El veredicto de la FIA en la investigación a George Russell evidencia la injusticia con Fernando Alonso

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La sanción impuesta a Fernando Alonso tras el Gran Premio de Australia fue fuente de debates y discusiones durante todo el Gran Premio de Japón, aunque curiosamente, esta misma no se discutió en la reunión de pilotos con dirección de carrera, previa a la cita.

La resaca de la sanción a Fernando Alonso

A la FIA y a George Russell les ha costado encontrar aliados en su postura, más después de reconocer que estaba cambiando parámetros en el volante y que perdió de vista la pista durante un breve periodo, suficiente para asustarse cuando volvió a mirar y vio la cercanía a la que tenía al Aston Martin, no reaccionando a tiempo.

Fernando Alonso por su parte se limitó a contar sus experiencias pasadas con este tipo de sanciones polémicos y a vaticinar que no se volvería a ver un penalti por “conducción errática” después de que uno de los pilotos se saliese de pista en lucha por posiciones.

E ironías del destino, no hubo que esperar más que una sola carrera para tener una nueva situación en la que se le podía aplicar a otro piloto toda la argumentación que se usó para sancionar al piloto asturiano. Frenar en un lugar diferente, pillar al rival por sorpresa, diferencial de velocidad, no tener en cuenta la consecuencia de la acción. Y además, teniendo como protagonista a George Russell atacando a otro a piloto en las vueltas finales de carrera.

Pero en esta ocasión el desenlace fue completamente diferente. Una larga argumentación repleta de subjetividades y defensas que tuvieron como veredicto la absolución del piloto británico.

En esta ocasión, todas las apreciaciones subjetivas iban en la línea de defender la acción del británico. Como afirmar que no se trató de una maniobra de ‘diveboom’ o tirarse a la piscina en frenada, sino que aseguraban que en todo momento tuvo el control del vehículo.

Contacto en pista

O que sí, que hubo contacto, pero es que salió rebotado del piano interior, como si en esta ocasión no fuese responsabilidad del piloto mantener en todo momento el control de su vehículo evitando impactar con los rivales. También es discutible la afirmación de que Russell dejó suficiente espacio a Oscar Piastri para tomar la curva, por lo que no cabe sanción posible al piloto de Mercedes.

Tras la investigación, la conclusión que se puede sacar es que Oscar Piastri debe dar gracias de no acabar sancionado tras la acción, ya que no parecía tener razones para saltarse la curva tal y como lo hizo. Quizás el hecho de que acabó perdiendo la posición con George fue lo que motivó esta ausencia de reprimenda sobre el australiano.

1. Que el piloto del coche 63 no se “lanzó” y tenía el control en la entrada a la curva 16.

2. Al entrar en la curva 16, el eje delantero del coche 63 estaba delante de los espejos del coche 81, por lo que, de acuerdo con los estándares de conducción, el coche 63 tenía derecho a “espacio de carrera” en la curva 16.

3. Que el coche 63 rebotó en el piano interior y luego chocó con el coche 81 (según evidencia fotográfica presentada por el coche 81).

4. Que el piloto del coche 81, habiendo sentido el impacto del coche 63, tomó medidas evasivas saliéndose de la pista en lugar de arriesgarse a otra colisión con consecuencias quizás más graves.

5. Que el piloto del coche 63 dejó suficiente espacio en la salida de la curva 16 para que el coche 81 tomara la curva quedando en pista.

6. El coche 81 cortó la chicane y regresó sano y salvo a la pista delante del coche 63.

Sin embargo, las normas de conducción no dicen nada sobre qué acción se requiere de un conductor que abandona la pista para evitar una colisión o es obligado a salir, se reincorpora a la pista de forma segura y conserva su posición.

Sin sanción para George Russell u Oscar Piastri

La acción, juzgada por un equipo de comisarios completamente diferente al del pasado GP de Australia, queda sin sanción para ninguno de los implicados, a pesar del contacto en pista o de que uno de los pilotos acabó fuera del trazado. Y por encima de todo, a pesar de que los mismos argumentos que se usaron para castigar a un piloto dos semanas antes podrían haber sido usados de la misma manera.

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