Después de muchos años, la princesa protagoniza su propia aventura, en la que igual hace de pastelera que de vaquera o de espía
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La princesa Peach lleva cuatro décadas dedicándose solo, o casi, a darle excusas a Mario para salir de aventura y andar pegando brincos por la pantalla del usuario. Pasó en la NES, en la Super Nintendo, en la 64, en la Wii y en la Game Boy. También, evidentemente, en la Switch. Y así seguirá siendo, seguramente, hasta el fin de los tiempos. A estas alturas, el rescate de la princesa de manos del malévolo Bowser puede ser, fácil, el argumento más manido de la historia de los videojuegos. Un topicazo colosal e insuperable dentro de una franquicia que siempre ha estado plenamente enfocada en la jugabilidad; y para la que la historia de fondo es lo menos importante.
Desde la presentación del personaje en 1985, el usuario ha podido controlar directamente a la gobernante del Reino Champiñón en muy contadas situaciones. Dejando a un lado los títulos de corte deportivo, en los que igual se pone a los mandos de un kart que se dedica a pegar raquetazos o a marcar goles, apenas ha recibido oportunidades de Nintendo para lucirse. ¿La más memorable?: ‘Super Princess Peach‘, en 2005 y en la portátil DS. Y casi para de contar. Hasta ahora.
Un año después del exitazo cosechado por el personaje en la gran pantalla gracias a la película ‘Super Mario Bros’, la princesa protagoniza en exclusiva -sin Mario de por medio- uno de los mayores lanzamientos que tendrá Switch durante todo 2024: ‘Princess Peach: Showtime!’, puro Nintendo.
Lo decíamos antes, la empresa japonesa no suele complicarse demasiado a la hora de construir la historia de los títulos ambientados en el mundo de Super Mario. Y el ‘Princess Peach’ no es una excepción. Todo es así de sencillo: La princesa acude a un teatro. El edificio entero es tomado por una bruja llamada Grape y todos los actores acaban bajo su control. Peach se ocupa de ir liberándolo planta por planta, escenario por escenario, hasta que termina de solventar la papeleta. Tan simple como eso. Lo dicho, puro Nintendo.
Peach sirena, Peach pastelera, Peach espía…
Si la empresa japonesa no inventa nada a nivel de argumento, tampoco se vuelve loca en lo jugable. Se trata de un obra de plataformas de las de toda la vida, muy bien diseñada -como mandan los cánones de Nintendo- y divertida. Pero con identidad y rasgos propios. Decíamos que el videojuego se desarrolla en un teatro, y en cada una de sus salas se interpretan historias diferentes. Las hay de cocineros, cowboys, espías o detectives. Y más.
En cada una de estas pantallas, llegado el momento, Peach interpreta a un personaje concreto. En algunas anda con una espada por el escenario superando obstáculos. En otras anda liada haciendo pasteles, patinando sobre hielo o resolviendo misterios en plan Sherlock Holmes. La jugabilidad, evidentemente, cambia mucho a lo largo de la obra, pero siempre da la talla y consigue entretener. Es muy difícil aburrirse con ‘Princess Peach’, sobre todo si eres fan de los títulos de Nintendo de toda la vida.
Bueno para los niños
En total, el videojuego cuenta diez obras de teatro diferentes que se van superando de forma fragmentada, avanzando planta por planta (en el videojuego hay cinco en total más un sótano). A pesar de los cambios de jugabilidad, constantes, el usuario solo necesita usar dos botones en cada pantalla, uno para atacar y otro para saltar. Liarse es muy difícil, lo que hace que la propuesta sea perfectamente apta para niños que están empezando en este tipo de entretenimiento. Parece diseñada especialmente para ellos. Porque ya avisamos: no es complicada. Y tampoco larga. Se puede completar en unas diez horas más o menos.
En el apartado gráfico pocas quejas. El videojuego luce bien, aunque, acostumbrado a ver lo que son capaces de hacer máquinas como PS5 o Xbox Series, cada vez es más complicado jugar en Switch sin pensar en algún momento que la máquina ya necesita un relevo.
Con todo, a nivel artístico la obra es sobresaliente. Y suena bien. Y tiene buenos detalles. Por ejemplo, durante el juego, cada cierto tiempo, el usuario escucha aplausos de fondo, que corresponden al público que está viendo cómo las distintas obras de teatro que componen la obra avanzan.
¿Merece la pena?
‘Princess Peach: Showtime!’ es un juego que huele a Nintendo por todos lados. Es razonablemente asequible y está pensado para todos los públicos. Le encantará al amante de la marca del fontanero rojo y de los plataformas. Cumple en todo lo que promete; luego, ya, depende del interés particular del usuario en este tipo de propuestas.
