Georgia vuelve a las urnas este martes para la segunda vuelta de la elección de uno de los dos senadores por el estado en la que se enfrentan el actual senador Raphael Warnock y su contrincante Herschel Walker, un exjugador de fútbol sin experiencia política apoyado por el expresidente Donald Trump.
Sin embargo, a diferencia de la segunda vuelta celebrada allí el 5 de enero de 2021, en la que estaba en juego el dominio del Senado, ahora, contando con el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, el Partido Demócrata ya tiene asegurado dicho control.
No por eso, sin embargo, esta elección deja de ser un evento de consecuencias importantes ya que ambos partidos tienen mucho que ganar y que perder en estos comicios.
¿Qué representaría el triunfo de Raphael Warnock para los demócratas?
Aunque los demócratas ya lograron la mínima mayoría de 50 escaños, indispensable para que el partido en la Casa Blanca domine el Senado, el escaño adicional que representaría la reelección de Warnock, les daría mayor libertad de acción al no hacerlos depender del voto de Harris para lograr mayoría.
Contar con 51 senadores le permitiría al Partido Demócrata obtener mayorías en todos los comités del Senado, los cuales actualmente están divididos en partes iguales, de manera similar a la composición de la totalidad de la cámara.
Esto es importante para adelantar con mayor fluidez la agenda del presidente Joe Biden, la cual, a pesar de logros significativos como la aprobación de las leyes de estímulo durante el inicio de la pandemia, de infraestructura, de inversión en la fabricación de semiconductores y de la ley de reducción de la inflación, se ha tropezado con la oposición los senadores demócratas conservadores Joe Manchin, de West Virginia, y Krysten Sinema, de Arizona.
Con el triunfo de Warnock, el poder de esta oposición fraternal se vería muy disminuido aunque no completamente neutralizado.
La mayoría en los comités del Senado también pondría a los demócratas en una mejor posición para combatir la obstrucción republicana en la confirmación de jueces federales y otros funcionarios, que deben ser nominados por la Casa Blanca, pero que requieren ser confirmados por el Senado.
Uno de esos funcionarios, por ejemplo, es el abogado venezolano-estadounidense Leopoldo Martínez, cuya nominación como director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo en representación de Estados Unidos está en manos del Senado desde agosto de 2021.
La confirmación de Martínez se encuentra en un punto muerto en el Comité de Relaciones Exteriores, por la oposición del senador republicano Ted Cruz, de Texas, quien alega equivocadamente que Martínez es un exfuncionario del gobierno socialista venezolano, cuando en realidad es un perseguido de dicho régimen.
La victoria de Warnock también posicionaría mejor al Partido Demócrata para las elecciones de 2024, en la que los demócratas tendrán que defender 23 escaños, tres de ellos en estados rojos como Montana, Ohio y West Virginia, y otros tres en los estados péndulo de Arizona, Nevada y Pennsylvania, mientras que los republicanos solo tienen que defender 10.
¿Qué representaría el triunfo de Herschel Walker para los republicanos?
Para los republicanos, el triunfo de Walker, les permitiría cerrar el decepcionante ciclo electoral de mitad de término en una nota positiva.
Además, la mínima ventaja con que los demócratas dominarían el Senado durante los dos próximos años en el caso del triunfo del candidato republicano, les permitiría ser más efectivos en su oposición a la agenda del presidente Biden.
Validaría, además, el poder de Trump dentro del Partido Republicano, ya que fue el expresidente quien patrocinó la candidatura de Walker desde el primer momento, a pesar de las dudas de otros republicanos de Georgia.
De hecho, Geoff Duncan, el recién reelecto vicegobernador republicano de Georgia, dijo en una entrevista con CBS News que Walker “probablemente pasará a ser uno de los peores candidatos en la historia de nuestro partido” y confesó no haber votado por él en la primera vuelta, mientras que el actual jefe de la minoría republicana en el Senado lo calificó como “un candidato de baja calidad”.
Tanto Politico como CNN han publicado reportes del mal ánimo y decepción que existe entre los republicanos con relación a la segunda vuelta del martes.
Las pocas encuestas que se han realizado, le dan una mínima ventaja a Warnock, quien terminó en primer lugar en la primera vuelta con un 0.9% de ventaja sobre su oponente.
Walker, quien además de las acusaciones que enfrentó durante el verano sobre supuestamente haber obligado a una novia a abortar y haber pagado por el procedimiento, fue acusado recientemente de no residir en Georgia sino en Texas y de haber maltratado físicamente a otra de sus novias.
Incertidumbre
Warnock también ha llevado a cabo una campaña de tono positivo centrada en contrastar la integridad y el carácter de los candidatos que busca captar votos republicanos que, como Duncan, no quieren darle su voto a Walker.
Esta estrategia busca aumentar las ganancias entre votantes republicanos logradas en noviembre, cuando de acuerdo con AP, el 15% de los republicanos moderados respaldó a Warnock.
El 11% de los votantes del gobernador reelecto Brian Kemp apoyó a Warnock u otro candidato, incluido el libertario Chase Oliver, en comparación con solo el 3% de los votantes de la candidata demócrata a gobernadora Stacey Abrams, que se opusieron a Warnock.
Sin embargo, aún no se puede descartar un posible triunfo del candidato republicano.
Según el sitio web de análisis de encuestas FiveThirtyEight, a pesar del doble triunfo demócrata en la segunda vuelta en enero de 2021, la tendencia histórica en Georgia tiende a favorecer a los republicanos en elecciones de segunda vuelta en ese estado.
Además, Walker cuenta con el apoyo de la maquinaria que llevó al Kemp a un contundente triunfo en noviembre y, a diferencia de 2021, cuando Trump sembró dudas sobre la integridad del proceso electoral, esta vez el expresidente ha llamado inequívocamente a votar por Walker, a pesar de que su presencia en Georgia no fue requerida por la campaña del aspirante republicano.