Israel se encuentra en medio de una escena que implicaría un posible acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudita, que permitiría a este último país recibir “tecnología nuclear civil”.
Este posible acuerdo ha sido tomado con cautela por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya que el mismo contemplaría el establecimiento de un estado palestino y un “alto al fuego” en Gaza.
Por un lado, el mismo permitiría que Arabia Saudita desista del Brics, un acuerdo encabezado por Rusia y China, como contraparte de las naciones socias de Estados Unidos que integran la OTAN.
Los países del Brics controlan el 80% de la producción petrolera en el mundo, por ello el interés de conquistar a la nación árabe.
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Washington busca arrebatar a Arabia Saudita a este grupo geopolítico y así tener más apoyo en Medio Oriente, aunque está consciente de que el uso nuclear civil podría usarse para acciones militares que encendería más esa parte del planeta.
En el aspecto geopolítico, este acuerdo sería beneficioso para Israel, ya que tendría en Arabia Saudita a un aliado dispuesto a obedecer las órdenes de Washington, para tomar acciones contra su vecino Irán.
Se trata de un tablero geopolítico que no es tan fácil para el pueblo hebreo, ya que se habla de permitir el establecimiento del estado palestino, una propuesta presentada por los árabes, pero que Netanyahu ha rechazado.
Para Estados Unidos y aliados, la democracia no hace falta en Arabia Saudita, a pesar de las violaciones de derechos humanos, pero sí es importante manejar el petróleo que fluye del Golfo Pérsico.
