La reducción de lo que la Ocde espera que crezca la economía colombiana se suma a pronósticos en el mismo sentido que vienen haciendo las principales instituciones multilaterales en el mundo.
Al igual que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), las perspectivas de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial también habían empeorado en los recientes informes de las últimas semanas.
Este jueves, en su nueva edición del informe de Perspectivas Económicas de la Ocde aumentó su pronóstico de crecimiento mundial de 2,7 por ciento en su informe de noviembre a 3,1 por ciento. Sin embargo, para el caso de Colombia, la Ocde rebaja el pronóstico de 1,4 por ciento a 1,2 por ciento.
En el conjunto de países de la Ocde, se aumenta la perspectiva de 1,4 por ciento a 1,7 por ciento.
Para el 2025, la organización ve un crecimiento mundial de 3,2 por ciento, dos décimas más del 3 por ciento que pronosticaba en su informe de noviembre. La previsión para la treintena de países que conforman la organización se mantuvo en un crecimiento del producto interno bruto de 1,8 por ciento.
En cuanto al crecimiento de Colombia el año entrante, la Ocde veía un avance de 3 por ciento y en el nuevo informe aumenta su previsión a 3,3 por ciento.
De acuerdo con la organización, para Colombia “se espera que la economía esté sometida a otro año de modesto crecimiento”.
En el informe se comenta que la inversión total se recuperaría parcialmente en la medida en la que haya alivios en las condiciones financieras. “Sin embargo, la incertidumbre seguirá oponiendo resistencia a la inversión privada. La inflación está frenando gradualmente, pero se mantiene alta y solamente bajará al rango meta en la segunda mitad del 2025″.
La visión del FMI y del Banco Mundial
Las previsiones de la Ocde, que muestran mayor debilidad en la economía colombiana, se suman a lo dicho en sus respectivos informes por el FMI y el Banco Mundial, que se publicaron con motivo de las reuniones semestrales de esas dos instituciones hace unas semanas.
Es así como exactamente hace dos semanas el FMI le disminuyó su perspectiva de crecimiento a Colombia: en este nuevo reporte, el Fondo le apuesta a que el país crezca en el 2024 solamente 1,1 por ciento, frente al pronóstico del informe anterior que era del 1,3 por ciento.
Esa visión del FMI se hizo al tiempo en que aumentaba su perspectiva para Latinoamérica y el Caribe, hasta el 2 por ciento durante este año.
En el caso del Banco Mundial, en un informe divulgado una semana antes que el del Fondo, esa entidad señaló que Colombia tendría en el 2024 un crecimiento de su PIB de 1,3 por ciento. En los pronósticos publicados en enero de este año, esa institución preveía para el país un avance del 1,8 por ciento.
Entre tanto, el pasado martes, el equipo técnico del Banco de la República hizo un aumento del pronóstico, que estaba debajo del uno por ciento, y ahora calcula un avance de 1,4 por ciento para este año. Para el año entrante espera que el PIB crezca 3,2 por ciento. La razón para este cambio es que en el pronóstico se incorporó un repunte de las actividades primarias (especialmente las agropecuarias) como se notó en el Indicador de Seguimiento de la Economía del Dane, correspondiente a febrero.
Las razones por las que la Ocde ve menor crecimiento
Además del papel que tiene la incertidumbre como freno de la inversión privada, la Ocde advierte que los planes fiscales proyectan un aumento de la deuda pública durante el presente año, con algunos factores que sugieren que “cumplir la regla fiscal podría ser un reto“.
De acuerdo con el informe, el cumplir con esa regla podría asegurar la convergencia al nivel de deuda adecuado y evitar un aumento en los costos de financiación.
“Incentivos más claros para la inversión -dice la Ocde- podrían empujar el crecimiento mientras se apoya la transición verde y se fortalece la productividad”.
En cuanto las tasas de interés del Banco de la República, el informe encuentra que dada la caída de la inflación y que la producción de la economía está por debajo de su potencial, la política monetaria podría seguir su ciclo de disminución de los intereses de manera prudente y con base en los datos, “asegurando un retorno gradual de las tasas reales de interés hacia niveles neutrales”.
La política monetaria restrictiva, con tasas de 12,25 por ciento en marzo (este miércoles bajaron a 11,75 por ciento), “está contribuyendo a la desinflación, con una inflación general cayendo a 7,4 por ciento en marzo”, se comenta en el documento.
Al hacer una radiografía de la situación económica actual, la Ocde recuerda que en el 2023 el crecimiento fue de apenas 0,6 por ciento “en parte debido a una necesaria normalización del rápido avance de los años anteriores“.
El informe comenta que el consumo es 20 por ciento superior al del 2019 y se muestra resiliente. En cambio, la inversión se hundió de cerca del 23 por ciento del PIB antes de la pandemia a menos del 18 por ciento el año pasado.
Esa dura caída “refleja la incertidumbre política y regulatoria en sectores claves, cambios administrativos que frenaron los portafolios de proyectos de infraestructura y de vivienda, y un alto costo del crédito”.
Con respecto al empleo, señala que el mercado laboral se ha deteriorado levemente en los meses recientes. Entre tanto, las confianzas de los consumidores y de los negocios permanecen débiles.