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aRNAU LLORET
El drift cardiovascular es un fenómeno que muchos deportistas -especialmente aquellos dedicados a resistencia aeróbica– han experimentado alguna vez en su vida, aunque quizá no todos estén familiarizados con el término. A menudo se describe como ese gradual aumento en la frecuencia cardíaca durante un ejercicio prolongado, incluso cuando el nivel de esfuerzo parece constante. Este fenómeno tiene implicaciones importantes para los atletas, especialmente en condiciones de calor.
Imaginemos que estás corriendo manteniendo un ritmo constante; es decir, la velocidad no varía, pero a medida que pasa el tiempo notas que tu corazón comienza a latir más rápido. Esto puede ocurrir incluso si no sientes que el esfuerzo que estás haciendo ha aumentado. Este incremento progresivo en la frecuencia cardíaca durante actividades prolongadas y estables se conoce como drift cardiovascular.
¿Por qué sucede el drift cardiovascular?
El cuerpo humano es una máquina compleja que necesita oxígeno para funcionar, especialmente durante el ejercicio. El corazón trabaja para suministrar este oxígeno a los músculos activos mediante la sangre. Sin embargo, durante un ejercicio prolongado, especialmente en climas cálidos, el cuerpo empieza a perder más líquidos a través del sudor de lo que puede reponer bebiendo agua. Esto conduce a una reducción en el volumen plasmático, es decir, la cantidad total de líquido en nuestros vasos sanguíneos disminuye.
Cuando hay menos volumen plasmático, cada latido del corazón bombea menos sangre que antes. Y para compensar y seguir enviando la misma cantidad de oxígeno a los músculos, el corazón tiene que latir más veces por minuto. Además, en ambientes calurosos, parte de la sangre se desvía hacia la piel para ayudar a enfriar el cuerpo, lo que también puede reducir la cantidad disponible para los músculos y otros órganos vitales. Estos cambios repercuten en un aumento de la frecuencia cardíaca, en lo que sería un claro ejemplo de drift cardiovascular.
Para los corredores -especialmente aquellos que se preparan para competiciones o que simplemente disfrutan de correr como parte de su rutina de ejercicio- entender y gestionar el drift cardiovascular puede ser un punto importante, y para esto nos puede ayudar tener presente algunas recomendaciones prácticas:
• Hidratación adecuada: Mantenerse bien hidratado nos ayuda a minimizar el impacto del drift cardiovascular. Beber suficientes líquidos antes, durante y después del ejercicio puede ayudar a mantener el volumen plasmático y reducir la severidad del drift.
• Entrenamiento en calor: Si vas a competir en un clima cálido o si es parte de tu ambiente habitual, es útil entrenar bajo esas condiciones para adaptar tu cuerpo. La aclimatación al calor puede ayudar a mejorar la capacidad del cuerpo para gestionar el estrés térmico y reducir la tasa de drift cardiovascular.
• Monitorización del ritmo cardíaco: Usar un monitor de frecuencia cardíaca durante los entrenamientos puede ayudarte a identificar y gestionar el drift cardiovascular. Ajustar la intensidad del ejercicio cuando notas un aumento inesperado en la frecuencia cardíaca puede ayudarte a entrenar más eficientemente y evitar el sobreentrenamiento.
• Planificación de la nutrición: Además de la hidratación, la nutrición juega un papel clave en el mantenimiento del volumen plasmático. Asegurarte de tener suficientes electrolitos, que se pierden con el sudor, puede ser tan importante como la propia agua.
Pero entonces… ¿Es bueno o malo experimentar drift cardiovascular?
Aunque el drift cardiovascular es una respuesta fisiológica normal durante ejercicios prolongados, especialmente en calor, no siempre es deseable. Un drift cardiovascular muy pronunciado puede ser indicativo de deshidratación, sobre-entrenamiento o una aclimatación insuficiente al calor, lo que puede afectar negativamente el rendimiento.
Además, un aumento significativo en la frecuencia cardíaca puede llevar al cuerpo más allá de su zona óptima de entrenamiento, lo que podría no solo reducir la eficacia del ejercicio obligando al corazón a trabajar más duro para bombear una cantidad adecuada de sangre, sino también aumentar el riesgo de fatiga más rápida, lo que impide mantener la intensidad o la duración del ejercicio.
En casos extremos, un drift muy alto podría contribuir a condiciones como el agotamiento por calor o incluso el golpe de calor, especialmente en climas cálidos y húmedos donde el cuerpo ya está bajo un estrés térmico considerable.
De esta manera, comprender este fenómeno y saber cómo manejarlo puede marcar una gran diferencia en el rendimiento y el bienestar general de un corredor, permitiendo entrenamientos más eficientes y competiciones más exitosas bajo cualquier condición climática.
