La importancia del desayuno como la primera comida del día sigue siendo tema de debate, pero lo cierto es que comenzar la jornada con una alimentación adecuada, satisfactoria y energizante puede ayudar a prevenir el picoteo entre comidas. Los expertos aconsejan evitar los productos sin azúcar, ya que, tanto si se busca perder peso como si se aspira a mantener una alimentación saludable, es recomendable distanciarse de los alimentos con alto contenido de carbohidratos.
Un desayuno ideal incluirá cereales, lácteos y frutas. También se pueden incorporar alimentos ricos en proteínas, como huevos, jamón o frutos secos, que no solo sacian sino que también aumentan el gasto energético. Esta diversidad de alimentos aporta nutrientes esenciales y mejora la calidad del desayuno, considerándose de calidad aquel que combina alimentos de diferentes grupos.
Entre las frutas recomendadas para el desayuno, el plátano destaca por su capacidad para proporcionar energía de forma rápida, siendo especialmente beneficioso para quienes realizan ejercicio por la mañana. Su alto contenido en azúcares facilita su digestión cuando están maduros, y además, aporta fibra y minerales, principalmente potasio y magnesio.
Aunque no existe una fruta perfecta, el plátano se posiciona como una excelente opción para la primera comida del día.
¿Y cuál es la cena perfecta?
La hora de cenar también es importante a la hora de cuidar la línea. No se deben cometer excesos y lo más deseable es aportar por comidas ligeras. Sin embargo, hay algunos alimentos que aportan un extra y ayuda a relajarse y a descansar mejor. Es el caso del huevo duro o de los canónigos. Con estos dos ingredientes (y alguno más) se puede hacer una cena perfecta para descansar y no ganar peso.
