EEUU ha puesto en subasta un área del Golfo de México del tamaño de Italia.
La operación es parte del llamado “Gulf Lease 259”, que planea arrendar 73 millones de acres del fondo marino que el Departamento de Interior ha abierto para que pueda ser explotado por compañías petroleras.
Más de 30 de ellas han ofrecido un total de $309.7 millones por los derechos de explotación de un área de 1.6 millones de acres, según datos federales .
La subasta fue recibida con entusiasmo por la industria petrolera y con preocupación por los activistas y organizaciones en contra del cambio climático.
Las concesiones para la venta en aguas públicas en el golfo de México podrían producir más de mil millones de barriles de petróleo y más de 4 billones de pies cúbicos (113 mil millones de metros cúbicos) de gas natural durante 50 años, de acuerdo con un análisis del gobierno.
No obstante, quemar ese petróleo aumentaría las emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta en decenas de millones de toneladas, encontró el mismo análisis, y ha despertado la preocupación de organizaciones y activistas contra el cambio climático.
La subasta para explotar los terrenos en el golfo de México causa preocupación entre ambientalistas
La subasta por la explotación del fondo submarino del golfo de México ha sido la primera en más de un año, y atrajo el interés de los gigantes de la industria, incluidos ExxonMobil, Shell y Chevron.
El comunicado indica que el acuerdo anunciado este miércoles incluye “estipulaciones para mitigar los posibles efectos adversos sobre especies protegidas”, pero el hecho de que la operación se anuncie a menos de un mes de que se cumplan 13 años del derrame de Deepwater Horizon ha despertado dudas entre ambientalistas.
“Durante la primera mitad de su presidencia, Joe Biden lideró el clima con una visión transformadora, pero en la segunda mitad parece estar mostrando decisiones hacia un desastroso cambio climático”, comentó Ben Jealous, director ejecutivo del Sierra Club, al periódico británico The Guardian.
“La administración ha hablado mucho sobre tomarse el cambio climático en serio y alejar nuestra economía de los combustibles fósiles y, sin embargo, seguimos viendo proyectos masivos de petróleo y gas, tanto en tierra con Willow como en alta mar en el Golfo de México”, explicó George Torgun, abogado de Earthjustice, a la agencia AP.
La industria petrolera respondió con entusiasmo a la subasta en el golfo de México
En contraste, Samy Yahya, analista de S&P Global, dijo que la aprobación del proyecto Willow, que será gestionado por la compañía texana Conocophillips, es un buen augurio para la industria.
“Mostró que la administración de Biden probablemente está tratando de lograr un equilibrio entre la transición energética y la seguridad energética”, subrayó Yahya a la agencia AP.
Las ofertas ganadoras del miércoles fueron un 38% más altas que la última subasta. La cantidad de acres que recibieron ofertas fue comparable a la de 2021.
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En los próximos meses, el gobierno federal planea subastar más de 500 millas cuadradas (1,400 kilómetros cuadrados) de arrendamientos de petróleo y gas en tierra en Wyoming, Nuevo México, Montana, Nevada y otros estados.
La ley sobre el cambio climático de Biden fijó la tasa para la venta del miércoles en el máximo permitido (18.75%, frente al 12.5% que históricamente se había mantenido), pero eso no pareció frenar el interés en la subasta de este miércoles.
¿Por qué la administración Biden realizó esta subasta en el Golfo de México?
La subasta del Departamento del Interior se produce dos días antes de que entre en vigor la ley sobre el cambio climático que Biden firmó el año pasado tras una dura negociación en el Congreso.
La legislación prohíbe arrendar terrenos públicos para energía renovable a menos que primero se ofrecieran decenas de millones de acres para combustibles fósiles.
¿Qué riesgos implica la explotación de los terrenos de la subasta en el Golfo de México?
El desarrollo de terreno submarino para extraer crudo puede llevar años: el área que se subastó hoy produciría petróleo y gas después de 2030, años después de la fecha que los científicos señalan como “el punto de no retorno” para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así evitar los efectos catastróficos del cambio climático.
El aumento del nivel del mar es un factor en la pérdida constante de los humedales costeros de Louisiana, uno de los estados afectados, que además es vulnerable al aumento del nivel del mar y al paso de huracanes cada vez más fuertes debido al aumento de temperaturas, según los científicos.
ExxonMobil, una de las compañías petroleras más poderosas del mundo, ha ofrecido al gobierno un proyecto para capturar y almacenar dióxido de carbono en plantas industriales situadas en el Canal de Navegación de Houston para reducir sus emisiones.
El dióxido de carbono se transportaría en tuberías y se inyectaría en las profundidades del suelo del Golfo de México, un proceso conocido como captura y secuestro de carbono, o CCS.
Las compañías de petróleo y gas confían en la captura de carbono para extender la vida útil de sus instalaciones de combustibles fósiles, pero los críticos dicen que la tecnología no está probada y es menos efectiva que el cambio hacia la energía renovable, como la eólica y la solar.