Se dice que la Atlántida, una legendaria isla perdida en medio del océano Atlántico, estaba situada al oeste del estrecho de Gibraltar, explica la Enciclopedia Britannica (una plataforma de datos generales). El lugar es un mito idealizado que ha pasado a formar parte del pensamiento de filósofos, exploradores, buscadores de tesoros e historiadores.
Por eso, ha sido retratada durante siglos en libros, como el superventas El imperio perdido de la Atlántida, del británico Gavin Menzies, y en documentales, como El secreto de la Atlántida, dirigido por Simcha Jacobovici y el ganador del Oscar® James Cameron. Cameron incluso participó en la expedición que buscó la Atlántida y puedes ver los resultados de esta aventura en Disney+.
Muchas personas han intentado comprender, explicar e incluso encontrar la Atlántida, el llamado “continente perdido”, y lo que se sabe de ella procede precisamente de las investigaciones realizadas a lo largo de los años. Sin embargo, las principales fuentes de la leyenda son dos diálogos del filósofo griego Platón (Timeo y Critias) escritos en el siglo IV a.C.
Según Britannica, en el primer texto Platón cuenta cómo los sacerdotes egipcios, en conversación con el legislador ateniense Solón, describieron a la Atlántida como una isla más grande que Asia Menor y Libia juntas, y situada justo más allá de las Columnas de Hércules (donde está el Estrecho de Gibraltar).
Entre mitos y hechos, la Atlántida sigue atrayendo a miles de personas que buscan saber más sobre esta isla que, según ciertas versiones, albergaba una sociedad utópica muy inteligente. Echa un vistazo a algunas curiosidades sobre esta historia y aprende más sobre “el continente perdido”.
Según un artículo de Erin Blakemore para National Geographic US, en sus textos conocidos como diálogos (Timeo y Critias), que datan del siglo IV a.C., Platón llamó a esta isla Atlantis nêsos, o la “isla de Atlas”, y pretendía representar esta civilización insular como un complemento ficticio de la ciudad de Atenas en Grecia.
El filósofo griego presenta la Atlántida como un estado sofisticado que se derrumbó después de que sus arrogantes gobernantes intentaran invadir Grecia.
La Atlántida, continúa el mito, era una isla rica cuyos poderosos príncipes conquistaron muchas de las tierras mediterráneas hasta que finalmente fueron derrotados, detalla Britannica sobre la leyenda. En represalia por las ansias de poder de los gobernantes, Platón cuenta que la Atlántida fue castigada por los dioses, lo que habría desencadenado desastres naturales que la hundieron en el fondo del mar y aniquilaron todo el poder que le quedaba.
“Es una historia que cautiva la imaginación”, sostiene James Romm, profesor de clásicas del Bard College de Annandale (Nueva York), en un artículo publicado en National Geographic, escrito por Willie Drye y titulado Atlantis. “Es un gran mito. La historia tiene muchos elementos con los que a la gente le gusta fantasear”, añade Romm.
Los fundadores de la Atlántida, según Platón, eran mitad dioses y mitad humanos. Crearon una civilización utópica y se convirtieron en una gran potencia naval. Su hogar estaba formado por islas concéntricas separadas por amplios fosos y conectadas por un canal que penetraba hasta el centro.
Las exuberantes islas contenían oro, plata y otros metales preciosos, y albergaban una abundante fauna rara y exótica. También había una gran capital en la isla central, describe el artículo.
Según la Enciclopedia de Historia Mundial, la tierra de la Atlántida tenía árboles, comida en abundancia y estaba habitada por muchas criaturas, entre ellas, elefantes. Los habitantes de la Atlántida vivían bien, construyeron ciudades con puertos y bellos templos, puentes y canales con muros y puertas para conectar los anillos de mar que rodeaban la isla.
Siglos después de la muerte de Platón (el creador de la leyenda), la historia de la Atlántida reapareció inicialmente en textos de filósofos cristianos y judíos. Pero adquirió más notoriedad posteriormente en las obras especulativas del escritor y político británico Sir Francis Bacon, cuyo libro New Atlantis: The Great Instauration (Nueva Atlántida: la gran instauración), publicado póstumamente en 1626, tuvo un gran éxito.
En ese libro, Bacon describe la Atlántida como una sociedad utópica que existió en una isla aislada del océano Pacífico, cuyos habitantes eran cultos, humanitarios y profundamente cristianos.
Llama a esta “nueva Atlántida” “Bensalem” y dice que es una isla mítica descubierta por la tripulación de un barco europeo tras perderse en el océano Pacífico, en algún lugar al oeste de Perú. La novela describe la evolución gradual de la isla, sus costumbres y su institución científica patrocinada por el Estado, la “Casa de Salomón”, que sería “el ojo mismo de este reino”, dice el libro.
A día de hoy, existen muchas teorías sobre dónde se encontraba la legendaria isla de la Atlántida: si en medio del océano Atlántico, en el mar Mediterráneo, más cerca de la costa de España o incluso bajo lo que hoy es la Antártida. “Elige un punto en el mapa y alguien ya habrá dicho que la Atlántida estuvo allí”, explica a NatGeo Charles Orser, conservador de Historia del Museo Estatal de Nueva York, en Albany (Estados Unidos).
Britannica informa que después del Renacimiento, por ejemplo, se intentó identificar la Atlántida con el continente americano, Escandinavia y las Islas Canarias en España.
La historia de la Atlántida acabó difundiéndose no solo por el mito creado por Platón. Una erupción volcánica en la isla de Thera, ocurrida alrededor del año 1500 a.C. y considerada una de las más estupendas de la historia, estuvo acompañada de una serie de terremotos y tsunamis que sacudieron la civilización de Creta, lo que constituye otro posible origen del mito de la Atlántida propagada por los egipcios.
Aunque muchos escritores, cineastas, filósofos e incluso arqueólogos siguen creyendo en la existencia de la antigua isla de la Atlántida, los estudiosos afirman que se trata de una leyenda y que Platón posiblemente la creó como representación filosófica de una sociedad utópica.
“Platón utiliza todos los medios literarios necesarios para expresar mejor sus ideas filosóficas. Es quizás con esto en mente con lo que uno debería leer el mito de la Atlántida”, señala la Enciclopedia de Historia Mundial.
Como Platón no era un historiador, sino un filósofo, a menudo utilizaba metáforas para expresar sus pensamientos, como demuestran sus propias palabras en los textos de los diálogos y que son pronunciadas por Critias: “Es inevitable, supongo, que todo lo que hemos dicho sea una especie de representación e intento de semejanza”.
