Ha pasado como un suspiro. Un suspiro lleno de trabajo, de viajes, de convenios, convocatorias, retos y reivindicaciones que pronto pasarán a ser responsabilidad de otra persona. Juan Francisco García Marín se despide del Rectorado de la Universidad de León. Han pasado ocho años desde que se sentara por primera vez en la silla del rector, ocho años de «trabajo y esfuerzo» por construir una universidad que cree, deja mejor de lo que encontró. «De eso se trataba», sonríe a la pregunta, poniendo en valor una mejora que abarca «todos los aspectos».
Entre lo conseguido, destaca el todavía rector la apuesta por potenciar la investigación, su principal reto y objetivo en estos dos mandatos. Enumera el aumento del presupuesto en ingresos y gastos, la mejora en docencia y profesorado y, sobre todo, la apertura a la sociedad. «La universidad no puede ser una entidad cerrada, tiene que ser abierta, tiene seguir esa línea porque ir marcha atrás no tiene sentido», reconoce en una de sus últimas entrevistas al frente del Rectorado.
Llegaba al despacho que pronto acogerá en sus paredes a su sucesor o sucesora en 2016, tras pasar por una elecciones a las que se presentaba porque veía que las cosas en la Universidad de León estaban «un poco apagadas», que otros centros «iban evolucionando de forma activa» mientras que León «no tenía esa agilidad». De estos años destaca por encima de todo el «tremendo salto» que la institución ha dado en investigación, así como los nuevos títulos que se han puesto en marcha y que «están resultado todos ellos un éxito».
Programas propios para graduados como el de microcredenciales que sitúa a León a la vanguardia de España, la «agilidad» en temas culturales o deportivos y la renovación de «todos los edificios, que hacía falta» son algunos de los puntos que enumera el rector como legado. Especial hueco reserva para hablar del Campus de Ponferrada, que estaba «muy dejado» a nivel de instalaciones y de recursos y que se ha activado con nuevas titulaciones, el Colegio Mayor La Tebaida que está listo para que el próximo curso reciba a sus primeros inquilinos «sin duda» o la Casa del Estudiante, cuyas obras han comenzado en el Campus de Vegazana y que, aunque lamenta que «por cuestiones internas y externas» se haya retrasado varios años, ya está en marcha, así como el Instituto Biosanitario.
«Los nuevos estatutos tienen que ser progresistas, que piensen en el futuro de las universidades y no anden con viejos clichés»
Pero, tras repasar los éxitos, toca hablar de aquello que queda pendiente, esos proyectos que como una espinita se clavan en la conciencia por no haberse podido materializar. Además de la evidente, esa Facultad de Medicina que como un martillo pilón reclama la sociedad leonesa desde hace años, García Marín lamenta «no estar ahí» para la creación de los nuevos estatutos de la Universidad que deben adaptarse a la nueva Ley Orgánica del Sistema de Universitario (LOSU).
Pide que estos estatutos sean «progresistas», un adjetivo con el que se refiere a que «no caigan en cuestiones puramente administrativas, porque son reglamentos, pero deben pensar en el futuro de a dónde van las universidades que es, sobre todo, a nivel internacional». Explica que este capítulo se ha desarrollado «muchísimo en los últimos años» y «no se puede perder». A nivel docente y de profesorado, pide «no andar con viejos clichés» y «abrir la puerta a las posibilidades como las convocatorias de excelencia».
La deseada y ansiada Facultad de Medicina
Es, sin duda, Medicina su gran proyecto pendiente. En una última reunión con la consejera de Educación el lunes 15 de abril que asegura, fue «cordial y amable», se abordaron diversos temas, como la concreción de las aportaciones económicas que realizará la Junta para la aplicación de la LOSU, la atracción de estudiantes extranjeros, y, por supuesto, la facultad.
«Es cierto que falta un 5% de la memoria para la Facultad de Medicina, pero está todo hecho, calculado y puesto en marcha»
«Le dijimos lo que había, le dejamos la memoria que, aunque es cierto que falta un cinco por ciento, es la memoria final que define lo que se está haciendo con los médicos para que se acrediten, la valoración de edificios, la dotación que debería venir anualmente… está todo hecho, todo calculado y todo puesto en marcha», asegura el rector, que concluye con un mensaje tan claro como directo: «Si en este momento la Junta dijera que puede ponerse la Facultad de Medicina, nosotros podríamos presentar la memoria no en meses, que es lo habitual, sino en dos semanas».
Los tres candidatos a rector aseguran que, de tomar el relevo de García Marín, harán suya esta reivindicación, y el actual rector confirma que la persona que le sustituya «tiene el trabajo bastante avanzado» en ese sentido.
A partir de septiembre volverá a las aulas, a su Facultad de Veterinaria. «Ya sé cuándo y cómo», dice, mostrando entusiasmo al pensar el retomar esa labor docente e investigadora tras ocho años de «mucho trabajo y esfuerzo mío y de mi equipo para aumentar el prestigio y la calidad de la universidad y hacerla trasparente».
El mensaje de García Marín a su sucesor
Le quedan todavía dos actos importantes como rector: pasar el relevo a su sucesor y, este 26 de abril, celebrar al patrón de la universidad, San Isidoro. Un día en el que se acordará «de toda la universidad». «Agradeceré a todo el mundo el trabajo que ha realizado, unos más y otros menos, pero todos. Y por supuesto a la sociedad y también a esos estudiantes excelentes a los que les damos un premio» a los que dice, les pedirá como hace cada año «que si es posible al menos uno se quede en la Universidad de León».
El 9 de mayo la comunidad universitaria está llamada a las urnas para elegir a un nuevo equipo que tome las riendas del Rectorado. Juanjo Fernández, Nuria González o Teresa Mata, uno de ellos será el encargado de afrontar una nueva etapa, ahora de seis años sin opción a seguir, al frente de una universidad con importantes retos por delante.
A su sucesor García Marín le pide como prioridad «que se informe bien de cómo está la institución, qué relaciones tiene con el exterior y que continúe por esa línea de establecer vínculos y seguir con ellos». Ve también fundamental que «impulse la investigación más todavía» porque, afirma, «es la base de la universidad». Echando un último vistazo a su despacho y con miles de momentos y recuerdos en la cabeza, aunque sin pensar mucho en el futuro ante un presente que requiere acciones, Juan Francisco García Marín avisa al o la sigueinte en el cargo de que hay «mucho trabajo», y eso «va por delante de todo» para seguir potenciando la Universidad de León.
