Centra su acción en el derecho de todas las personas, independientemente de su peso, a recibir un acompañamiento de mejora de sus procesos de salud enfermedad, sin que para ello se intente cambiar el tamaño de sus cuerpos.
Según la evidencia actualizada, el tamaño de nuestro cuerpo no puede ser modificado a largo plazo por nuestro control; por un lado, debido a que el peso está determinado por más de 100 factores, entre los que se encuentran las señales epigenéticas, genéticas, hormonales, neuronales y emocionales; factores que no dependen del hacer humano sino de mecanismos fisiológicos, evolutivos, de acomodación y de cuidado de la vida que tiene nuestro cuerpo para preservarnos con vida.
Por otro lado, si bien la cultura en la que estamos inmersos ha instalado la creencia de que podemos controlar el tamaño de nuestros cuerpos con dieta y ejercicio, la evidencia demuestra que estos métodos no logran producir un descenso del peso a largo plazo provocando un rebote del mismo, aumentando el riesgo cardiovascular y empobreciendo nuestra relación con la comida y nuestro cuerpo, lo que nos predispone al padecimiento de trastornos mentales más complejos como son los trastornos de la conducta alimentaria.
Es por estos motivos que nutricionistas actualizados y especializados que promueven y reconocen la diversidad corporal, trabajamos desde un enfoque que promocione, mejore y construya salud para todas las tallas.
El abordaje nutricional no centrado en el peso, es no dietante; la terapia nutricional se centra en desaprender las reglas alimentarias persecutorias de la cultura de dieta intentando que las personas vuelvan a conectar con sus señales corporales de hambre, saciedad, placer, necesidad de energía, nutrientes y placer, desde una perspectiva de alimentación intuitiva, flexible, variada, sin culpas ni compensaciones que pongan en riesgo su salud mental, física y social.
En cada consulta nutricional no centrada en peso no hay mediciones opresoras ni dietas o reglas a seguir. La mejora o sanación de la relación con el cuerpo y la comida se orienta a reparar lo que la cultura de las dietas ha hecho.
Muchas personas que han pasado su vida bajo estos mandatos o reglas estrictas, sólo consiguieron empeorar su relación con la comida y el cuerpo. Estas acciones llevan a comer con culpa, demonizar a los alimentos, a dudar de nuestras señales corporales, a creer que necesitamos de guías externas para comer correctamente; todos mitos que cargan a nuestra mente y nos alejan de poder construir salud integral, ya que lo que no es bueno para nuestra mente y las emociones, no es saludable para nuestro cuerpo.
La cultura de la dieta nos ha hecho creer que nuestros cuerpos nunca son lo suficientemente buenos, o no hemos hecho lo suficiente para encajar en el modelo ideal de belleza, de cuerpo, de salud hegemónico actual asociado a la delgadez y a comer poco. Cuando alguien logra bajar de peso y lo vuelve a subir, se siente frustrado aumentando así, la insatisfacción corporal y la culpa por no poder hacer lo que se impone, todos componentes que empeoran nuestra salud integral.
La perspectiva de nutrición y salud no centrada en el peso con alto rigor científico y evidencia en la práctica clínica nutricional, es la que permite hacer lugar al cuidado integral de las personas sin impacto y efectos adversos en la salud mental o emocional, dos aspectos poco considerados en la práctica médica hegemónica convencional.
Les invito a recorrer este nuevo paradigma en mis redes sociales y en las recomendaciones que les dejo, de cuentas de profesionales de la nutrición que trabajan bajo un enfoque de salud en todas las tallas tales como @raquellobaton, @ginasalame, @nutriologicas, @estoesnutricion, @nutricionsinprohibicion, @nutriireneschv, @marina_nutricion, @nutricionistasincluisivas .
Julieta Direnzo
Lic. en Nutrición (MN 5955/ MP 1797)
@ nutricionistajulietadirenzo
