Una dieta sana y equilibrada es una de las claves principales para mantener el bienestar del cuerpo humano, según los expertos, además de compaginarla con un buen descanso y realizar ejercicio físico moderado al menos tres veces por semana. A la hora de completar los niveles de nutrientes necesarios en el día a día, existe un superalimento que no solo aportará beneficios al organismo, sino que se demostró a través de un estudio que redujo el riesgo de padecer cáncer.
Se trató del aceite de oliva, un ingrediente ideal para ensaladas y múltiples recetas, como pollo o pescado a la plancha, hummus o simplemente para unas tostadas con tomate. En tanto, los expertos advirtieron que su categoría debe ser virgen extra, ya que contiene cada tipo contiene propiedades distintas.
Los principales compuestos del aceite de oliva virgen extra son el ácido oleico y los fenoles, llamados secoiridoides, que actúan como propiedades antioxidantes y protegen las células del organismo de moléculas peligrosas y antimicrobianas. De hecho, un estudio del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba, en España, demostró que este superalimento reduce el riesgo de padecer diversas enfermedades.
La recomendación de los expertos acerca de la ingesta diaria del aceite de oliva virgen extra para llegar a sus efectos es de 20 gramos. Si se consume la dosis necesaria, a corto plazo se obtendrán resultados beneficiosos para el organismo.
Según consignó National Geograpich, un estudio realizado en España, que tomó como muestra a 12 mil personas y se investigó durante 10 años, arrojó que tanto el riesgo de fallecer a causa de una enfermedad cardiovascular como de contraer cáncer de mama disminuyó en aquellas que consumían una dosis de aceite de oliva virgen extra diaria. El informe destacó que las personas que consumían una cucharadita y media de aceite de oliva virgen extra diaria presentaron la mitad de riesgo de morir por enfermedad cardiovascular.
En el caso del estudio realizado a 4000 mujeres en España, derivó en que las que consumieron aceite de oliva virgen extra registraron los índices más bajos de cáncer de mama durante cinco años; frente a aquellas que hicieron un plan restringido en grasas y las que lo realizaron complementando con frutos secos.
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