La psiquiatra nutricional Uma Naidoo estudia la repercusión de los cambios dietéticos en la salud mental y en el estado de ánimo. La misma reivindica la importancia de la comida por su impacto en el cerebro humano, yendo más allá de las discusiones más extendidas sobre cómo los alimentos afectan al corazón, a las medidas del cuerpo o incluso al medio ambiente.
Naidoo menciona alimentos como verduras de hoja, el marisco, judías o nueces co
Estos son los alimentos que la psiquiatra nutricional pide evitar lo máximo posible:
Aceites procesados e industriales
Los aceites altamente procesados suelen proceder de la soja, del maíz, de semillas de colza y algodón, y de las de girasol y cártamo. Todos ellos contienen elevadas cantidades de ácidos grasos omega-6, cuyo consumo en exceso puede provocar que el cuerpo fabrique químicos que podrían inflamar el cerebro.
Para aquellos que salteen verduras o que hagan carne o pescado a la plancha, Naidoo aconseja el aceite de aguacate, de coco o de oliva.
Azúcares añadidos y refinados
El cerebro humano utiliza glucosa, un tipo de azúcar, como combustible para hacer funcionar las actividades a nivel celular. Ante una dieta desmedida que lleve a un exceso de glucosa en el organismo, Naidoo afirma que la persona puede sufrir deficiencias en la memoria y una menor plasticidad en el hipocampo, que es precisamente la parte del cerebro que controla la capacidad memorística.
La experta resalta también que existen numerosos productos salados con azúcares añadidos ocultos. Como ejemplos pone salsas de supermercado para pastas, ketchup, aderezos para ensaladas o sopas enlatadas. Entonces, la misma pide sustituir estos alimentos por otros caseros.
Comida procesada
Las comidas ultra procesadas en abundancia pueden causar un acortamiento de los telómeros, que son los extremos de los cromosomas. Naidoo comenta que unos telómeros más largos contribuyen a que las células envejezcan de manera saludable, mientras que aquellos más cortos pueden inducir a que la persona afectada sufra enfermedades degenerativas de manera prematura.
Por si fuera poco, un estudio publicado en verano por la Universidad de Cambridge reveló que quienes consumen elevadas cantidades de estos productos, como refrescos o bollería industrial, eran más propensos a experimentar episodios de depresión suave que aquellos que no los ingieren.
Este es un breve consejo de la psiquiatra nutricional: “Si no puedes pronunciar un ingrediente, o si no tienes ni idea de lo que es, entonces suele ser mejor evitarlo”.
Edulcorantes artificiales
Los endulzantes artificiales que no tienen valor nutricional como la sacarina, la sucralosa o la estevia puede incrementar la cantidad de bacterias “malas” que viven en la barriga, lo que afectaría al estado de ánimo del individuo.
Por su parte, el aspartamo puede ser particularmente dañino, habiendo sido directamente relacionado con la ansiedad por algunos estudios. Además, este edulcorante no calórico causa oxidación, lo que aumenta el número de radicales libres dañinos en el cerebro.
Por tanto, Naidoo da algunas alternativas más saludables: miel, fruta del monje o azúcar de coco.
Alimentos fritos
Si bien los productos con corteza, los rebozados o fritos en aceite abundante son de los más sencillos y rápidos de preparar, estos cierran la lista de alimentos perjudiciales para el cerebro humano.
Un trabajo del Diario de Ciencia Nutricional, publicado por la Universidad de Cambridge y que utilizó una muestra de 18.000 personas, reveló que las personas con una dieta elevada en fritos y rebozados sacaban peores calificaciones en pruebas de memoria y cognición.
La alternativa de Naidoo para este caso es versionar el tipo de comidas utilizando el horno, cocinándolas al vapor o usando freidoras de aire.
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