio.
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Según Bonaccio, uno de los aspectos más destacados del estudio es que se refiere específicamente a una población mediterránea.
“Muchas investigaciones realizadas en otros países evalúan el impacto de la dieta mediterránea, pero es muy interesante medirlas en un contexto mediterráneo”, afirmó.
“Las poblaciones mediterráneas tienen una cultura en la que los alimentos se combinan de una determinada manera”, añadió Bonaccio. “En Italia nunca hablamos de pasta o legumbres solas, sino que siempre se combinan. La forma en que se cocinan los alimentos mejora las propiedades nutricionales de los alimentos”.
Además, seguir estrictamente la dieta mediterránea también significa evitar la mayoría de productos ultraprocesados.
“Tomarse el tiempo necesario para preparar una comida, transformar en casa los productos frescos, utilizar productos de calidad como el aceite de oliva, todo esto no sucede si uno busca productos listos para consumir”, explicó Bonaccio.
El científico italiano destacó cómo la dieta mediterránea podría desempeñar un papel más importante en el futuro de la nutrición.
“Cada vez vemos más personas diagnosticadas con cáncer”, dijo Bonaccio. “Esto podría provenir de mejores herramientas de diagnóstico, pero también nos dice que cada vez más personas necesitarán asociar una dieta saludable con sus tratamientos”.
Si bien se necesita más investigación, Bonaccio también destacó los importantes estudios que se están llevando a cabo actualmente, destacando el papel que la dieta mediterránea y el aceite de oliva podrían desempeñar en la salud de los pacientes con cáncer.
“Cuando vemos que la dieta mediterránea podría reducir en un 60 por ciento los accidentes cerebrovasculares mortales en estos pacientes, y ese es sólo un ejemplo tomado de nuestro estudio, eso nos dice que podría ser un buen punto de partida para quien tenga que lidiar con esas enfermedades”. Bonaccio concluyó.
